Capítulo 7.

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Chanyeol caminaba dando pequeños saltitos con una sonrisa estúpida en el rostro, la misma que lo hacía ver muy hermoso. Estaba feliz, como una extraña e inusual lombriz. Arrastraba un pequeño carrito rojo, cubierto con una manta que emanaba sonidos de cachorro.

Kai acomodó el abrigo de Kyungsoo para protegerlo del frío, y lo dejó de pie tras un poste de luz como si fuese un niño perdido. Se alejó de él y soltó una carcajada, cuando vio que esa figura no encajaba para nada.

Kris estaba de pie junto al río Han, arrepintiéndose por haberse retirado tan deprisa una horas atrás. Pudo insistir un poco más, y tal vez hubiese conseguido a Zhang Yixing. Pero ya era tarde para intentarlo, quedaba media hora para las 12.00 y ya no podía ir a buscarlo. No había conseguido su sacrificio a pesar de que nunca tuvo intenciones de lastimarlo; simplemente lo quería, porque era extraño, la primera persona que se negaba a sus encantos. Algo que le molestaba pero le gustaba, porque lo hacía sentir extraño, y lo sabía porque estuvo muchos años observándolo.

Pobre Zhang Yixing, en secreto siempre fue acosado por Kris.

Sin embargo, después de esa noche posiblemente no lo volvería a ver. Mala suerte para él.

Pasó una mano por su cabello casualmente, y se volteó cuando escuchó unos pasos aparecer de repente.

—Caballero, ¿por qué tan solo? —Dijo Kai conteniendo su risa, que se escuchaba bastante divertida.

—No te preocupes, en París te irá mejor. —Se burló Chanyeol, saludándolo con su mano con mucha emoción.

Kris entrecerró los ojos y soltó una risa sarcástica, que se impregnó directamente en sus palabras.

—Tu escondite es muy bueno. Permíteme felicitarte. —Aplaudió y señaló el gran poste gris, donde claramente se veían dos brazos salir de ahí. 

Kai dio un saltito nervioso y desvió la mirada, más rápido que un cohete de la NASA.

— ¡Oh! ¡Tu sacrificio! —Gritó Chanyeol, con un escándalo que azotó el oído de los otros dos.

— ¡No es un sacrificio! —Replicó Kai, y tapo su boca cuando se percató de lo que acababa de anunciar. 

Chanyeol y Kris abrieron los ojos de par en par, e intercambiaron una mirada de preocupación letal.

—Sabes que no podemos. —Le dijo Chanyeol casi en un susurro, pensando que alguien podría escucharlos en ese silencio nocturno.

Después de haber hecho tanto escándalo, ahora se le ocurre hablar bajo.

— ¿Quién lo dice? —Kai se negaba a dejarlo, era suyo el chico de ojos salteados. Kris se acercó y le colocó una mano en el hombro, tratando de hablarle de buen modo.

—Nuestro deber es hacer feliz a las personas. Por esa razón lo hacemos, para no tener que sumirnos en la maldad. Es nuestra manera de mantener nuestra alma.

—Hacer feliz a otras personas sacrificando la nuestra… No necesitan de nosotros para serlo.

Kris lo miró un momento, soltando una risita de acuerdo. «Tal vez tengas razón»

El bulto en el carrito de Chanyeol se movió, y éste se puso nervioso creyendo que lo disimuló.

— ¿Qué tienes ahí? —Preguntó un Kai curioso, cuando se percató del carrito ruidoso.

—Nada. —Intentó tapar el carrito, con su cuerpo larguito—. Y bueno, ¿qué haremos?

Kai soltó una risita.

— ¿Dónde está tu sacrificio? —Le preguntó Kris, intentando ver lo que tenía ahí.

Chanyeol tragó en seco. Estaba acorralado en algo que no había planeado.

—Se… me… perdió…

Silencio estremecedor.

— ¿Qué pasó? —El bulto preguntó—. ¡Ah! ¡¿Dónde estoy?!

Chanyeol se volteó y encontró a Baekhyun sentado con la sábana en la cabeza, de manera tierna. Baekhyun miró a todas partes, y clavó sus ojos en el chico de traje.

— ¡Tú! —Le gritó apuntándolo con el dedo, mientras fruncía el ceño—. ¡¿Te has vuelto loco?! Creí que te llevarías mi alma, por eso hizo “eso” contigo… 

Baekhyun continuó reclamando y Chanyeol se puso más nervioso, no sabía qué hacer en ese embrollo. Él había tomado el cuerpo de Baekhyun, y cuando se quedó dormido, no lo quiso dejar solito. Se había divertido tanto esa noche, que se negó a aceptar en que debía convertirlo en un postre. Entonces lo subió en un carrito que encontró al otro lado de una verja, esperando que no se diera cuenta. Falló, y aún peor, la víctima se molestó.

Kris y Kai estaban atónitos, pero trataban de contener una risa del demonio.

—Me voy. —Baekhyun se estaba bajando del carrito enrollándose la sábana, que por suerte no mostraba nada.

Chanyeol actuó veloz, lo mejor que su cerebro le dio. Sujetó al muchacho del brazo, y lo atrajo a su cuerpo con un movimiento rápido.

—Vendrás conmigo y no me importa tu opinión. —Le dijo y lo besó. Baekhyun intentó resistirse poniendo todo su esfuerzo, pero terminó correspondiéndolo. Ambos enredaban sus lenguas y acariciaban sus cuerpos con un deseo intenso.

Kris se aclaró la garganta incómodo, mientras que Kai los miraba con mucho gozo. 

Chanyeol se separó de Baekhyun lentamente, sosteniéndolo con cuidado, mientras éste cerraba los ojos desmayado. Lo volvió a recostar en el carrito y lo cubrió con la sabana, mientras se reía de su respiración extraña.

—No sabía que podías hacer eso —Kai estaba sorprendido, y deseó poder hacer lo mismo.

—Supongo que hoy será nuestra última noche —dijo Kris con un atisbo de tristeza—. Al menos ustedes consiguieron algo.

Chanyeol agachó la cabeza y miró a Baekhyun dormido, y después miró a los otros dos chicos. Estaba triste, y en su melodía oscura les preguntaba si no había más opciones. El rubio negó con la cabeza y vio como Kai se alejaba y regresaba con Kyungsoo, quién no apartó la vista del suelo, sintiéndose intimidado por esos sujetos.

El agua del río estaba tranquila, reflejaba todo lo que se dibujaba en el suelo y lo distorsionaba reflejándolo en el cielo.

— ¿Nos pasará lo mismo que a Sehun? —La voz de Chanyeol se escuchaba melancólica, ese tipo de juegos no le agradaban ni de broma. Kris no supo que responder, y se quedó callado.

En aquellas calles solitarias, no se escuchaba nada, solo el arrullo del viento, y de unos zapatos acercándose desde lejos.

— ¿Y por qué no se lo preguntas a él? —Kai esbozó una sonrisa, y giró sobre sus talones de manera divertida.

Sehun caminaba a paso lento hacia ellos; llevaba un traje negro y a Luhan dormido en su espalda, con una toalla que solo le cubría la parte baja.

— ¿Quién se ha muerto? —Preguntó con fingida sorpresa, y una sonrisa traviesa—. Oh, no me digan. Están así porque Kris es el único solo aquí.

La carcajada que soltó, tensó los nervios de Kris y Chanyeol. Los dos lo miraban atónitos, como se acercaba a ellos, incluso lucía diferente con unos rubios cabellos. Las pisadas eran reales, tanto que parecía que realmente acababa de cruzar la calle. Intercambiaron miradas confundidos cuando se detuvo frente a ellos, y después miraron a Kai preguntándole con los ojos: ¿Qué diablos significa esto?

—Yo también los extrañé.

Los dos chicos altos continuaban mirándolo sin decir nada, con sus ojos y su boca desfigurando sus caras. Le hacían mil preguntas mudas, cerciorándose de que su presencia no era ilusión absurda. Sehun puso los ojos en blanco, fastidiado, y después soltó una risa llena de descaro.

—Soy el segundo ángel, Sehun, conocido como el Demonio de la Travesura, me divierte todo en especial como la gente se tortura. Los golpearía, pero su rostro de sorpresa y perplejidad, es lo más divertido que alguien podría desear. —Se echó a reír después de eso. Realmente le gustaban ese tipo de juegos.

—Pero tú habías desaparecido. —Dijo Chanyeol sintiéndose perdido.

—Ah, sí. Eso fue una broma cruel, pero una farsa total. 

—Estaba escrito en el pergamino —dijo Kris—. La noche que no entregues tu sacrificio, no habrá felicidad que entregar y desparecerás para redimir tu alma manchada por la maldad.

Sehun le regaló una sonrisa, atropelladamente bonita.

—Hace quince años encontré algo muy interesante en China —volteó su rostro hacia Luhan, escuchándolo respirar—. Un niño inocente y curioso pidiéndole a su abuelita que le contara un cuento sobre demonios. Me lo quedé observando toda la noche, y olvidé mi verdadero propósito. No tenía sacrificio que entregar y ya no había tiempo. Para ser sincero nunca lo busqué. Usé mi magia para transformarme en un niño otra vez y me quedé jugando con él. Me sentía extraño —regresó su atención a los otros, quienes lo miraban atentos y sorprendidos—. Cuando dieron las doce no pude regresar a la normalidad. Sentí como algo dejaba mi cuerpo y desparecía. Por esa razón nunca volví. Con el paso del tiempo fui creciendo solo. Me mudé a Seúl y viví con un alma en pena dentro de una casa abandonada mientras volvía a recuperar mis poderes —hizo una pausa y sonrió con ganas—. Y volví a encontrarme con ese niño. Ahora era adulto pero seguía siendo inocente y curioso. No me recordaba, entonces me acerqué a él como si fuese cualquier persona normal y terminé enamorándome sin pensar. Debo agregar que los extrañaba, y esperaría a que uno de ustedes volviera para recuperar mis poderes completamente. —Terminó, y le dieron ganas de tomar agua del río, porque su garganta se lo pedía a gritos.

— ¿Kai? —Preguntó Kris, y escuchó a Sehun decirle que sí.

—De todos ustedes soy el único que puede verlos —dijo Kai—. Encontré a Sehun mientras buscaba algún sacrificio aquí. Para mi sorpresa y desgracia, el chico bonito que encontré ya pertenecía a Sehun. Pero aún así lo visité curioso por saber qué había pasado. Yo también estuve como ustedes y su mentón hasta el suelo.

Kai soltó una pequeña carcajada, mientras Chanyeol a penas asimilaba lo que escuchaba.

—Entonces ese era el significado —Kris estaba sorprendido pero lo disimuló, seguro de que la sorpresa su bello rostro arruinó—. Encontrar la felicidad y ser libre.

—No lo sé. En realidad no importa. Ahora podré venir cuando quiera y continuar con mis travesuras. —Sehun sonrió con dulzura.

Chanyeol se sintió emocionado con esas palabras, y se acercó para darle unas palmadas en la nalga. Una alegre bienvenida cálida. Kai se acercó también, a pesar de que ya lo había hecho la última vez. Como se lo esperaban lo único que recibieron a cambio, fueron las amenazas de muerte de su compañero adorado. 
Kris los miraba cálidamente, peguntándose si él sería el único que seguiría atrapado, dentro de su propia pesadilla del asco. Perseguir a la gente y engañarlas para llevárseles el alma en realidad no le molestaba, pero él quería algo diferente. Todos los años de su existencia enamoraba a las personas, no se sentía amado, y ahora que lo pensaba carecía de sentido por todos lados. Miró el reloj en su muñeca: diez minutos para las doce. Soltó una risita, a pesar de estar desconforme.

—Después de todos seré yo el que termine aquí. —Dijo, y las palabras se perdieron en un suave suspiro. Los chicos frente a él agacharon la cabeza, y Sehun soltó una risa traviesa. 

A estas alturas se darán cuenta, que Kai nunca fue el verdadero dueño de esa maña perversa. Reírse de las desgracias ajenas siempre fue parte de Sehun; el chico sensual, solo fue un reemplazo temporal.

Las nubes se esparcieron en todo el cielo y las estrellas se tiñeron de rojo fuego. El pasto se alargó y se enredó con el agua que salía del río para formar una puerta. Las estrellas cayeron y se unieron al pasto y el agua, para que la gran muralla se consolidara. Las cadenas y los sellos estaban abiertos, listos para llevarlos de vuelta a su encierro.

Kyungsoo vio la puerta frente a él y sintió miedo de la luz y oscuridad, que se mezclaban de manera extraña dentro de ese lugar. Respingó al ver un humano parecido a una mancha blanca pasar junto a él, y se aferró al brazo de Kai seguro de saber lo que es: almas atrapadas dentro de la ciudad, caminando y perdiéndose dentro de la luz y oscuridad. Empezó a temblar temiendo lo que pudiera pasarle ahí dentro —por un momento se estaba arrepintiendo—. Los brazos de Kai lo levantaron, y lo abrazó susurrando: «No te pasará nada malo.» Kyungsoo asintió, y hundió el rostro en su cuello.

Los gritos continuaban y aumentaban.

Luhan despertó, y ahogó un grito con lo que vio.

— ¿Qué es eso? 

—Alguna vez me preguntaste de donde vengo. Yo salí de ahí. —Le contestó Sehun.
Luhan ladeó la cabeza pensando un momento, y de repente gritó contento:

— ¡Tu eres el chico que se convirtió en niño para jugar conmigo! ¡El niño elegante!

—Y decías que no me recordabas. — Sehun había alejado su cabeza del chico, para evitar que le rompa los tímpanos con ese grito.

El número de almas aumentaba cada vez más, tal vez por eso dicen que el mundo se podría acabar. Nadie lo sabe en realidad.

Baekhyun se levantó con los ojos perdidos, y decidió restregárselos un poquito. Al terminar, visualizó a Kyungsoo, Sehun y Luhan. Se sorprendió, y después de ver la puerta se rió llamando la atención.

— ¿Vinieron a despedir mi alma? —Dijo, demasiado divertido.

— ¿Qué haces tú aquí? —Le preguntó un Luhan sorprendido, por ver a su amigo en ese sitio.

—Eso debería preguntar yo. —Baekhyun vio a Sehun usando un traje negro parecido al de Chanyeol, cerca de este último y otros dos. Se rió de sí mismo al pensar que él estaba ahí por haberse burlado de Luhan antes. Vaya desastre—. Entonces eran cuatro.

Sehun soltó una carcajada, que sorprendió al chico sobre su espalda.

— ¡Tu violaste a Kyungsoo! —Baekhyun le gritó a Kai apuntándolo, cuando se dio cuenta de que envolvía a su amigo con un posesivo abrazo—. Y ahora te llevas su cuerpo muerto ¡Descarado! —Estaba horrorizado.

—Se parece a ti. —Kai no pudo evitar reírse, mirando al chico alto con facciones felices.

Kyungsoo levantó la cabeza y miró a Baekhyun esbozando una sonrisa, mientras le decía:

—Me pasó lo mismo que a ti.

Baekhyun no dijo nada. Observó la puerta y después a Chanyeol, y por último bostezó. Volvió a meterse bajo la sábana, seguido de un: «Hasta mañana.» Chanyeol esbozó una sonrisa gigante, de lo más deslumbrante.

Kris observaba la puerta pensativo, cuando escuchó dos susurros demasiado fuertes para sus oídos:

— ¿Escribiste la dirección? —Kai a Sehun le preguntó.

—Lo olvidé —Mintió, porque en realidad quería aumentar la desesperación en…

— ¿Quién vendrá? —Preguntó Luhan en voz alta. Cuando todos se regresaron a verlo, escondió su rostro para que no lo vean esos sujetos.

De repente, un grito de sorpresa hizo eco en las calles, y todos lo buscaron al instante.

—Ya sabía yo que Sehun era extraño. —Dijo Yixing, con rostro sorprendido y feliz. 

Kris lo miraba con los ojos de par en par, más confundido de lo que alguien podría imaginar.

—Veo que el karma te siguió también. —Se burló Luhan. Yixing le pellizcó la nalga sobre la toalla cuando pasó su lado, y Luhan lo miró totalmente indignado.

—Oh, no lo vi venir. Tus gemidos bloquearon mi cerebro.

Luhan frunció el ceño avergonzado y giró su cabeza para ignorarlo. Sehun caminó hacia la puerta, no sin antes darle unas palmaditas a Kris en el hombro, seguido de Kai y Chanyeol empujando su carrito rojo.

Los dos quedaron solos, porque los gritos ya no se escuchaban, solo los pequeños grillos que cerca de ellos cantaban.

—Creí que no querías que te siguiera —Kris se volteó hacia la puerta—. Y sin embargo, tú vienes aquí.

Estaba mal, era como si le restregara en la cara que no podría escapar de su destino jamás.

—No tengo a donde ir —Yixing pateó una piedra que encontró cerca—. Las únicas personas “vivas” que conocía entraron por esa puerta. Me quedaré contigo. —Kris se volteó confundido—. Tengo muchas preguntas que hacerte ¡De todas formas me lo debes!

Unos pequeños hoyuelos aparecieron en su rostro, ignoró la boca abierta de Kris y caminó hacia la puerta entrando curioso. Kris no se movió por varios segundos que le parecieron infinitos, demasiado sorprendido y confundido. Miró su reloj: 11.59 PM, y pasó una mano por su cabello casualmente. Chasqueó los dedos para terminar con el sufrimiento ajeno, antes de perderse dentro de la gran puerta que volvió a sellarse, la misma que desapareció sin que se entere nadie.

Esa noche no hubo caramelos. Las personas no lo notaron, ni lo harían en todo caso.

Cuatro chicos estaban tendidos en una pequeña colina cerca del río Han, sonriendo y dejándose envolver por aquella noche peculiar.

—Ahora podremos ir en paz. —Suspiró Joonmyeon con alivio y calma, y arrojó el juego de video al agua.

—No sé cómo pudiste estar tanto tiempo en eso. Parecías un zombi. —Dijo divertido Jongdae, dándole golpecitos con su codo más de una vez.

—Tú no eres quién para decirlo. —Minseok le jaló un mechón de cabello, riéndose del rostro del pelinegro.

—Me hubiese gustado ir a la playa con Kris. —Tao miraba el horizonte oscuro y lejano, totalmente resignado. 

—De todas formas él se hubiese negado —intentó consolarlo Joonmyeon—, se ve que no es de ese tipo de personas, o demonios… Da igual.

Tao le asintió con una sonrisa y le dio una patada a Minseok, siendo juguetón. Éste se quejó y le lanzó pasto en el rostro, riéndose al ver como lo escupía con enojo.

—Me gustaría haber ido con ellos —dijo Tao, terminando de limpiarse el rostro con las manos—. Los voy a extrañar.

Hubo un silencio triste, un sentimiento horrible.

Joonmyeon vio sus rostros resignados, y les lanzó pasto. Los tres chicos gritaron y se levantaron fastidiados.

—Sehun no cuenta, pero cuando esos tres chicos de traje les cuenten la verdad, vendrán corriendo a visitarnos.

—Podremos preguntarles que hicieron para ir con ellos. —Minseok estaba emocionado, pero todo se derrumbó cuando Jongdae le lanzó más pasto.

— ¿Es que no se lo imaginan? —Sintió un escalofrío—. No quiero toparme con Kai otra vez.

Hubo un silencio.

Minseok y Tao lo miraron sorprendidos, y caminaron hacia el acorralándolo. Joonmyeon estaba de pié tras ellos observándolos.

—Entonces… tu… —Minseok lo señalaba con el dedo, y miró a Tao quién le asentía muy serio.

— ¡Te quedarás aquí solo! —Le gritó Joonmyeon a Jongdae, y todos se voltearon hacia él.

Se echaron a reír y Jongdae frunció el ceño corriendo tras ellos. 

Todos corrían felices, molestándose unos a otros, esperando que amanezca un nuevo día. 
Tal vez, el día en que pudieran volver a ver a sus amigos y pedirles perdón por guardar silencio, al igual que esa luna pura y silenciosa en lo más alto del cielo.

Trick or Treat. -EXO (Yaoi/Lemon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora