Capítulo 4.

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Kai caminaba tranquilamente por las calles cuando escuchó una risa conocida… Entonces decidió desviarse un momento antes de continuar su travesía.

—Oh! —Exclamó con la mirada clavada en Chanyeol, quién corría por las calles en compañía de otro chico, el cuál parecía ser su sacrificio. 

Iban tocando las puertas de las personas y mostrándoles trucos, nada justos y mucho menos unos simples sustos. Parecía un juego típico de Chanyeol, pero hubo algo extraño que llamó su atención. Aquella exagerada felicidad que se percibía a kilómetros, no parecía ser parte de su repertorio, más bien, bajo la influencia de alguien podría ser, que se comportara como el loco que es.

Soltó una risita traviesa, sin poder creer lo que apreciaban sus ojos en aquella noche de luna llena.

Ladeó la cabeza pensando un rato y se arrancó un cabello haciendo una mueca, al sentir como éste dejaba su cabeza. Miró al suelo y encontró un pedazo de papel, pensando en las palabras que en él podría poner. Sacudió el cabello en su mano volviéndolo rígido, después pinchó uno de sus dedos donde poco a poco se formaba una gota de sangre con un rojo perlado, dejándola caer en el papel que había encontrado. Con su pié empujó la hoja en dirección a Chanyeol y continuó su camino sintiéndose mejor.

No había nadie en las calles, seguramente estarían celebrando hasta altas horas de la mañana, bebiendo y lanzándose dulces en la cara demacrada. O eso era lo que pensaba el chico de sonrisa macabra. 

Kai cerró los ojos y soltó una carcajada mientras caminaba. Los abrió y vio cómo se aproximaba a un árbol, del cual se llevó uno de sus preciados regalos. Observó su dedo donde una segunda gota roja se formaba, y la dejó caer sobre los pétalos de aquella hermosa flor blanca que sus manos acunaban. Cuando se aseguró de haber terminado, la lanzó hacia el otro lado.

— ¿Cuándo fue la última vez que te vi así? —Le preguntó a la luna sin esperar respuesta. 

Volvió a cerrar los ojos buscando a su presa inocente, y esbozó una gran sonrisa cuando escuchó una voz agitada pronunciar un «Sehun» repetidas veces.

—Qué —le dijo con voz ronca.

—Podemos ir…

—No —respondió antes de que Luhan terminara la pregunta.

—Pero si no te he… —Ahogó un grito tragándose la frase. Sehun detuvo lo que hacía y lo miró acariciándole la mejilla. Luhan se revolvió ansioso, con un cosquilleo en el rostro—. ¿Por qué estamos frente a la puerta? ¿Vendrá alguien?

—Sí. —Le respondió Sehun tranquilamente dándole pequeños besos en el cuello.

— ¡¿Qué?! 

Luhan se sobresaltó asustado, poniéndose de pié, para directamente hacia su habitación correr.

—Quieto —Luhan se detuvo a medio metro. Y Sehun le sujetó el brazo, para volverlo a sentar en su regazo—. Shhh ~

Posó un dedo en los labios de Luhan sintiendo como su lengua jugaba con ellos sin parar. Lentamente le sujetó las caderas y comenzó a moverlo sobre él. Como una reacción involuntaria, Luhan también empezó a moverse soltando pequeños gemidos entrecortados por cada embestida que recibía, y los suaves rasguños que le atravesaban la espalda permitiéndole experimentar una sensación con la que alucinaba. Dejó caer su cabeza hacia adelante y buscó apoyo con sus manos en medio de las piernas de Sehun, donde había un espacio vacío. Gruñó alto y arqueó la espalda, cuando la velocidad en que era penetrado aumentaba de manera desenfrenada. El sudor resbalaba por su frente filtrándose por sus ojos y los cerró sintiéndolos arder, pero ya no sabía si era por la sal o la sensación de placer.

Cuando el ardor pasó, abrió los ojos a penas un poco, y divisó su miembro erecto un tanto borroso. Acercó su mano a él y…

—No lo hagas —Sehun le rompió todo tipo de esperanzas—. Sólo un segundo más…

Gimió en su oreja y empezó a empujar contra su trasero de manera violenta. De repente, se paró en seco mirando hacia la puerta, y Luhan gruño molesto en respuesta.

— ¡¿Por qué te detuviste?! —Volteó su rostro y encontró a Sehun sonriendo como tonto—. ¿Qué es tan gracioso?

Tres golpes se escucharon en la puerta y Luhan regresó a verla con sorpresa. Miró a Sehun con pánico e intentó levantarse, pero fue detenido por el miembro del otro entrando y saliendo de su interior sin intención de pararse.

—Adelante —masculló Sehun.

Luhan tenía la mirada llena de terror, fija en la puerta que nunca se abrió.

— ¿Jugando al caballito sin mí? —Preguntó una voz risueña, mientras el dueño de ésta arqueaba una ceja.

—Solo hay una silla, no cabrías aquí —respondió Sehun divertido.

Luhan se estremeció cuando escuchó una voz desconocida tras él, y contuvo los deseos de saber quién es.

— ¿Podrían voltearse un poco? —Preguntó con delicadeza el otro—. Así podré ver sus rostros.

— ¿Podrías ayudarnos? En esta posición… es difícil voltearnos —Sehun soltó una risita, cuando se escuchó a sí mismo hablando en rima.

Luhan se sentía excluido de la conversación que no lograba entender. Cubrió su rostro avergonzado por los contantes gemidos que emitía su boca, porque incluso con alguien tras ellos viéndolos, Sehun no se detuvo y continuó embistiéndolo.

—No me hago responsable de mí actuar, al verlos frente a mí jadear —advirtió.

Luhan sintió que moriría en cualquier momento.

— ¿Lo dices… enserio? —Preguntó Sehun con sarcasmo— Incluso en estos momentos… debes de sentir como tu pantalón presiona tu miembro erecto.

Luhan escuchó una carcajada tras él y después el sonido de la silla moviéndose. Después de unos segundos en silencio, sintió unas manos posarse sobre las de él quitándolas de su rostro hirviendo —de la vergüenza—. Luhan mantuvo sus ojos cerrados, pidiendo al cielo que frente a ellos no hubiese nadie mirándolos, y que Sehun hubiese estado hablando solo, o alguna alucinación, producida por el placer y la excitación.

—Alguien vino a verte Luhan —dijo Sehun, disminuyendo la velocidad de las embestidas hasta que solo fueron leves empujones—. ¿No quieres saber quién puede ser?

«Si», pensó Luhan, a pesar de estar negando con la cabeza aún cuando lo mataba la curiosidad. Sehun movió su cabeza hacia adelante y atrajo la de Luhan hacia él volteándola con cuidado, para besarlo haciendo sonidos al chupar sus labios. Fue correspondido de inmediato. Luhan abrió su boca para que su lengua se encontrara con la del otro y gimió cuando sus labios recibieron una mordida llena de descaro. 
Sehun continuaba chupando los labios de Luhan con lujuria, con sus ojos fijos, en la persona que frente a ellos los miraba divertido. Rompió el beso y susurró algo al oído de Luhan, este abrió los ojos y miró por primera vez al intruso dentro de su hogar.

—Disculpa mi mala educación. —Dijo desviando la mirada, para no sentirse más avergonzado de lo que ya estaba. Sintió como Sehun sujetaba y abría más sus piernas exponiendo toda su hombría y parte de su retaguardia, siendo penetrada. Agachó su cabeza pero volvió a ser levantada por una de las manos de Sehun, que la mantuvo ahí para asegurarse de que no aparte la vista, de su pequeña visita.

—Ahora tienes su atención. —Dijo Sehun acariciando el pecho de Luhan, de una manera delicada y sensual.

Hubo un pequeño silencio.

—Mi nombres es Kai, el demonio de la diversión —esbozó una sonrisa de pura diversión—, y tú Xiao Luhan serás mío quieras o no.

— ¡¿Qué?! —Al parecer era la única expresión que conocía. Y no le quedó más que gritarla al ver que no podía levantarse de donde estaba.

—Truco o Trato es mi propuesta —continuó Kai—. No lo pienses mucho, solo escoge el que más te apetezca.

Sehun contuvo una risa traviesa.

—Si escoges Truco uno muy peculiar te mostraré; y si escoges Trato, un deseo sin límites te concederé.

Luhan apretó los labios conteniendo un gemido y, de repente, se sintió agitado mentalmente.

—Escoge Trato —escuchó a Sehun susurrar en su oído. Luhan estaba nublado, por alguna razón no podía eyacular y esa sensación de querer hacerlo lo tenía demasiado mal.

—Tra… —Se detuvo cuando una punzada en la cabeza lo hizo quejarse de sobremanera—. Trato… Quiero Trato.

Kai miró a Sehun con una sonrisa torcida, de lo más linda.

—Dime lo que más deseas, no importa lo que sea.

Luhan sujetó su cabeza sintiendo un dolor extraño.

—Quiero… —Sus labios y los de Sehun se movieron al mismo tiempo—. Quiero ser un demonio como tú —pidió con la mirada perdida.

Kai lo miró extrañado un momento, antes de acercarse a él y darle un leve golpe en la frente con dos de sus dedos.

Luhan cerró los ojos en respuesta y cuando los abrió, se encontró fuera de su apartamento, de pie, usando un traje negro. Dudó un segundo en qué hacer y decidió dar tres golpes sin darse cuenta, de que lo hacía por inercia.
A los lejos escuchó un «adelante», y entró, quedándose en blanco con la escena que presenció: Sehun había atravesado su brazo por los hombros de Kai y bromeaban muy íntimos, sin ropa, que los cubra de ninguna forma. Ósea… desnudos, algo así como cuando la existencia los trajo al mundo.

—Mi nombre es Luhan, el Demonio de la Diversión —las palabras salían de su boca, totalmente solas —, y ustedes serán míos quieran o no. —Ahogó un grito—. Truco o Trato es mi propuesta. No lo piensen mucho, solo escojan el que más les apetezca. —Terminó y tapó su boca asustado. Pobre chico, si supiera en lo que se ha metido.

Kai y Sehun intercambiaron una sonrisa complacida y se acercaron a él, rodeándolo de manera provocativa.

—Interesante propuesta —dijo Kai y Luhan se alejó un poco—. ¿Qué dices?

—Por alguna razón se me apetece un trato —dijo Sehun con retraso, rozándole el trasero al muchacho con ojos de venado.

— ¡¿Qué diablos me hiciste?! —Gritó Luhan desesperado, sintiendo como las palabras se amontonaban en su lengua, saliendo solas sin que él las quisiera—. Díganme lo que más desean, no importa lo que sea.

Volvió a tapar su boca presa del miedo, y la incapacidad para controlar su absurdo cuerpo en esos momentos.

—Queremos que seas nuestro.

Luhan caminó hacia adelante alejándose de ellos, y miró a Sehun confundido, con los ojos tan abiertos como se lo permitía a sí mismo.

—Tranquilo querido Luhan —se acercó a él—, hoy es una noche para jugar. 

Sehun le dio un beso delicado, y Luhan deseó quedarse así de pegados.

— ¿Qué me hizo? —Le susurró en los labios desesperado. Sehun se alejó de él y miró a Kai, porque de todas formas él se lo tenía que explicar.

—Te di mis poderes —respondió divertido—, pero como sabes en todo trato siempre hay una trampa. Te di mis poderes, ahora es como si fueras Kai. Llegaste a proponernos un Truco o Trato, ¿sabes lo que hubiese pasado si hubieses escogido el Truco? —Ladeó la cabeza divertido, y Luhan dio un respingo antes de negar con la cabeza, confundido—. Hubiera matado a Sehun.

Luhan abrió los ojos de par en par asustado, y deseó jamás haber hecho un trato. «Ni siquiera lo estaba pensando ¿Cómo pasó? —Pensó aturdido—. Ni siquiera hablé por mí mismo»

—Por supuesto —continuó Kai— te sentirías destrozado y me rogarías que lo reviviera con el deseo del Trato, y al hacerlo, te entregarías a mí en cuerpo y alma.

— ¡Nos engañaste! —Replicó Luhan frustrado, cuando se dio cuenta de desde el comienzo ese era su verdadero propósito al visitarlo.

—No. En realidad solo a ti. —Le respondió Kai, con una sonrisa demasiado sensual. Luhan miró a Sehun de golpe. —Escogiste Trato, si hubiese sido un deseo cualquiera te lo hubiese dado a cambio de tu cuerpo y alma al final de la noche, pero claro, eso no lo sabrías de antemano.

— ¡Los dos me lo llevarían a lo mismo! ¿Tú lo sabías? —Miraba a Sehun destrozado, esperando que le dijera lo contrario. Él asintió, y Luhan sintió un dolor abrumador en su interior.

—Ahora eres yo —continuó Kai divertido. Debió habérselo explicado todo en un mismo párrafo, pero el verlo desesperado lo animaba demasiado—, y tu único propósito es poseer nuestro cuerpo y alma. Sin embargo, ya habías hecho un trato conmigo y eso cambia las cosas. 

—Hizo una pausa para besar a Sehun, y aumentar la desesperación de Luhan, pero más lo hacía porque al chico inexpresivo le gustaba ese tipo de maldad. — Inicialmente serías un demonio y a cambio tendrías que tomar mi cuerpo al final de la noche, así yo recuperaría mis poderes y tú podrías librarte de darme tu alma.

— ¿Por qué lo dices como si fuese una suposición? —Preguntó limpiando las lágrimas, que caían de sus ojos como un chorro de agua desparramada.

—Porque acabas de cerrar un Trato. Eres nuestro. No tienes ni la más mínima posibilidad de hacerme algo ya que nosotros te lo haremos antes.

Hubo un silencio brumador, que a Luhan le pareció lo más estremecedor que alguna vez vivió

— ¿Qué va a pasar conmigo al final?

Kai pensó unos segundos, mientras buscaba las palabras adecuadas para finalizar su corta explicación y salir del apuro.

—Mi magia te succionará y morirás.

Luhan sintió en su interior el pánico estallar, y se puso a llorar. Se sentía traicionado por el chico frente a él, quién lo miraba inexpresivo pensando en quién sabe qué.

—Si ya te habías aburrido de mí, lo hubieras dicho antes. No era necesario todo esto… —Los sollozos le perforaban el corazón y le dejaban un gran agujero—. Dijiste que estaba aquí para ayudarte, no para matarme, por eso acepté escucharlo.

Sehun se acercó a él. Le quitó la chaqueta y la camiseta, dejando todo en el suelo sin darle una respuesta. Luhan se sobresaltó sin dejar de llorar y se abalanzó sobre Sehun para besarlo con ansiedad.

Kai los miraba con una sensación extraña, la misma que lo asechaba desde siempre, algo así como un deseo de tristeza insistente.

Sehun levantó a Luhan en sus brazos y lo llevó a la habitación que compartían. Se apoyó en el respaldar de la cama, y con cuidado giró a Luhan para dejarlo de espaldas a él, sentado frente a la puerta, en medio de sus piernas.

—No llores —le susurró con ternura, pero Luhan no aceptaba esa excusa—. El vino a ayudarme. Prometo que no te pasará nada malo. ¿Me ayudarás?

Luhan dudó varios minutos en silencio y finalmente asintió de acuerdo. Sehun le dio un pequeño beso en el hombro e hizo una seña con su mano a Kai para que entre, ya que los había estado observando desde la puerta muy paciente. Luhan tenía miedo, y aferró sus manos a los brazos de Sehun. Contuvo el aire cuando vio a Kai posesionarse en medio de sus piernas, acariciando su torso de manera lenta. Esas manos eran diferentes a las que siempre tocaban su cuerpo y cerró los ojos imaginando que era Sehun el que lo acariciaba y besaba, mientras el pantalón que cubría su parte baja resbalaba. Se sentía incómodo, y trataba de distraerse con la cálida respiración del otro en su cuello, mientras se daba cuenta de Kai había dejado libre su miembro. Aquellas mismas manos abrieron sus piernas y las enroscaron en la cintura ajena. Kai lo acomodó como quiso y miró a Sehun pidiéndole su permiso. El asintió demasiado distraído, en algo muy peculiar que le llegaba a los oídos. Kai, intentando mantener el control, embistió a Luhan de un solo movimiento que le pareció fugaz.

Sehun escuchó un sonido extraño, y miró hacia la mesita de noche donde el celular de Luhan estaba vibrando. Lo tomó y lo acercó a la oreja del chico, después de activar el altavoz. Vaya que este chico es ocurrido.

—Luhan estás… —Desde el otro lado, Yixing se detuvo pasmado escuchando como el chico al que llamaba jadeaba desesperado.

—Yi… —Gimió Luhan—. Yixiing… ah! Hola… Estoy… ocupado…

— ¡Disculpa! —Gritó Yixing, y después lo único que se escuchó fue un constante «bip».

Kai penetraba a Luhan rápido, jadeando contra su cabello despeinado y de sudor mojado. Y el chico bajo él solo podía jadear aferrado, a esos suaves y largos brazos pálidos.

—Ya… ya no quiero… Sehun… —Masculló Luhan, como si su vida se fuera a quebrar.

Kai se detuvo en seco y miró a Sehun perplejo, como si hubiese visto a un monstruo aterrador devorar su cuerpo. Se separó de Luhan y se bajó de la cama, sintiendo como algo dentro de él se quemaba.

—Tu…

—En el apartamento de al lado no hay nadie —le dijo Sehun con una sonrisa amable.

—Pero… —Kai agachó la cabeza triste, mientras escuchaba, como la puerta de aquel apartamento era golpeada.

—No pasa nada, ¿o acaso me he evaporado?

Kai soltó una risita, de lo más bonita.

—Gracias. —Le susurró con ansias—. ¿Te espero entonces?

Sehun negó con la cabeza y después de unos segundos Kai se perdió al atravesar la puerta.

— ¿Qué… fue eso? —Preguntó Luhan recuperando el aire.

—Un favor. —Fue lo único que se digno a contestar el chico, mientras recuperaba algunos recuerdos perdidos.

Luhan frunció el ceño después de escuchar tal respuesta, y tambaleándose, se sentó y se giró hacia el chico de rostro inexpresivo, quién sonreía como si fuese un niño. 
«Te ves… muy lindo», pensó aturdido, con aquella imagen que jamás había visto.

—Luhan, toma mi cuerpo.

— ¡¿Qué?! 

—Si no lo haces morirás. Sé que hay cosas que debo explicar, pero si no lo haces no te podré salvar.

Luhan se quedó quieto un buen rato analizando esas palabras. Kai ya no estaba, y pensaba que cualquier cosa que intentaran no serviría de nada.
La mano de Sehun acarició su mejilla con delicadeza, y se entregó a él, dispuesto a hacer lo que quiera.

«Después de todo, si muero será en tus manos. Tal vez… esté sea mi más grande pecado».

Trick or Treat. -EXO (Yaoi/Lemon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora