LA CONFESIÓN DEL ÁGUILA

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Una semana después...

—¡Buen día, Capitana!— me saludaron cuando entré al comedor

—Buen día, pueden sentarse.

Fui a mi asiento, hoy amanecí con mucha hambre, agradecí que el desayuno estuviera servido.

—¿Capitana, tendremos pronto una misión?— preguntó Nicolás

—Agh, debo admitir que ahora si quiero una misión— dijo Peter

—Yo no, agradezco que está semana no me haya tocado a mi— dijo Alice sonriendo

—Capitana— habló North entrando al comedor— le ha llegado una carta de la capital, la he dejado en su oficina.

—Gracias. Posiblemente sea una misión así que no tarden en desayunar— dije seria— no podemos permitirnos bajar la guardia en las circunstancias en las que está el Reino.

—Si— dijeron en unísono.

Una vez en mi oficina abrí la carta , y efectivamente; es una misión.

Hice un portal hacia la oficina de mi Padre.

—Padre.

—¡Julie Chan!— exclamó— tardeaste un poco.

—Perdón, dime, ¿qué pasa?

—Necesito que unas a tres de los tuyos y que los acompañes— me extendió un papel— les confió está misión a ustedes ya que en cualquier de los casos de correr peligro podrían con tu Magia avisar a los demás caballeros.

—¿Qué es?— dije mientras leía el papel.

—Necesito que vayan a la aldea Nozomu que está cerca de la frontera, ayer nos informaron ver a algunos hombres de la Pica por ahí. Hemos mandado a una de las mejores órdenes pero no hemos recibido nada, así que necesito que vayan ustedes.

—Por supuesto— saludé— no te preocupes, nosotros nos encargamos— sonreí.

***

Llegamos a la aldea. Todo parecía tranquilo hasta que percibí una fuente de gran poder al norte de Nozomu.

¡CRASH!

Eran alrededor de treinta hombres de la Pica contra cinco de las Águilas Plateadas, incluyendo a su capitán.

Varios hechizos iban hacia tres de las águilas, hice varios portales que tragaron los hechizos y los devolví; dos hombres menos.

—Vaya vaya— hablo Zada— pero si son las águilas plateadas— sonrió.

Nozel me miró de soslayo.

—Ordenes del Rey Mago— dije poniéndome a su lado.

—Tch. ¿Por qué el Rey Mago mandó a los Colibrís?— preguntó el hermano de Nozel

—Porque al parecer ustedes necesitan nuestra ayuda— le respondió Meg con una mano en la cintura— no te preocupes, que vino también nuestra Capitana.

—Tsk. Cuida tus palabras, ¿acaso no sabes quién soy?—preguntó el hermano de Nozel

—Claro que no— lo miró de pies a cabeza— pero tienes un parecido impresionante con tu Capitán, juraría que es tu familiar, ¡oh! espera— alzó su dedo indice y se mantuvo pensativa un segundo— eres de la realeza— sonrió arrogante— ¿Y estás en apuros?

—¡Desgraciada!— gritó éste

—Basta— hablé— deja de perder el tiempo, Meg.

—¿Meg?— preguntó el hermano de Nozel— ¿qué nombre es ese?— sonrió sarcástico.

LA DESCENDENCIA DEL ÁNGEL| NOZEL/ FUEGOLEONWhere stories live. Discover now