LA DESCENDENCIA DEL ÁNGEL| NOZEL/ FUEGOLEON

LA VERSIÓN NO TAN FRÍA DE NOZEL

Hoy no tengo tantas cosas que hacer, me da tiempo de ir a ver a Fuegoleon.

Desayuné con los chicos, les encargué cualquier misión mientras yo iba a la base de los Leones Carmesíes.

Al entrar a la base noté que muchos de los miembros corrían de un lugar a otro.

—¡Julietta San!— me saludó Leopold

—Hola, Leo, ¿Cómo va todo?— le pregunté

—Agotador, mi hermana nos tiene entrenando día y noche.

—¡Oh! Me gustaría volver a entrenar con Mereo-San— dije juntando mis manos

—¿Qué, entrenaste con mi hermana?— preguntó sorprendido

—Si, en uno de los viajes con mi padre nos la topamos y al enterarse que podía manejar dos tipos de Magia, decidió ponerme a prueba.

Leo me vía perplejo.

—Pero como ya estaba en una orden, no podía desaparecer tanto tiempo, así que quedaba con ella para entrenar los días que mi Capitán me daba libre— suspiré— la energía y audacia de Mereoleona San siempre me inspiraba a darlo todo.

—¿Es por eso que lograste ser Capitana tan joven?

—Si, y no solo el entrenamiento, sino la determinación de querer cumplir un sueño— me agache de manera que nuestros rostro quedaran a la misma altura— ¿tienes algún sueño, Leo-Kun?

Sus mejillas se sonrojaron.

—S-si, ¡quiero superar a mi hermano mayor y llegar a ser Rey Mago!— dijo sonriendo amplia mente— y tengo un rival.

—¿Quién es?— pregunté curiosa, esa cara da gusto.

—¡Asta! De los Toros Negros.

—¿Asta?, el novato de Yami, ¿he?— sujete mi mentón— esta destacando muchísimo, tendrás que entrenar duro para no quedarte atrás, aprovecha a tu hermana como una oportunidad de avanzar en tus objetivos, ¿de acuerdo?— toqué la punta de su nariz con la yema de mi dedo índice.

—¡Si!— dije con entusiasmo y las mejillas sonrojadas.

Después de la charla con Leo fui a la habitación de Fuegoleon.  Esperaba toparme con Mereo-San pero ha de estar en su oficina.

Toqué y después entre a la habitación de Fuegoleon, al lado de la cama estaba Owen sensei.

—Julietta San, veo que vino a visitar a Fuegoleon— dijo con una sonrisa

—Buen día, Owen Sensei... ¿Cómo está Fuegoleon?

—Mejor, no hay nada de qué preocuparse, está estable.

—Es bueno escuchar eso— suspiré.

—Los dejaré solos— dijo poniéndose de pie

—Gracias— dije—... Hola— saludé a Fuegoleon una vez solos— es una excelente noticia el saber que estas estable.

Dormía tranquilo.

Suspiré y le acomodé el mechón de cabello que siempre se dejaba por afuera.

—Sé que no morirías fácilmente, pero no puedo evitar preocuparme por ti— mire por la ventana— el examen de Caballeros Reales es mañana, escogerán a los más fuertes y atacaran a los de Ojo de la Noche Blanca... Nozel encontró su guarida en la zona cuantiosa rocosa gravito... — me detuve al recordar el momento en que me lo dijo— cómo no se me ocurrió buscar en esa zona— dije susurrando—... en fin, iré hoy nuevamente a echar un vistazo, cualquier pista nueva será de ayuda.