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Jungkook tocó por décima vez el timbre, no recibiendo ninguna respuesta a cambio, como si no hubiera nadie en aquella casa.

Comenzaba a pensar que Jimin se había burlado de el y que ese día no debería haber ido a trabajar, soltó una baja maldición, estaba apunto de girarse para marcharse cuando finalmente la puerta fue abierta abruptamente.

Un Park Jimin con una simple toalla rodeando su cintura y el pelo mojado fue quien le recibió, una toalla mas pequeña estaba colocada sobre su cuello. Jungkook quedó anonadado escasos segundos, evitando mirar el musculoso y fornido cuerpo frente a el, frunciendo el ceño.

—Vaya, hasta que se digna a abrirme, Señor.—la última palabra la soltó con sarcasmo.

—Estaba duchándome, ¿Que querías que hiciera?.—reprendió, con voz grave.

—Sabe a que hora llego, podría haberse duchado antes, o mas tarde, es su problema.—inquirió, pasando por un lado suyo, colgando su chaqueta y su mochila en la entrada.

—¿Sabes?.—Jimin se colocó detrás de el—.Deberías empezar a pensar en cambiar esa actitud que tienes hacia mi.

Jungkook soltó una pequeña y casi imperceptible risa amarga, sin gracia.

—Se lo dije desde un principio.—se giró, encarándolo—.Trataré de la misma forma en que se me trata.

Jimin quiso rebatir aquello, abriendo la boca para protestar y contradecirlo, pero Jungkook no le dejó, dándole la espalda y caminando lejos de el, directo hacia las escaleras, supuso que subiría a ver a su madre.

—Este mocoso.—soltó enfurruñado, sujetando la toalla al rededor de su cuello—.Está acabando con mi paciencia.

Una risa tras el lo sobresaltó, girándose y encontrándose con el rostro divertido de Seokjin, quien estaba limpiando sus manos en el delantal rojo y blanco que llevaba puesto. Seokjin había escuchado el timbre de la puerta pero no había podido ir a abrir ya que tenía que estar vigilando varios platos y preparando otras comidas para la reunión de aquel día.

—Creo que en parte también es tu culpa, Jimin.—le dijo.

—¿Mía?.—se ofendió, señalándose.

—Desde el primer momento lo despreciaste solo porque era un chico joven.—le recordó.

—No lo desprecié.—se defendió—.Yo solo no creía que fuera capaz de llevar a caja este trabajo.

Seokjin alzó una ceja—.Lo juzgaste antes de conocerlo, tiene todo su derecho de actuar así contigo.

—¿Te estás poniendo de su lado, entonces?.—preguntó, mientras secaba su cabello con la pequeña toalla, aunque casi sonó como una acusación.

Seokjin rodó los ojos—.Solo trato de decir que Jungkook es un buen chico, lo juzgaste sin conocerlo y él se sintió ofendido, claramente es un chico totalmente cualificado para este trabajo.—dijo suavemente—.Estará trabajando aquí por bastante tiempo, creo que sería bueno que tratarais de llevaros bien, no será tan difícil.

Jimin bufó, dándose la vuelta—.No lo creo fácil, es una lagartija rencorosa.

Murmuró mientras caminaba hacia las escaleras, necesitaba llegar a su habitación para escoger algo de ropa y ponérsela, necesitaba algo formal pero cómodo. A pesar de que se trataba de una reunión amistosa, no dejaban de ser socios suyos los invitados, por lo que quería mantener la imagen limpia y profesional.

Cuando llegó al pasillo vio a Jungkook llamando suavemente a la puerta, tratando de escuchar alguna palabra que le permitiera el paso a la habitación de su madre.

❇I'm Wrong❇ ▶Jikook◀Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt