Capítulo 35

291 52 24
                                    

Narrador (🙂)

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Narrador (🙂)

Cuatro años después...

"Emma, lo siento...

No debí ser tan dura contigo... Perdóname por haberte hecho aparentar ser alguien que no eras a causa del dolor que sentías. Perdóname por no haberte abrazado con amor cuando lo necesitabas, y por haberte hecho reprimir todos aquellos sentimientos a tal punto que los convertiste en odio y rencor. Perdóname por confiar tu corazón a extraños y permitir que lo lastimaran.

No es tu culpa que mamá nos haya abandonado, tampoco es tu culpa que papá haya muerto. No te culpes por eso.

Por favor... no permitas que las voces a tu alrededor te definan. Ninguna voz del pasado tiene el derecho de hacerte sentir de poco valor, tú eres hija de Dios.

De ahora en adelante no seré más dura contigo, no permitiré que te falte amor, ni que cierres tu corazón a tu único salvador. Seremos fuertes, seremos felices, y aunque el futuro nos traiga sucesos desalentadores vamos a resistir, porque tú y yo confiaremos en el Señor. Pase lo que pase Dios será nuestro refugio en todo tiempo, el será quien nos sostendrá de día y de noche. Lo esperaremos y viviremos para él.

Emma... se feliz, ama con el corazón, confía en el Señor."

Esas fueron las palabras de Emma para sí misma, palabras que termino con lágrimas en los ojos mientras veía la fotografía que Marrie les tomo a ella y a su padre cuando era pequeña.

Está bien pedir perdón y ser perdonados, pero es aún mejor cuando se pide perdón y se es perdonado por sí mismo, porque muchas veces nos lastimamos sin darnos cuenta.

—Emma, ya casi es hora...—dijo Marrie entrando a su habitación haciéndola salir de aquellos pensamientos. — ¿Nerviosa?

—Sí, sin duda...

—Estoy muy feliz por ti.

Marrie se acercó a Emma notando las lágrimas que había derramado pero no comento nada. Tomo su cabello y comenzó a peinarla para la ocasión especial.

— ¿Sucede algo?—pregunto.

—No. —respondió levantando la mirada. —Solo recordé cuando papá me peinaba de pequeña.

Marrie guardo silencio, y con pequeños ganchos con destellos coloco el cabello de Emma hacia atrás, dejando caer todos sus rizos por su espalda. —Me hubiera encantado que él me acompañará en este momento. —agregó Emma.

—El estaría muy feliz... quizá en su momento no comprendimos lo que sucedió, pero hubo un propósito. —respondió Marrie haciéndola sonreír.

—Lo sé... ahora lo comprendo, aunque fue difícil.

—Tal vez Alfred no estará presente entre nosotras, pero parte de el estará en nuestros corazones. Siempre será tu padre, y siempre será mi esposo. —menciono Marrie al finalizar el peinado. —Te ves hermosa.

Fría espiritualmente ©Where stories live. Discover now