Capítulo 18

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Emma estaba pasando un proceso difícil, y su carne quería darse por vencida, pero el Espíritu Santo la animaba a seguir.

Ella se sentía lastimada. Debemos recordar que no es fácil pasar por una ruptura amorosa, mucho menos cuando nuestro enfoque esta más en esa persona que en Dios.

—¡Bienvenida!—dijo Cecil. Una chica de la Iglesia que le daba la bienvenida a Emma cada vez que asistía. Su tezera morena y su cabello lacio.

—Hola Cecil.—respondió Emma dándole un abrazo.

—¿Como has estado?—pregunto.

Emma quedó en silencio por un momento, lo suficiente para que Cecil supiera que algo andaba mal.

—Puedes contarme...—dijo Cecil con una breve pausa.—Dios no me ha mando a juzgar lo que estas pasando, sino a ayudarte en lo que pueda.

Al escuchar esas palabras el corazón de Emma sintió la inquietud de hablar con ella acerca de Tomas.

—Ven, sentemos por allá.—dijo Cecil apuntando una banca que estaba un poco apartada de aquel lugar.

Al llegar Cecil le preguntó.—¿Que sucede?

Emma bajo la mirada y se armo de valor, no es fácil exponer el dolor ante alguien.

«Señor, ayúdame.» pensó Emma.

—Di toda mi confianza a una persona que realmente no me amaba, apartándome de Dios. Me aparte de lo bueno, hice cosas de las cuales no me siento orgullosa.—dijo Emma sintiendo vergüenza de sus acciones.

Cecil escucho con atención y comprendió que la situación iba mas allá, incluso que habían acciones que no agradaban a Dios.

—Emma, no sientas vergüenza.—respondió Cecil.—Dios te ama tanto que eres perdonada.

—¿Tanto para ser perdonada?—pregunto Emma.

—Si, te ama mucho, y por si no lo recordabas hoy quiero recordarte que Dios te ama.—dijo Cecil sonriendo de una manera especial que transmitía paz.—Eres perdonada.

—Además...—siguió Cecil.—Estas en un proceso que vas a superar tomada de su mano. Y eso te acercará mas a el.

«Realmente quiero acercarme.» pensó Emma.

—De hecho... Quisiera olvidar.—mencionó Emma.

—No digas eso. Dios permite que pasemos por tiempos difíciles para mostrarnos su poder y se muy bien que en tu vida lo hará. No olvides tu proceso, medítalo y aprende lecciones de el.—respondió Cecil.

Fría espiritualmente ©Where stories live. Discover now