Capítulo 22

343 58 3
                                    

Emma

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.

Emma

Baje junto a Nico y tome valor para sentarme en aquella sala, en donde tenía muchos recuerdos junto a papá, respiré profundo, me sentía tensa, para nada cómoda.

Eunice me miraba con asombro, debo suponer que algo dentro de ella la llevo a querer conocerme después de tanto tiempo. Se veía diferente a como la recordaba, su tez morena junto con su cabello colocho y cafe habian cambiado un poco, solo sus ojos negros seguían siendo iguales.

—¿Podrían dejarnos a solas?—pregunté, haciendo que Marrie y el tío Max se levantarán.

Al salir de la sala Eunice se acomodo en el sofá.—Emma lo siento.—dijo bajando la mirada.

Tarde un momento en responder.—¿Lo siento?—dije retóricamente frunciendo el ceño.

Eunice se puso nerviosa, lo note en sus manos, en la forma en que jugaba con ellas. Trato de decir algo pero no puedo, en ese momento estaba molesta, pero guarde silencio.

—Era muy joven cuando supe que venias en camino.—dijo viéndome a los ojos, tambaleando al hablar.—No estaba lista para cuidarte.

—¿Crees que papá lo estaba?—pregunté un tanto seria sin pensar.

Ella se mordió el labio e inclino el rostro.—No... creo que ninguno de los dos lo estaba.

—¿Que hiciste todo este tiempo?—pregunté moviendo mis hombros por la tensión.

Eunice apretó los ojos y puso su mano en la cabeza.—Yo...—dijo con un tono de voz suave.—Tenia una adicción antes de tenerte, era adicta a las drogas y perdí mucho a causa de ellas...—coloco su mano en su boca temblando.—Casi te pierdo a ti.—dijo en un hilo viéndome a los ojos, sus ojos comenzaban a humedecerse.—Y me di cuenta que podía hacerte mucho daño, por eso decidí dejarte con Alfred, el era un hombre sano, educado, amoroso y yo no era lo que una niña merecía como mamá, no en ese momento.—dijo secándose las lagrimas que habían escapado de sus ojos. —Tiempo después fui a rehabilitación, fue una locura.—dijo con la voz quebrantada.—Después de depender tanto de una droga es una locura dejarla por uno o dos días, está llega a tomar el control completamente de ti.

Escuche todo con atención, pero era difícil perdonar.

—Se que me fui de una manera cobarde, sin sentido y de verdad lo siento.—dijo colocándose la mano en el corazón.

No lograba asimilar todo. Veía como lloraba enfrente mío y por un momento me apiade de ella y trate de comprender todo lo que había pasado.

Fría espiritualmente ©Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora