Emma necesita recordar cuál es el amor verdadero, sin embargo, se ve atrapada en el pasado, donde un suceso desalentador la afecta emocionalmente, trayendo pruebas a su vida que provocan un aislamiento espiritual.
Un poco de confianza es suficiente...
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Narrador (🙂)
El sol comenzaba a salir y la creación de Dios se iluminaba con tonos amarillos y naranjas. La noche anterior había llovido, y al salir el sol el olor a tierra húmeda se hacia notar.
—Emma...—dijo Marrie desde la puerta de su habitación.—Despierta, recuerda que hoy vas a salir con Eli a la reunión de Chicas de la Iglesia.
Emma despertó y se estiro en su cama, estaba feliz, al fin saldría a una reunión de chicas de la Iglesia. Se arreglo para la ocasión y bajo rápidamente.
—¡Nico vamos!—grito Emma desde el primer piso. Nico iría a la cafetería y de paso dejaría a Emma en la Iglesia, así que él bajo rápidamente y salieron de casa.
—¿Saludas a Eli de mi parte?—pregunto Nico mientras caminaban.
—Si, por supuesto.—respondió Emma.—¿Cuando le dirás lo que sientes?
—No lo se, quiero decírselo, pero no tengo prisa por hacerlo.—respondió Nico con una breve pausa.—La quiero, pero sabes... he aprendido que las cosas que provienen de Dios no van de prisa, tengo que ir con paciencia, cuidado y amor; y eso es lo que estoy haciendo, no quiero correr con algo tan importante.
Nico tenia razón, es fácil correr, pero cuando corres es mas fácil caerse ya que no vemos detenidamente lo que hay en el camino, así que esta bien no ir de prisa, mucho menos cuando se trata de amor.
—Tienes razón, eres bueno controlando tus sentimientos.
—Dios los controla por mi.—dijo Nico riendo.—Sin el no se donde estaría.
Emma sonrió.
—Bueno, te veo por la noche.—dijo Nico dejando a Emma en la entrada de la Iglesia.
—Hasta mas tarde.
...
—¡Emma bienvenida!—dijo Cecil con un abrazo. Su personalidad alegre animaba a Emma.
—Hola Cecil, que bueno verte.
—¡Hola Chicas!—dijo Eli acercándose a ellas.—¿Lista?—le pregunto a Emma con un tono alegre.
—Si, algo nerviosa. Ya sabes... hace mucho no venia a una reunión así.
Eli sonrió con ternura.—Vendremos a muchas más, ya veras como el Señor obrará en nuestras vidas.
