• CAPTIVE • 「yoonminkook」

• ocho •

Jimin no daba crédito a la situación, ¿En que momento había terminado de aquella manera?

Esposado a la cama y gimoteando por más mientras Jungkook trabaja con su boca sobre la tibia piel de su cuello.

Vaya sorpresa.

Unas brillantes esposas plateadas mantenían cautivas sus muñecas bien sujetas a la cabecera de la cama, Jimin no tenía escapatoria, por más que tirara de estas, por más que se removiera, no había forma de salir de aquello, y eso lo calentó en niveles que, incluso él mismo, desconocía.

Jungkook sonrió, tener a su bebé de aquella manera era realmente excitante, se veía tan precioso, tan indefenso y dulce, podría hacer con él lo que quisiera, y eso haría justamente.

Mordisqueó los esponjosos labios de su chico antes de permitir que sus manos bajaran por sus caderas, Jimin jadeó y se arqueó contra el caliente toque, buscando más. Sin embargo, Jungkook se alejó un poco.

—Vamos a escuchar cómo ruega mi gatito.— Jimin se sonrojó, la sutil humillación que sintió sólo lo puso más cachondo.

¿Qué le estaba pasando? Aquel juego de dominación y sumisión era algo que ambos querían probar, era un secreto que ambos conocían del otro, más no había sido expresado nunca en voz alta. Sólo habían sabido leer sus intenciones.

—Vamos, Jiminnie, dime lo que quieres.— animó Jungkook.

—Mgh...— Jimin tiró de las esposas, haciendo sonreír a su pareja.— a ti. Te quiero a ti.

—¿Qué es lo qué quieres de mi?

—Todo.

—Tienes que ser más específico, Jiminnie.

Jimin cerró los ojos y relamió sus labios antes de tomar una profunda inhalación.

—Quiero que me folles.— ante la mención de aquellas palabras su cuerpo tembló ligeramente, su parte baja palpitó y se sintió endurecer.

No fue el único. Jungkook también comenzó a ponerse duro. La combinación entre la dulzura de Jimin, y aquellas sucias palabras eran un nuevo terreno que le estaba encantando.

—Lo haré, pero nos divertiremos un poco más antes.— bajó de la cama y se alejó un tanto para admirar a su novio.

La imagen era simplemente erotica y hermosa.

—Jungkook...— jadeó el menor, tensando las piernas, las cuales no estaban restringidas.

—¿Sabes lo precioso que te ves así?

—¿Te gusta tenerme así, Kookie? ¿Mmm?

—Me encanta.— Jimin sonrió y abrió sus piernas, el bulto entre ellas era bastante notorio ya, Jungkook tragó duro y se pasó una mano involuntariamente por su propio bulto.— eres un pequeño descarado.

Al pie de la cama se acomodó, la toalla con la que había salido de la ducha había sido reemplazada por unos holgados pantalones de chandal color negro, y su torso también había sido cubierto, una remera igual color negro, impedía que Jimin vislumbrara el trabajado torso de su novio.

—Esto es lo que quieres, ¿no es así?— tras la pregunta Jungkook pasó la palma de su mano abierta sobre su entrepierna.

Jimin mordisqueó su labio inferior y asintió con un poco de desesperación.

—No te escucho.

—Mgh, sí... eso es lo que quiero. Por favor.— el rubio empujó su belfo inferior hacia afuera formando un pucherito, tan dulce.

Jimin sabía cómo obtener lo que quería, y Jungkook era consciente, siempre estaba dispuesto a darle a su Jiminnie todo. Incluso en ese momento quiso complacer a su bebé, pero ¿Dónde quedaría lo divertido entonces?

—¿De pronto tienes buenos modales? Luego de abrir con tanta insolencia esas bonitas piernas y ofrecerme lo qué hay entre ellas...— chasqueó la lengua y negó con la cabeza.— eres todo un caso, gatito.

Jungkook se acercó un poco, apoyando una rodilla sobre el colchón logró que las yemas de sus dedos acariciaran los muslos de Jimin, quien inmediatamente cerró los ojos y lanzó la cabeza hacia atrás soltando un largo y airoso gemido.

—Mira nada más...— sonrió y se inclinó un poco más.

Sus labios rozaron por donde sus dedos acariciaron antes, estaba tan cerca de la zona íntima del menor. Jimin estaba tan excitado que si Jungkook decidía tocarlo, estaba seguro de que se correría en sus braguitas como un chiquillo precoz.

Sin embargo no ocurrió.

—Iré por algunas cosas que mejorarán este juego, cuando vuelva voy a follarte muy duro, bebé.

Y entonces lo dejó solo en la habitación.