• cinco •

992 76 23
                                        

Todo estaba listo.

Taishi junto con bastante alimento y algunos de sus juguetes había sido dejada con Hoseok y Taehyung, tenían la llave de la casa de campo, el equipaje estaba listo, y también el auto, que había sido prestado generosamente por Namjoon.

Nada podía salir mal.

Jungkook miraba de reojo y con una enamoradiza sonrisa a Jimin, mientras que este cantaba animadamente una pegajosa balada romántica que resonaba por los parlantes del auto. El agradable ritmo hacía que el mayor golpeara suavemente los dedos contra el volante.

—Casi llegamos.— anunció haciendo un cambio de velocidad para tomar una curva.

Jimin volteo a mirarlo con una adorable sonrisa dibujada en sus esponjosos labios sin dejar de cantar, la mano del mayor fue a parar a su rodilla, provocándole una agradable sensación de seguridad. El rubio cabello del menor revoloteó alrededor de su aniñado rostro, la brisa era confortable, templada, el clima era perfecto.

Estaban seguros de que pasarían un agradable fin de semana.

La mano de Jungkook subió por el muslo de Jimin, quien amplío la sonrisa y tomó la mano del mayor entre las suyas pequeñas, entrelazó sus dedos y regaló un pequeño beso en el dorso de dicha extremidad. El de cabellos oscuros sonrió y negó con un poco de diversión en el gesto.

—Oh, aún no compramos los bombones y el chocolate, dijiste que había una tienda de conveniencia en el camino.— recordó Jimin.

Jungkook asintió.

—Eso fue lo que me dijo Namjoon.

—Debimos haberla pasado ya.

—Pero no vi ninguna.

—Quizás debimos pedir indicaciones.

—¿A quién? ¿A un árbol?— Jimin lo miró con molestia, Jungkook sonrió y negó con la cabeza, moviendo la mano para tranquilizar a su novio.— sólo bromeo, no he visto a nadie desde hace kilómetros.

—Mira, allí hay alguien, preguntémosle, oríllate.

Jungkook obedeció y se orilló, casualmente un hombre que lucía como un leñador caminaba por allí, llevaba un hacha y camisa a cuadros.

Jimin bajó la ventanilla un poco más y asomó la cabeza.

—Disculpe, buenas tardes, ¿sabe dónde se encuentra la tienda de conveniencia más cercana?

El hombre se notó ligeramente nervioso, como descolocado, se limpió la frente con el antebrazo y pensó bien lo que iba a decir durante algunos segundos.

—Había una salida un par de kilómetros atrás, debieron tomarla para llegar al pueblo, allí está.

—Te lo dije.— regañó Jimin a su chico antes de sonreír amablemente al hombre.— Muchas gracias, que tenga un lindo día.

Su gran sonrisa permaneció mientras añadía una pequeña reverencia a su agradecimiento. El leñador pareció perderse un par de segundos en el precioso rostro de Jimin. Su oscura mirada clavada en esas mejillas sonrojadas y esos esponjosos labios, aquellos ojos llenos de luz y ese cabello dorado enmarcando a la perfección la delicia que era su carita.

Jungkook pareció notarlo, porqué subió la ventanilla y aceleró, haciendo rechinar los neumáticos y creando una nube de polvo detrás del auto.

—¿Qué te sucede?

—Estabas coqueteando con él.— recriminó Jungkook, Jimin soltó una risita incrédula.

—Es una broma ¿verdad?— Jungkook lo miró seriamente de reojo y Jimin enarcó una ceja antes de sonreír traviesamente.— bien, sí, me descubriste. Estaba coqueteando con ese hombre sucio y lleno de tierra, porque claro, es mi fetiche secreto, la tierra.

Jungkook rodó los ojos antes de sonreír.

—Eres tan infantil.— acusó a Jimin.

—¿Yo soy el infantil? ¿Seguro?

Entre bromas y acusaciones falsas retornaron en la primera oportunidad que tuvieron. Efectivamente se habían pasado la salida, y claro que Namjoon le había advertido a Jungkook que tuviera cuidado y pusiera atención, pero el chico estaba tan ansioso y emocionado de escapar del mundo con su novio, que algunas indicaciones parecieron entrarle por un oído y salirle por el otro.

Compraron quizás más de lo que deberían. Bombones, chocolate, mucho, mucho, mucho chocolate, crema batida, algunas fresas y leche de banana.

Y entonces sí, de manera tranquila realizaron el resto del viaje. Volviendo a la carretera y abriéndose paso entre el denso follaje, con la luz del atardecer dando en sus rostros y el aire golpeando su pieles, dejando atrás la acelerada vida de ciudad que tenían, para reemplazarla con una tranquilidad que sólo la naturaleza podía darles.

• CAPTIVE •   「yoonminkook」Où les histoires vivent. Découvrez maintenant