Capítulo 17

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SAM

El hijo de perra tenía un chaleco antibalas, típico de en un policía. Al menos fue lo suficientemente inteligente para haber venido con algo de protección.

Cuando Jordan vino al club esa noche, como todo buen esposo mande a investigarlo dándome cuenta de que era un policía y estaba detrás de mi empresa, Damián me hizo prometerle que no lo mataría, pero aún así eso no quitaba el hecho de que quería matarlo, el estaba merodeando al rededor de mi mujer y eso era algo que no le iba a permitir, así que cuando me informaron que el estaba cerca de Skylar de nuevo, tomé las llaves del auto más rápido que tenía y llegue hasta aquí.

Parece que la última advertencia que le había dado no le había entrado en la cabeza.

Tomó todo de mí para no tomar a  Skylar en brazos y ponerla detrás de mí, cuando se arrodilló al lado del policía, cuyo nombre verdadero no era Jordán, más bien era Ashton .

Skylar se apartó de su lado cuando vio que no estaba sangrado.

—Skylar...—Ella me miró sus ojos estaban encendidos en furia, y que me maten si no era la cosa más sexi que había visto en mi vida, pero mi niña tenía preguntas y las iba a contestar, a ver si de una vez por todas este hombre desaparecía.

—Cállate. —Me espetó mientras se pasaba la mano por el pelo.

Me acerqué a la barra y tomé una botella de tequila que estaba en la vidriera, destapando y tomando un trago de una. Miré a Ashton en el suelo mientras se frotaba el pecho, estaba empezando a pensar que el hombre quería morir hoy.

—¿Se lo dices tú, o lo hago yo? —Le pregunte mientras alzaba una ceja en su dirección, era hora de poner todo en claro.

Él maldijo por lo bajo y yo sonreí. Él quería a mi Skylar, lo había visto en sus ojos, amaba a mi Skylar, era una pena para él, por que ella era todo mía.

—¿Decirme qué, Samuel?

Samuel.

Ella estaba enojada.

Volví mi vista hacia Ashton y me di cuenta de que él no hablaría, tendría que hacerlo yo.

—Su nombre no es Jordán, su verdadero nombre es Ashton, es un policía de Los Ángeles. Él se hizo pasar por tu amigo para poder llegar a mi.

—No entiendo lo que dices. —ella susurró mientras miraba de Ashton a mi.

Oh mi dulce niña, aún no se había dado cuenta, de que me tenía en sus manos.

—Es simple muñeca, —me encogí de hombros. —Todo el que quiere llegar a mi, tiene que pesar por ti primero.

Las últimas palabras eran tan ciertas como ella no se imaginaba, la mujer tenía mi vida en sus manos y ella no se daba cuenta.

Ella era la persona en la que más confiaba toda mi vida, aún si saber que ella sería a la mujer que más amaría en toda mi existencia. Al principio era sólo la mujer que manejaba mi agenda y mis negocios en parte, dejando fuera mi trabajo extra si sabes a lo que me refiero, pero ella tiene todo en sus manos y aún no lo sabía.

—Aún sigo sin entender de qué hablas.

Todo el mundo estaba en silencio mientras observaba el intercambio, algunos listos en caso de que tuvieran que disparar, y para mala suerte de Ashton esta vez ellos no iba a fallar, iban a darle justo en el centro de la cabeza.

Me acerqué a Skylar, y me alegre de que mi niña no diera un paso atrás, ella no me tenía miedo.

—Siempre haz tenido mi vida entera en tus manos, las horas en las que salgo, o en la que debería estar en equis lugar, un desliz o el más mínimo sano comentario con la información de alguna hora o lugar en la que iba a estar y él me tendría. —Miré sus hermosos ojos, y aparte un mechón de pelo que estaba en uno de sus hombros. —Es simple muñeca, —volví y repetí. —tú eres la única persona que siempre me ha tenido en sus manos.

Casada con un mafiosoWhere stories live. Discover now