Capítulo 4

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SKYLAR

—Los declaro marido mujer, puede besar a la novia. —Odie esas simples y cargadas de sentimientos palabras que acaban de salir de la boca del padre.

Miré a mi alrededor sintiéndome de repente nerviosa, no quería y no podía besar a Sam, esto se sen... de repente mis pensamientos se esfumaron cuando Sam pego su boca a la mía bruscamente, sus labios tomando posesión de los míos como todo un maldito profesional antes de desapartarse de mí y sonreír al pequeño publico que no estaba mirando.

Entré en el auto rápidamente para luego ser seguida por Sam antes de que el auto empezara a moverse en direcciona la casa de Sam...si, no hay luna de miel.

— ¿Cómo vas a justificar delante de la presa que no fuimos de luna de miel? —pregunté cuando el cristal que divide los asientos de atrás y los de adelante termino de subir.

—Trabajo.

Muy bien pensado, todo el mundo creería esa excusa.

Lo vi agacharse y tomar unas carpetas de desde abajo del asiento.

—Ten esto. —tomé las carpetas y las abrí.

— ¿Qué es esto?

—Son papeles de los negocios que vas a manejar a partir de ahora.

— ¿No se supone que estaba despedida?

—No vas a trabajar para mí, no directamente, estos —dio unos golpecitos en las carpetas. —serán negocios dirigidos por ti.

Abrí la carpeta en ella me encontré papeles de tres clubs nocturnos, dos restaurantes y una tienda de ropa. Conocía esos negocios llegaban factura de vez en cuando a mi escritorio las cuales me encargaba de pagar por pedido de Sam. Cerré la carpeta y me dispuse a mirar por la ventana. Luego de una hora que se me hizo eterna el auto se detuvo enfrente de un edificio bastante alto donde en la punta de este se encontraba el ático donde vivía Sam.

El chofer abrió la puerta y Sam salió primero antes de tenderme la mano y ayudarme a salir del auto para luego volver a soltar mi mano. Recogí el borde del vestido que aun seguía teniendo puesto antes de seguirlo al interior del edificio.

Elegancia y costoso, fueron las primeras palabras que vi impregnadas en la decoración de la recepción, un hombre algo bajito se apresuró a tocar le botón del ascensor para cuando llegamos ya este se encontraba abierto de par en par, le sonreí por cortesía y él me devolvió la sonrisa. Las puertas se cerraron.

—Esta es la clave para subir al ático. —dijo Sam mientras tocaba unos botones en el panel. —4526. Repítelo. —puse los ojos en blanco.

4526.

Bien.

El viaje en ascensor fue rápido, al llegar arriba las puertas se abrieron revelando un pasillo por donde tuve que pasar para poder llegar a la sala de estar. La decoración era algo parecido a un hogar acogedor, o eso trataba de ser.

—Te diría que pudieras cambiar todo, pero ya pagué para que hicieran eso. —Sam hizo un gesto. —Vamos te enseñare tu habitación.

Lo seguí agarrando el borde del vestido contra mi cuerpo pasamos un par de puertas, una era de la biblioteca donde también tenía su despacho. El recorrido paró delante de una puerta de color marrón oscuro. Se giro hacia a mí y me dio una llave, la inserte en la cerradura y cuando me iba a dar la vuelta para decirle algo ya él se había ido.

Entre en la habitación negando con la cabeza ¡Vaya comunicación! La habitación me reflejaba completamente, colores en negro, blanco y azul. La cama estaba en el medio, dos puertas en la habitación una de ella era el baño; contaba con un lavamanos doble, productor de baño, maquillaje en los cajones y también cepillos de dientes y dentífricos.

Casada con un mafiosoWhere stories live. Discover now