Capítulo 12

38.2K 3.3K 363
                                    

Síganme en mi instagram @badempire
Los amo Empairistas

—Es un hijo de perra... —murmuré mientras veía a un hombre bailando en la pista de baile desde mi oficina. El hombre no sabía cómo moverse.

—Dios bendiga la boca de mi amada esposa. —me giré justo en el momento en que Sam cerró la puerta detrás de él, posando sus ojos verdes en mi.

El hombre siempre se veía impecable, esta vez estaba vestido solo con un suéter de mangas largas en color verde oscuro y unos pantalones negros,. Él siempre se veía imponente sin importar lo que vistiera.

Habíamos regresado de las mini vacaciones que habíamos tenido a las cuales Sam las había llamado "Luna de miel". Ambos estábamos en mi oficina ahora. Hoy era un día más que perfecto para estar en el club, en las últimas noches las ganancias estaba subiendo cada día más.

—¿Qué haces aqui? —volví mi vista hacia la pista del baile para no intentar saltarle encima, últimamente era todo lo que este cuerpo quería.

Para mi sorpresa y decepción cuando mire a la pista de baile el hombre no estaba ahí.

—Kelsey me llamó.

En el momento en que escuche el nombre de mi cuñada, mi cuerpo se puso en máxima alerta.

—¿Max está bien?

—Si —Respondió rápidamente. —Al igual que Kelsey.

—Entonces no veo por qué Key te llamaría a ti.

Sonrío, esa sonrisa sexi que siempre tenía en los labios. El hombre era una obra andante y sonreía hermoso.

—Ahora soy el tío favorito de Max.

Resoplé mientras tomaba asiento. El chico se había pasado al lado de los traidores, solo un helado había bastado y ahora Sam era su preferido.

¿Sabes cuántos helados le he comprado a ese chico?

Esto es pura traición.

—Ahora soy el tío favorito de Max. —Murmuré con voz infantil totalmente complacida conmigo misma.  Él se aclaró la garganta sofocando una risa. —¿Qué te dijo?

—Pregunto si Max podía quedarse por unos días, ya que tiene que viajar por motivos del trabajo.  —Alce una ceja hacia él. Esas eran cosas que Key me preguntaba a mi.

—¿Dónde está Max?

—Esta en casa, con la niñera.

Sam se acercó y tomo mis manos entre las suyas y las puso en su pecho. La camisa no quitaba el hecho de que podía sentir el calor de su piel y sus músculos. Respire lo más lento posible.

—Es hora de volver a casa muñeca, Alicia se encargará de esto.

Asentí y él me besó en los labios. Tomé mi bolso y mi teléfono, ya en la puerta Jack se quedó con el bolso mientras nos dirigíamos a la parte de atrás del club. En el auto de camino a casa Sam insistió en detenerse en una pizzería, para llevar algo de cenar, a lo cual yo no me iba a negar, estaba hambrienta y muy cansada.

Al llegar a casa tire los tacones en un lado de la puerta, Max estaba sentando en una esquina junto a la niñera, armando lo que parecía ser un rompecabezas. El niño puso sus ojos en mí y luego corrió hacia nuestra dirección primero abrazando a Sam y luego a mi.

Pequeño traidor, pero al mirarlos juntos mi corazón dio un latido. Se veían hermosos juntos, y por un momento pensé en que sería si tuviera mis propios niños.

Sam me miró con orgullo en su mirada mientras ponía la pizza en la isla del apartamento, negué con la cabeza mientras cargaba a Max quien ahora se había pegado como un mono a mi.

—¿Qué estabas haciendo? —le pregunté a Max besando su mejilla regordeta.

—Iré a despedir a la niñera. —Me susurró y beso mi mejilla.

—Uhhh, tía Azul y tío Sam se besan. —entrecerré mis ojos de manera juguetona hacia Max y empecé a llenarlos de besos mientras él se reía y gritaba. —¡No tía azul, nooo!

Vi a Sam entregándole algo a la niñera, y Jack a su lado esperando. Después de uno minutos solo quedábamos nosotros tres.

—¿Tienes hambre amiguito?

Deje a Max en una de las sillas de la isla, pegando su pequeño cuerpo a mi. Este empezó a mover sus pies de un lado a otro. Cuando Sam abrió las cajas de pizza el olor llego directo a mi nariz, haciendo que mi estómago gruñera fuerte, el sonido haciendo que Max me mirara con confusión.

—Bueno chicos, iré a cambiarme, ¿pueden manejarlo ustedes dos?

—Ve, yo me encargo.

SAM

Me mordí el labio inferior mirando el trasero de Sky y pensando en todo lo que haría con el más tarde.

—Tío Sam. —el chico me miraba impaciente,  a lo cual asentí.

Luego de unos minutos Skylar bajo con una de sus pijamas, el plan era ver una película con Max y por tal razón terminamos viendo La bella y la bestia. En mi interior estaba más que feliz por la elección que había hecho el pequeño ya que nunca admitirá en voz alta que es mi película favorita, pero aun así eso no impidió que pusiera una cara seria.

—Nenitas—murmuré cuando al final de la película me di cuenta que ambos estaban dormidos.

Primero tomé a Max y lo lleve a su habitación temporal. Cuando baje Sky estaba frotándose los ojos mientras apagaba la pantalla, le ofrecí mi mano y la atraje hacia a mí abrazándola, ella puso su cabeza en mi pecho y nos quedamos un momento así, solo abrazados mientras acariciaba y olía su cabello.

En las últimas semanas, mientras más pasaba tiempo con ella, estaba empezando a conocerla, lo que le gustaba, lo que no, la forma en que arrugaba la frente cuando algo no salía como ella quería, el como sonreía cuando estaba con las chicas, la manera en que comía, y la forma en la que aveces el estrés de manejar los clubes la alcanzaba.

Todo eso me estaba volviendo loco y mis sentimientos hacía ella se estaban haciendo más fuertes.

Y si estabas esperando que te iba a decir que estos sentimientos me estaban asustado, lamento decepcionarte, yo era un guerrero y estaba más que consciente que en algún momento de la vida esto pasaría, ya me había preparado, solo fui un paso adelante y decidí con quien quería que eso pasara y créeme que no hubiera elegido a alguien mejor que Skylar.

Casada con un mafiosoWhere stories live. Discover now