Capítulo 15

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ATENCIÓN, PUEDEN HABER FALTAS ORTOGRÁFICAS.

SKYLAR

Sam estaba en frente de mi y él me estaba mirando.

¿Porque?

No lo sabía y ya le había preguntado ganándome ninguna respuesta y que siguiera mirándome. Estábamos en el jet de camino a Múnich en donde íbamos a encontrarnos con su madre y hermana, y él haría algunos negocios.

Estaba un poco nerviosa, amabas habían estado en la boda, y había estado hablando con ambas mientras me ayudaban a prepararme para la boda, pero no habíamos pasado un día entero juntas.

—Deja de mirarme. —Le ordene a Sam mientras me colocaba los lentes y me acomodaba mejor para tratar de dormir.

***

El último hombre dejó la maleta y asintió hacia Sam. Ya que su madre ni hermana vivían aquí en Múnich, y solo estaban de paseo, nos tocaba quedarnos en un hotel, imagina mi sorpresa cuando subimos al último piso del mismo para encontrar semejante penthouse.

—¿A qué hora nos toca reunirnos con tu madre y hermana? —Él siguió mirándome por un momento, y exploté. —¿Qué tanto es lo que me miras?

—Eres hermosa. —dijo y se encogió de hombros, y luego miro su reloj. —Dentro de dos horas, así que alístate rápido.

Gemí de frustración, eran pocas horas y aunque había dormido en el jet, quería dormir un poco más. Lo mire de mala ganas y pase por su lado. Él me agarro del brazo, y me acerco a él para luego susurrarme al odio.

» Se lo que te puede quitar ese malhumor. —Beso mi mejilla, y luego me soltó.

Me quedé inmóvil por un momento mientras él se movía. Apure a mi mente a trabajar rápido y me moví lo más deprisa que pude hacia la habitación, en donde cerré la puerta y me recosté en ella.

—Ese maldito...—Murmuré y entre al baño.

Si quería estar a tiempo tenía que alistarme rápido.

Treinta minutos después ya estaba sentada en el tocador con una bata puesta, a medio camino del maquillaje. Lo que me iba a poner ya estaba en la cama, así que termine de maquillarme, con algo muy simple y sutil, pero a la misma vez totalmente elegante.

El vestido era de color beige y solo me llegaba hasta las rodillas, sus mangas eran largas y por su puesto no tenía nada de espalda, por lo que hacía imposible llevar un sostén, aunque eso no me impidió llevar unos cubre pezones. Mi cabello estaba recogido en una cola de caballo alta que llegaba hasta la mitad de mi espalda.

Me miré en el espejo después de ponerme los zapatos y mire mi silueta, estaba hermosa debía de admitir, y me veía un poco descansada a pesar de que realmente sentía lo contrario.

Sam entró en la habitación, y me miró de arriba abajo, hice lo mismo con él. Se veía delicioso en una traje, vestido totalmente de negro, en sus manos solo llevaba un hermoso reloj y el anillo de bodas lo que me hizo mirar el mío. El hombre era todo un caso.

—Te ves hermosa.

—Tu también luces genial. —El sonrio, el hombre hacia eso mucho a mi alrededor.

Casada con un mafiosoWhere stories live. Discover now