Capítulo 19

1.9K 273 158
                                    

Pestañeé los ojos varias veces.

¡Esperen! ¿Me estaba halagando?

—Quiera o no, tengo que trabajar contigo. —Hizo un gesto de decepción en el rostro—. Pero qué se le hace, solo conozco mocosas que consumen mierda, pero no que la escriben.

Si me iba a halagar, mejor que no lo hiciera.

Iba a contestarte como se merecía, pero cuando se cruzó de brazos y me observó con atención, se me adelantó:

—Y Valeria me ha dicho que confía en ti. Así que no me queda otra cosa que darte el beneficio de la duda, dar mi brazo a torcer y pedirte que me ayudes en mi trabajo. —Apoyó su rostro sobre su mano derecha—. Hagamos un intento por empezar desde cero. ¿Qué dices?

Me quedé de piedra.

Soltó una sonrisa torcida, de esas que recordé que me derretía. Ayyyy, ¿cómo iba a replicarle así?

Asentí, dubitativa. De Dash podía esperar cualquier cosa.

—Ya sé que te gusta la mierda literaria...

Fruncí el ceño, ofendida.

—Pero supongo que no se puede pedir mucho de alguien como tú, que seguro que ha crecido invadida por la basura que consume esta sociedad...

Mis labios se tensaron. Me moría por responderle como se merecía, pero soltaba tan rápido su monólogo de una sociedad consumista pensada para mujeres cursis, que no me daba oportunidad.

—Estupideces como novelas mexicanas y turcas; comedias románticas, protagonizadas por Jennifer Aniston, hechas para mujeres; bandas musicales que solo cantan al amor y demás mierdas...

¡Ah, no! Esto ya era demasiado.

Me moría por responderle como se merecía, pero soltaba tan rápido su monólogo de la sociedad consumista, que no me daba oportunidad.

—Así que, supongo que eres de las niñas que solo piensa en romances rosas...

Las ganas de matarlo iban aumentando.

—Y de seguro que sueña con su cantante de una boyband de moda...

Dio la vuelta en su silla, muy entretenido. Luego, cuando estuvo frente a mí, dijo muy serio lo siguiente:

—Así que dime, mocosa, ¿cuáles son las historias que escribes?

Tragué saliva. ¿Era que acaso me había leído la mente para enterarse de mi vida o qué?

En un primer momento, opté por mentirle. Si le decía lo que escribía, muy lejos de lo que despreciaba, pudiera que, en cierta manera me ganase su respeto. Pero, ¿de verdad sería así?

Lo dudaba. Dash demostraba ser bastante snob al seguir criticando "las historias por y para mujeres, calificándoles de mierda comercial, y tramas predecibles y aburridas". ¡Argh!

¡Estaba harta de que calificara como mierda todo lo que consumía! Su crítica incluso podría decirse que era machista, dado que hablaba con desprecio de las comedias romántica. "Hechas para mujeres... ". ¿Pero qué se creía?

Por otra parte, si le mentía, lo más probable era que lo descubriera. Total, trabajábamos para la misma editorial y, si se le daba por husmear un poco, podría dar con mi libro tarde o temprano.

Motivada por las ganas de enrostrarle que era un machista y que dejara de despreciar el trabajo ajeno, muy envalentonada, le dije la verdad:

—Escribo fanfics de boy bands —hablé casi en un susurro.

Cómo conquistar a un escritor [y no morir en el intento]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora