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Haewon POV

Escuché tres molestos toques en mi puerta

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Escuché tres molestos toques en mi puerta. ¿Por qué tenía que enviar al idiota de mi hermano a despertarme? Lo ignoré y volví a dormirme. Él siguió tocando la puerta, cada vez más rápido y más molesto, y eso porque no podía entrar. Esta vez decidí cerrar mi puerta con llave porque la última vez que entró a despertarme me empujó de la cama y estuve una semana caminando encorvada por su culpa.

- ¡Haewon! Levanta tu culo plano de la cama y date prisa, que vamos a llegar tarde - me gritó desde el pasillo.

Ugh. Lo voy a estrellar contra la pared un día, van a ver. Me levanté, encendí las luces y abrí la puerta. Para su suerte, ya no estaba en el pasillo. Busqué mi ropa y fui a darme un baño. Cuando salí fui a la cocina para desayunar.

- La próxima vez que le digas plano a mi culo te voy a aplastar la cabeza con él. ¿Escuchaste? - le dije a mi hermano que estaba sentado en el comedor.

- Solo tienes envidia de mi trasero redondo - dijo él sonriendo con maldad.

- En serio Jimin, ¿es que no puedes actuar como un ser humano con cerebro, al menos, una vez en tu vida?

Me senté a desayunar ignorando al tonto que tenía a mi lado y mi madre salió de la cocina.

- Buenos días - nos dijo con una sonrisa - ¿Ya están listos?

- Ahora que Haewon decidió salir de sueñolandia, si.

Rodé los ojos y terminé de desayunar. Tomé mi mochila y salí caminando lo más rápido que pude para adelantarme a Jimin, pero fue inútil. Él me alcanzó en la primera esquina y comenzó a hablar bobadas como siempre. Y yo lo ignoré por completo... como siempre.

Al llegar al instituto cada uno tomó un camino distinto. Al fin. Uno de los pocos momentos de paz que tenía en el día. Fui hasta la esquina de la entrada, cerca del aparcamiento, que era donde siempre me encontraba con Junhee antes de entrar.

- Creí que te habías quedado pegada a la almohada hoy - me dijo mi mejor amiga sonriendo cuando me vio.

- ¿Qué hay?

- Lo mismo de siempre - me respondió encogiéndose de hombros - Necesito que me pases tu tarea de matemática antes de que llegue el profesor.

Sip. Lo de siempre.

- ¿Cuándo vas a aprender a hacer los ejercicios tú sola? - le pregunté con una sonrisa burlona.

- Ay, no seas pesada - me sacudió de un brazo - Sabes que no es mi fuerte y a ti se te da muy bien.

- En el examen no te voy a poder estar pasando las respuestas. Así que más vale que vayas aprendiendo desde ahora - me hizo un puchero. Suspiré - Hoy te la voy a pasar - sonrió - pero mañana la haces tú sola. ¿De acuerdo?

- Ok - dijo y me abrazó por el mismo brazo que me sacudió hace un rato - Si me explicas cómo.

- Mejor entramos antes de que sea tarde - le dije intentando zafarme de ella.

- Espera - me hizo voltearme - Mira.

Señaló un auto que se acercaba al instituto. Un Audi plateado que frenó justo en el único sitio libre que quedaba en el aparcamiento. Qué extraño. Nunca había visto ese auto por aquí. ¿Sería de algún profesor? Seguro del director. El motor se apagó y se abrió la puerta del conductor. Un chico alto de cabello negro salió, cerró la puerta y se dirigió a la entrada. Todos volteaban a verlo a medida que caminaba por su lado y cuando llegó a la entrada y pasó junto a nosotras lo pude observar más de cerca.

¡WOW! No tenía palabras para describirlo. Iba bien vestido. No era ropa de marca pero, aun así, era de buena calidad y a él le quedaba genial. Y su mirada... su mirada me atraía demasiado. Tenía las facciones bien definidas y su expresión era seria, con unos ojos oscuros, que no sabía decir si negros o marrones oscuros porque no le tenía tan cerca como para distinguir bien el color. El cabello largo le caía en la frente. Joder. Era el chico más hermoso que he visto nunca. Junhee soltó un silbido cuando el entró.

- Bueno, esto nos hace el día un poco más interesante. ¿No crees?

- ¿Un poco? - le dije con los ojos muy abiertos y ambas reímos y entramos.

El chico estaba parado frente a un tablero en la pared. El mapa de la escuela.

- ¿Quién será? - preguntó Junhee con curiosidad.

- No sé pero con gusto lo puedo averiguar - le dije mordiéndome el labio sin apartar la vista de él.

- Park Haewon, dime que no ha sido tu boca de donde salieron esas palabras - mi mejor amiga me miró sorprendida y yo rodé los ojos.

La verdad es que nunca había estado tan interesada de esa forma en un chico, pero este pelinegro había causado un efecto en mi de tal manera que me hacía querer saber todo sobre él. ¿Cuál era su nombre? ¿De dónde venía? ¿Qué secretos se escondían detrás de esos ojos oscuros?

- Hey - Junhee me golpeó en un brazo, sacándome de mi trance y me señaló justo donde estaba el chico - Mira quién llegó.

Cuando miré no pude ocultar mi desprecio. Song Eunmi. La chica más popular de la escuela, asquerosamente rica y presumida. La chica más desesada y codiciada por todos los ignorantes que no eran capaces de ver más allá de las apariencias, porque lo que tenía de bonita, lo tenía de desagradable. Una niña mimada que creía que el mundo giraba a su alrededor, solo porque su padre era el dueño de la cadena de tiendas más importante de Seúl.

Odiaba a las personas como ella. Pero por supuesto, siempre que hay sangre nueva las vampiresas no tardan en atacar, y esa vampiresa era la más peligrosa de todas. Ella y sus "amigas" (si porque realmente dudaba que fuesen amigas suyas, solo andaban con ella por quien era. Las chicas como ella nunca andaban solas) se acercaron al pelinegro sin ningún disimulo.

- ¿Estás buscando la dirección? - preguntó Eunmi con esa voz melosa suya que tanto me irritaba - Te puedo llevar si quieres.

El chico volteó la mirada hacia ella. Dio un paso y se alejó del tablero. Seguramente ya cayó ante sus encantos.

- No hace falta. Creo que ya sé dónde está - le dijo con una voz firme, en tono serio - Pero gracias de todas formas.

Se alejó de ellas como si nada y dobló la esquina del pasillo. ¡Qué bien! Parece que a este no va a ser tan fácil hincarle el colmillo. Creo que no es necesario describir con tantos detalles la expresión de sorpresa y decepción de Eunmi. Creo que era la primera vez que un chico la rechazaba. Ese pelinegro me gustaba cada vez más. Junhee se llevó una mano al pecho y sonrió sorprendida.

- ¿Has visto? Joder, ya me cae bien ese chico.

Justo cuando le iba a responder sonó la campana y todos empezamos a dirigirnos a clases.

- Recuerda pasarme la tarea - me dijo cuando entramos al salón.

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Golden Boy [JJK]Where stories live. Discover now