Traición

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21━━━━━CAPÍTULO VEINTIUNO. TRACIÓN. 

Cuando por fin me encontraba en la cocina, me preguntaron si me pasaba algo, pues era muy tarde, lo negué. Todo lo que me había pasado resultaba muy extraño.

—Bueno, hoy volveremos a Smasville capital—dijo el director.

—Yo preferiría quedarme aquí unos días más, si es posible—anuncié y Diego me miró, sorprendido—Es que esta isla es muy tranquila—disimulé.

—Si te quieres quedar, no hay problema—dijo Sandra—Pero tendrás que convivir conmigo.

—¡Ni en broma!—exclamó mi amigo—Intentará matarte igual que a mí y mira que yo soy su hijo.

—Diego, vamos—le miró el director—Eso es cosa del pasado.

—¿En serio?—pregunté—Y lo de Alexa, ¿qué?, ¿también es cosa del pasado?

—Será mejor que no hablemos de eso ahora...—me contestó Martha.

Y yo, enfadada me crucé de brazos y me fui a una esquina. Sandra salió fuera a "tomar el aire", acompañada de la nueva secretaria y Diego se fue a su habitación. Yo indignada, le lancé una mirada de odio al Jefe de Magia y sentí que me estaba elevando levemente. Oh, no. 

—¡Emma!—susurró él—No es lo que parece—mis pies volvieron al suelo.

—¿Cómo que no es lo que parece?

—Solo te diré una cosa para que no nos escuchen: Si no puedes con tu enemigo, únete a él—primero no entendía nada, pero luego llegué a la conclusión de que era todo una trampa. ¡Claro! ¿Cómo no lo habría pensado antes? 

Sonriente por la noticia, salí al bosque, con el mapa en mi bolsillo. Ignoré a Sandra y a Martha, para no llamar la atención. Caminé un poco desorientada hasta que me topé con esa cabaña. La cabaña. Llamé a la puerta pero nadie contestaba, así que decidí entrar por mi misma. No había nadie, revise la casa de arriba a abajo. Pero nada sospechoso. De pronto, un perro comenzó a ladrar a lo lejos y recordé que había uno la última vez que fui. 

—Hola, de nuevo—me dijo alguien y miré hacía todas las direcciones pero no había nadie.—No estoy aquí presente, querida.

—¿Qué?—cuestioné confundida

—Escúchame—me respondió la voz, que reconocí como la de Ayelén.

—O sea que estoy soñando de nuevo—razoné.

—No—me contestó—La última vez todo fue un engaño, descubrieron que quería contarte toda la verdad y te hicieron creer que estabas dormida, pero todo fue real, yo soy real. Al descubrir que yo estaba aquí, echaron un somnífero en la sopa que estaba cocinando, ya que se imaginaban que te la daría a probar, y así fue. No sé porque no me di cuenta antes. Luego vino a por ti un hombre moreno y alto. Me dijo que tenía la orden de matarme, pero que no lo haría porque no es una mala persona. Con suerte puede esconder el mapa en aquel libro que llevabas en la mochila—terminó de hablar y yo me quedé con la boca abierta. Esto no era cosa del Jefe de Magia, si no de Sandra. Ella era quién no quería que supiese los secretos, no cómo me había dicho Martha, lo que significaba que ella estaba compinchada, con lo inocente y buena que parecía. Por otro lado, el guardia sería Elio, pues se llamaba así el encargado de controlarme. Pero no lo culpaba a él, ya que solo cumplía órdenes. Todo un cuadro.—Ah y te estoy hablando por un chip micrófono que se encuentra en el techo—añadió Ayelén.

—¡Ya comprendo todo!—grité y al darme cuenta de que me podrían estar espiando bajé la voz—Ahora me tengo que ir, necesito contarle esto al director.


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