¿Dónde estarán?

202 107 16
                                    

O6━━━━━CAPÍTULO SEIS. ¿DÓNDE ESTARÁN?

Acaba de amanecer, parece que al final he podido dormir un poco. Estuve toda la noche atento a cualquier cosa que pudiese darme una pista de donde estaba. Sandra había dejado la pequeña luz encendida, pero en la habitación no había nada, solo un colchón y una mesita con un cajón que ya estuve examinando. Y no es que se oyera gran cosa, solo murmullos imposibles de descifrar y mi respiración agitada. Hacía horas que no comía ni bebía.

—¡Sandra!—grité. 

Necesitaba comer, o beber agua por lo menos. Hacía ya un rato que los murmullos cesaron...¿y si me habían dejado ahí tirado para que muriera? Nunca había tenido tanto miedo. Me acerqué  a la puerta, pero nada, la cerradura era imposible. De pronto se escucharon unos pasos y por un lado me alegré. Rápidamente me alejé de la puerta.

—¡SANDRA!— volví a gritar aún más fuerte.

Alguien abrió la puerta, pero no era ella. Era un chico alto, con el pelo marrón rizado y los ojos verdes. Tenía pecas y era de mi edad.

—Sa-Sa-Sandra, no está aquí.—dijo inseguro—No llegará hasta dentro de dos horas—

—¿Quién eres?—pregunté.

—Soy su hijo...pe-pero no le digas que te lo he dicho, por favor...si no me matará.—respondió exagerado.

—¿Tan mala es tu madre?—

—Sí—afirmó—Anoche me contó que tu eres de Smasville, de los enemigos, y que si no le decías toda la información que ella necesitaba, te pegaría un tiro—empezó a contarme—También me dijo que tú y tus compañeros estáis en el bosque realizando una misión secreta, o algo así...—después de decir eso los dos nos quedamos callados por unos segundos y él continuó—Ya sé que la pregunta es un poco atrevida...pero, ¿podría irme con vosotros?—terminó y calló.

Estaba sorprendido, jamás me imaginé que fuera eso lo que él deseaba. Pero luego pensé que podría ser un infiltrado que le fuese contando a la organización El Benco lo que hacíamos.

—¿Y bien?—cuestionó inquieto.

No sabía que responder, y le dije que no.

—Pero, ¿por qué?—preguntó.

—Porque no soy tonto, y sé que tu "madre" te ha obligado a que cuentes está estúpida historia para dar pena, y después contarle todo lo que hayas descubierto sobre nosotros—

—Eso no es así.—negó—Seguramente que me habría obligado, pero no. Lo único que quiero es ayudar...tengo mucha información que os podría servir, y además, te dejaría salir de aquí...saldríamos juntos, nos escaparíamos...—empezó a decir nervioso—¡Por favor!—

—Está bien.—dije sorprendido de mis palabras, ya que yo era muy desconfiado.

—¡Gracias!—contestó—¡Vamos!—

—¿Ahora?—no es que no quisiera salir de aquí, pero estaba débil para ponerme a dar vueltas por el bosque.

—Toma, cómelo rápido.—dijo tendiéndome una barrita energética—A unos pasos de aquí hay un pantano y podrás beber agua.—

Me la comí de dos bocados y subimos por unas escaleras. Aquello era un búnker subterráneo. Después caminamos, llegamos al pantano (dónde paramos), y seguimos caminando hasta perdernos.

—¡Genial!—exclamé con ironía.

Claro que eso lo dije antes de ver unos árboles colocados de forma extraña. Y de pronto recordé que estaban colocados así para nosotros, por si se nos olvidaba el camino hacía nuestra nueva casa, por si salíamos. Se lo dije a Diego, que era así como se llamaba mi nuevo amigo, y corrimos hasta llegar al edificio dónde vivíamos mis compañeros y yo actualmente. 

—¡Qué casoplón!—dijo entre risas.

—Sí.—le contesté—Pero está vacío, ¿dónde estarán?

SmasvilleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora