Capítulo 04 [Actualizado]

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Anna.

Liam había salido más enérgico de la casa familiar que nunca, sabía que era por su mate. Era un nuevo día, muchas emociones entremezcladas nos tenía a ambos muy nerviosos y a la vez impacientes. Ayer habíamos aprendido algo importante; por fin no estaríamos solos. Quería ver a Dereck, abrazar a mi pareja destinada.

Era tan varonil, tan sexy, tan comestible. Dios, era perfecto, y me había enamorado como nunca de él. Aunque no sabía si la palabra "como nunca" era la adecuada. Desde niña añoraba conocer a mi pareja destinada, queriendo ser tan feliz como lo eran mis padres u otros miembros de la manada. Mi loba aullaba feliz desde que lo encontró y yo, como ella, lo festejaba.

No me había dado cuenta que ya estábamos en frente de la entrada de la Universidad. Los jardines del campus creaban un pequeño camino que llegaba hasta la zona central. A sus lados, los aparcamientos.

Las dos rubias oxigenadas y operadas se acercaron a Liam y poniendo sus tetas extra grandes, tanto como un balón de baloncesto con la rigidez de un cadáver. En otras palabras, rígidas. Completamente visible que no eran auténticas. ¿Nunca aprendían? Rodé los ojos y me acerqué.

Agarré el cabello de ambas, separándolas de mi alfa. Sus manos directamente posándose sobre las mías, intentando que no les arrancara las extensiones que poseían.

—Dos chicas como ustedes no deberían tocar a mi Alfa.—Sonreí falsamente, pensando frases no muy bonitas para describirlas.—

Como era de esperarse ellas no lo entendieron, pero Liam me agarró del brazo, haciendo que dejara el cabello rubio de ambas féminas. Evitando así la muerte de estas. Quería decir más cosas, estaba harta de ver cada mañana de día sí trás día también que esas rubias que se revolcaban con media facultad intentarán acercarse a mi mejor amigo por la posición que este poseía.

Giré mi cuerpo ante el sonido de un potente gruñido. El delicioso olor que desprendía mi compañero hizo que mi mente se pusiera en blanco. Enseguida me ví buscándole con la mirada, queriendo encontrarle para acercarme a él, conocerle. La multitud que se había generado a nuestro alrededor-como siempre- me dificulta la búsqueda... hasta que lo vi. Sus ojos se encontraron conmigo, su cuerpo acercándose a mí. Sinfonia, su Alfa, me miraba, desviando sus oscuros ojos hacia Liam.

Podía sentir las emociones de Dereck recorrerme, tan fuertes y salvajes que producían pequeños temblores por todo mi cuerpo. ¿Qué hice?

Me sujetó la mano con sus dedos y me jalo hasta sacarme de la multitud que seguía alrededor. Al girarme observé cómo poco a poco Liam se perdía entre las personas, estas mismas siendo más lejanas mientras Dereck me llevaba con él.

—Dereck, déjame, tengo que volver con mi Alfa. —Comenté. Me había ido de su lado sin decirle que volvería pronto. Nunca nos habíamos separado de aquella manera, odiandome por dejarle con aquellas dos idiotas. Aunque con Sinfonía ahí, no se acercarán a mi amigo.—

Sus ojos eran negros. ¿Por qué estaban así?

Apretó un poco su agarre y apreté la mandíbula. No dejaría que me viera débil. O asustada. No sabía que estaba pasando. No sabía donde me encontraba, no me sonaba haber estado nunca por esta zona. Mi espalda se apoyó en la pared más cercana, el cuerpo de mi pareja pegado al mío, su olor envolviendome. Nuestros aromas mezclados. Estaba tan cerca de mí que casi podía sentir los latidos de mi corazón en mis oídos. ¿Él podía escucharlos? Dereck sonrió, su bonita dentadura haciendo presencia. Sus ojos volviendo a la normalidad. La tranquilidad me envolvió cuando comprobé que su lobo no estaba cerca de la superficie.

—No irás con él. Tardé siglos en encontrarte, no te perderé.

—No me perderas, solo es Mi Alfa. Pero tú, Dereck, eres mi mate. Son cosas diferentes, tú el mayor regalo que el destino ha podido entregarme. —Respondí con suavidad, acariciando su mejilla con ternura.

Sus manos se colocaron en mis caderas, provocando que una sensación desconocida me recorriera.Su lobo aullaba, lo sentía y sonreí traviesamente.

—Eres mía. —Rugió acercándose a mis labios. Gemí al verlo tan cerca.—

—Soy tuya. Y tú eres mío.— Gruñó yo a escasos centímetros de su rostro.—

—Tuyo.—Murmuró para besarme. Su toque suave junto a los míos.—

Sus dulces labios se movían sobre los míos, marcando el ritmo, de una manera dulce y salvaje, con todos los sentimientos que sentíamos. Mi corazón estaba demasiado agitado con un solo beso, su lengua lamió mi labio inferior y yo abrí un poco mi boca.Coloqué Mis manos en su nuca, profundizando el beso y gimiendo al notar su lengua jugar con la mía. ¡Esto era genial! Nos separamos, mirándonos a los ojos. Un sentimiento naciendo en nuestro interior, recorriendo nuestros cuerpos.

¿Cuánto tiempo nos quedamos centrados en el otro? No lo sabía, pero no me importaba. Todo era perfecto.

—Hoy... hoy no te marcare.—Eso me dolió un poco. —Porque no creo que sea lo adecuado hacerlo aquí ni de este modo.

Sus ojos brillaron intensamente. Me ruborice. Sonrió de medio lado y me dio un corto beso en los labios.

—Cuando estemos en un sitio mejor, lo haré, porque no dejaré que te vayas de mi lado. Nunca.—Sus palabras eran tan autoritarias y sexys a la vez que me calentaron.—

—En ese caso...—Le miré y sonreí— Estaré esperando.

Le bese nuevamente y esta vez me acerque yo a él. Sintiendo nuestros cuerpos encajar perfectamente. Me separe de él y pude ver una promesa y un deseo demasiado caliente.Sonreí y esta vez fui yo quien le agarró la mano y tiró de él para llevarlo dentro del edificio.

Aunque me gustaría estar así para siempre, pero hoy eso era lo que no debía hacer. Además, debo disculparme con Liam. ¿Estará enojado?

—"Quién debería estar enojado soy yo". —La voz de Derek, rebotó en mi cabeza. —"Es tu Alfa, pero no me gusta que digas《 Mi Alfa 》 cuando yo soy tu único y exclusivo Dereck. Solo tuyo",

Sonreí. De verdad era muy celoso. Otra vez su voz autoritaria me había calentado.

"Siempre serás mío."—Le contesté. Noté como sonreía y me agarraba más fuerte, en forma de dulzura y amor, la mano donde tenía mis dedos entrelazados.—

Gracias, muchas gracias Diosa Luna por darme una pareja tan... magnífica.




Alfa Roger - ActualizandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora