Capítulo 02 [Actualizado]

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Sinfonía

Corría entre los árboles; esquivando y saltando los troncos roídos y caídos que hacían acto de presencia en medio del bosque. Las hojas de las copas de los árboles caían, un manto de diversos colores-desde el verde pasando al naranja y poco después al marrón-surcaba el suelo.

Mi beta, Omega y Delta principal corrían a mis lados, a la misma velocidad que yo mientras esperábamos llegar a casa. Mi beta era mi mejor amigo y mi más fiel comandante, aquel que luchaba codo con codo conmigo. Gobernaba a los soldados estrictamente entrenados para la protección de la manada. Mi Delta era el líder de los centinelas y rastreadores, aquellos que vigilaban el perímetro y tenían como función indicar cuando alguien desconocido estaba cerca de la manada. Mi Omega, aunque muchos creían que era lo más bajo de la jerarquía, estaban equivocados. Era el miembro más importante, tenía como función unir a los miembros de la manada, evitando que dentro de la misma hubiera luchas entre los miembros. Eran sagrados para nosotros, y como tal, les entrenábamos para que pudieran defenderse en cualquier situación.

El pelaje que rodeaba mi cuerpo-en mi forma animal- era un suave gris platinado, con el puente de la nariz hasta mis orejas de un gris más oscuro. Resaltando mis lobunos ojos grisáceos, completamente contrarios a los que normalmente los Alfas poseían.

Mi Omega y mi Delta principal se alejaron hacia el campo de entrenamiento de la manada. Debían revisar el entrenamiento de los guerreros más jóvenes, y comprobar cuanto habían mejorado en el arte de la lucha.

Mi Beta estaba detrás de mí, siguiéndome hasta la casa principal. Al llegar me transforme en humana, seguido de Dereck. Quien era mi Beta. Estar desnudos después de una transformación era algo cotidiano en nuestra vida, por lo que no nos escandalizados al vernos mutuamente.

Al entrar por la puerta agarré un albornoz, extendiendo otro hacia la dirección de Dereck, esperando a que lo tomara para poder cubrir nuestros cuerpos. Aunque estábamos acostumbrados al desnudo ya que éramos cambiaformas, no era muy cómodo hablar estando como nos habían traído al mundo.

Me senté en el sillón más cercano, Dereck tomando asiento en frente de mi. Ambos separados por una pequeña mesa cuadrada, hecha con madera de roble.

—Ese Alfa es un bastardo prepotente.—Dereck habló con fuerza. Su mirada perforándome. Mi loba interior le gruñó amenazante por dichas palabras contra su mate.—

—Deberías controlarte. Mi loba quiere arrancarte la garganta.—Susurré en voz baja, apoyando mis brazos en los laterales del sillón, reclinándome hacia el respaldar.—Nuestro primer encuentro ha generado una enorme impresión. No solo al Alfa Liam, sino a todos los seres sobrenaturales que estaban presentes.

—Tienes razón. Tendremos que pasar diversas pruebas. Estamos en un territorio que no nos pertenece, estamos aquí sin permiso del Alfa de este territorio. Si nos expulsa de las tierras tardaremos mucho en encontrar otro lugar aceptable.

Asentí a lo que decía, tenia razón. Actualmente las mujeres más jóvenes, con parejas destinadas, estaban embarazadas. Nos ubicamos en la zona en un principio para darles una estabilidad a ellas y a los miembros más jóvenes de la manada. No podíamos darnos el lujo de buscar otro territorio. Al menos no todavía.

—Haré todo lo posible para permanecer en este territorio. Sin embargo, no podemos bajar la guardia. Hay enemigos buscando nuestra... no, mi cabeza. —Corregí, suspirando ante el dolor de cabeza que se empezaba a crear con fuerza.— Nos hemos ocultado de ellos, para sobrevivir.

—Tienes razón pero nosotros estamos dispuestos a luchar por ti, Sinfonía.—Declaró Dereck, golpeando la pequeña mesa al inclinarse hacia adelante, indignado.—

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