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Capítulo 49

Escrito por: Alendra Mac
Wattpad: AleMacAmor

Los últimos ocho meses han sido un poco tranquilos para nuestra relación, sobrellevar la distancia entre nosotros sigue siendo difícil pero nos hemos mantenido estables, hay ocasiones que me pongo en plan: "ya no puedo más sin estar a tu lado", pero logramos que me controle e intentamos de nuevo, algo al parecer se ha vuelto habitual, pero no me será posible jamás acostumbrarme a su ausencia.

Yam se se ha ido hace poco más de dos mes de Bahia a ese lugar con extraño nombre que jamás aprenderé pero lo llamaré paraíso porque francamente es lo que parece, los chicos y yo lo hemos acompañado para conocer el lugar y visitarlo cuando nos sea posible puesto que sólo lo tenemos a poco más de dos  horas de distancia, Yam y yo en verdad nos convertimos en grandes amigos y extraño no tenerlo aquí para contarle mis cosas.

Estoy por entrar a mi última clase, genética humana, no es mi materia favorita por el tonto que tengo como profesor pero igual tengo que soportar escuchar la chillona voz del médico Méndez que al parecer me odia, puesto que siempre está buscando un pretexto para llamarme la atención frente al grupo con la intención de ridiculizarme, vaya tipo inmaduro.

Al sonar del timbre me coloco de pie de con velocidad detesto ser la última en salir cuando se trata de este profesor. Se que me queda un largo fin de semana puesto que el dos semanas inician nuestros exámenes bimestrales, por fin estoy en el tercer semestre de medicina, para mí es todo un logro puesto que la medicina a resultado más difícil de lo que creía.

—Señorita Oliveira— Méndez habla alto a mi espalda cuando estoy a un paso de salir del salón, giro la mitad de mi cuerpo y veo hacia él sin decir palabra. —No olvide entregar su ensayo a tiempo— asiento con la cabeza y salgo del salón.

Muevo la cabeza en negativa mientras camino por el pasillo para dirigirme a mi dormitorio y ducharme para después comer algo, necesito energía suficiente para estar el tiempo necesario en la biblioteca. Bobo profesor digo en mi mente, ya no sabe que decir y ahora me pide que entregue a tiempo el ensayo, jamás entrego mis trabajos a destiempo y él lo sabe, sólo son maneras para fastidiarme, tonto flaco insípido.

Al llegar a mi dormitorio encuentro a Isis y a Fernanda en traje de baño, a punto de irse a la playa y yo me tiro sobre la cama, estoy que me desmayo de cansancio, muero de envidia al verlas, ellas disfrutan cada fin de semana y yo siempre como una rata de biblioteca, pero se que al final valdrá la pena mi demandante carrera.

—Anda ponte tu traje de baño— dice Isis lanzándome un cojín a la cara.

—Cuanto quisiera poder hacerlo pero tengo que terminar mi ensayo si pretendo disfrutar del resto del fin de semana— digo sin quitarme el cojín de la cara.

—Date prisa entonces porque hemos planeado visitar a Yam mañana y volver el domingo.

Me siento de golpe y sonrío, la idea me parece fabulosa puesto que lo extraño demasiado.

—¿Quiénes iremos?— cuestiono emocionada.

—Isis, yo, tú, Damián, Lissandro, Miguel, André y Alexa, por ello viajaremos hasta mañana, para esperarla.

Me siento muy feliz porque veré a Alexa y a Yam pero cuanto deseo que entre los mencionados estuviese el nombre de mi Demon.

****

Me encuentro sentada sola en la biblioteca, concluyendo en tonto ensayo del bobo médico Méndez tengo la mesa atiborrada de libros sobre genética humana necesito hacer un ensayo sobre  herencia autosómica recesiva y tengo una noche sin dormir debido a que me siento demasiado presionada, son las seis de la tarde y mis nervios están destrozados, es viernes y quisiera estar en la playa disfrutando del atardecer con mis amigas.

—Mierda Hyo— digo al sentir el flashazo en mi cara —¿Cuándo carajos dejaras de hacer eso?— cuestiono molesta pero para nada alterada, tomo una hoja de papel que tengo hecha bola a mi lado y la arrojo a la cámara que aún la tiene pegada al rostro.

—Tan sólo pasan tres días que no te veo y vas de platinada a rubia, ¿tratas de ocultarte de mí?— sonríe.

—Ja-ja-ja-ja— rio forzada y veo hacia él—¿Crees que tengo tiempo para andar pensado como evitarte?, ya te cansarás Hyo— coloco mi lápiz entre mis dientes y vuelvo a mi lectura.

—Quien fuese el lápiz— rscucho su voz con cierta picardía.

—Hyo, ¡largo!— digo viéndolo una vez más.

A Hyo lo he conocido en la playa hace un par de meses atrás, creí que me tomaba fotografías, así que furiosa fui y le arrebaté la cámara de las manos, argumentando que si no dejaba de hacerlo lo demandaría o lo llevaría al proceso legal que correspondiera, recuerdo que él sonrió antes de cuestionarme "¿eres la representante legal de la gaviota?", me pidió la cámara de vuelta extendiendo sus manos y me enseñó las imágenes, ese día quedé como una completa idiota, me aleje sin brindarle una disculpa, al parecer basto ridiculizarme una sola vez para que se convirtiera en mi acosador.

—¿Puedo sentarme contigo?— cuestiona con una sonrisa.

Hyo es un chico con facciones coreanas, con el cabello un poco largo y bien parecido pero que detesto tenerlo cerca de mí, se la pasa halagándome y eso lejos de ser agradable me fastidia. Al parecer estudia comunicaciones puesto que nunca se despega de su cámara.

—Hyo, lárgate de aquí y déjame estudiar, ve a tu alrededor— giro la cabeza hacia todos lados —Sólo estamos unos cuantos en la biblioteca, puedes sentarte en cualquier otro lugar.

—¿Por qué siempre me evitas?— me cuestiona y haciendo caso omiso a mi petición, se sienta frente a mí con los brazos cruzados  .

—Porque te la pasas acosándome y porque tengo novio— digo con la vista clavada en sus ojos.

—Lo primero es verdad pero si aceptarás salir una sola vez conmigo quizá la situación cambiaría y te dejaría de acosar. Y lo segundo no te lo creo, jamás te he visto con un chico, bueno Izan no cuenta porque es tu primo.

—¿Izan?, ¿de dónde conoces a mi primo?— cuestiono desconcertada, este semestre Izan el hermano menor de Alana ha iniciado la licenciatura en comunicaciones y periodismo, debido a la solvencia económica con la que ahora cuenta Alana puede pagar esta universidad que es tan cara.

—Es mi pupilo— responde y sonríe.

—No tienes pinta de profesor.

—Izan tiene suerte de que su prima me guste tanto como para ser su profesor personal— sonríe.

—¡Ummm!, vaya suerte la del pobre Izan— digo regresando mis ojos a mi libro.

—Sólo acéptame una copa y te dejaré de acosar.

—Hyo prefiero a los chicos que tengan por lo menos una pizca de cerebro a los lindos musculosos como tú— digo levantando la mirada y viéndolo directo a los ojos, él sonríe.

—¿Soy lindo entonces?— sonríe de forma coqueta al cuestionar.

—Mira que estar metida en la biblioteca siendo fin de semana no es lo mejor que podría estarme pasando— entierro mi cabeza en la páginas de un libro mostrando mi agotamiento.

—Sólo dime cuando me aceptarás una copa y acoso resuelto.

—Cuando te cortes esas greñas— digo sin levantar la mirada  —Déjame en paz Hyo y aléjate de mí, tú presencia y tu perfume terminarán por volverme loca— digo aún con la cabeza metida en el libro.

Aunque su perfume huele delicioso no se que mas decir para que se aleje de mi mesa y pueda terminar con mi tortuoso ensayo, no pretendo pasarme una noche más de desvelo y hoy quisiera distraerme un poco con mis amigas antes de que termine en un psiquiátrico. Escucho que arrastra un poco la silla para colocarse de pie y me siento aliviada, levanto la mirada para dirigirla a él.

—Si cambias de parecer y necesitas compañía estaré allí— señala a una de las mesas vacías y toma mi mano para darle un beso, no puedo evitar sonreír antes de darle el tirón a mi mano para que la suelte.

—Lar... go— le digo con la sonrisa en los labios.

Hyo es un chico fastidioso pero muy respetuoso y amable, hasta un tanto gracioso, aunque suele sacarme de mis casillas a menudo en algunas ocasiones me hace sonreír.

MI IMPERFECTA VIDA AMOROSA  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora