PARTE XXI: TONTA

383 9 0
                                    

Cómo duele saber que la persona por quién serías capaz de recibir un balazo no dudaría en apretar el gatillo contra ti. Es una herida que resulta fatal. Llorar por esta traición me está matando, la garganta se me cierra de solo pensar que todo sea cierto. Con la confesión de mi madre muchas cosas cobran sentido: el resentimiento de Oda contra Camilo, la desconfianza de Mila y su negativa a entrar en el grupo, las advertencias de Christopher. ¡Soy una tonta en realidad!

Las pastillas hacen efecto al fin y me quedo dormida, pero despierto muy temprano para darme cuenta que continúo con esa idea fija en la cabeza. Usualmente hay problemas que se ven terribles en la oscuridad de la noche pero que en la mañana pierden su fatalidad, tristemente este no es el caso.

Recostada sobre mi cama me pongo a mirar fotos viejas de ese cumpleaños y encuentro algunas en las que los ahora sospechosos están peligrosamente cerca uno del otro. Le escribo a Mila y me dice que, aunque nunca vio nada, le parecía muy rara la forma como Oda se comportaba cuando Camilo estaba con ella. Además, termina por sembrarme una duda que voy a despejar en este mismo instante.

—Hola Christopher, sé que es muy temprano, pero hay algo que necesito saber. ¿Mi amiga Oda alguna vez se insinuó contigo? —le escribo.

La pregunta lo toma por sorpresa, más decide ser honesto porque cree que ya es hora de que conozca quienes son mis verdaderas amigas.

—Sí, lo hizo.

Termino ahí la conversación porque no necesito detalles. Llegó el momento de enfrentar mis demonios.

Llamo a Oda y es solo después de varios intentos que ella contesta el teléfono.

—Amiga, no te conocía tan madrugadora, déjame moverme un poco para escucharte mejor. Es que ayer tuve que hacer un trabajo en grupo y me quedé a dormir donde un amigo, ya sabes cómo es eso —dice con una voz melosa.

Puedo imaginar a lo que se refiere en realidad, solo espero que ese amigo no tenga una novia a quien le estén destrozando la vida con su aventura. No voy a fingir una llamada de cortesía y tampoco quiero perder el tiempo así que la confronto directamente.

—¿Por qué no me contaste que estuviste con Camilo?

—¿Quién te lo dijo?

—No me lo negaste, entonces es cierto.

—Él no te quería Beta, solo buscaba a alguien para pasar el rato, te hice un favor —me dice con el mayor de los descaros.

—Entonces, ¿también tengo que agradecerte que le hayas coqueteado a Christopher?

—No seas dramática, yo sé que la foto que le envié estaba un poco fuerte, pero era solo para ver cómo reaccionaba. Si me respondía entonces era un tarado como los otros y no valía la pena que lloraras por él.

«Es peor de lo que imaginaba», pienso intentando recuperarme de su confesión.

—Le mandaste un nude a Christopher mientras te escribías con Erick, aun cuando expresamente te pedí que no jugaras con él.

—Hay amiga...

—No trates de justificarte —la interrumpo perdiendo la paciencia—. Lo peor es que lo hiciste sabiendo lo que yo siento por él. Te he visto hacer cosas terribles Oda y siempre te defendí porque te consideraba mi hermana, pero esto supera todo. Pasaste sobre mi amistad una y otra vez porque tienes un ego del tamaño del mundo y te crees con el derecho de jugar con quien te venga en gana. Yo no puedo seguir permitiendo que me hieras, ya no confío en ti.

—No seas dramática. Tú siempre has sabido quien soy Beta.

—Acabo de comprobar que no. Repetías y repetías que siempre ibas de frente mientras actuabas a mis espaldas. Dejaste que me peleara con mi mamá en lugar de decirme la verdad. Me escuchaste pensar lo peor de ella porque se negaba a aceptar a Camilo y no se te movió ni un pelo al mentirme, eso no hace una amiga Oda.

A FUEGO (Última cita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora