#52: Viaje En Silencio

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Cassie Walker

Miro como Harry coge un vaso que está lleno de agua y lo lleva a sus labios, el chico al parecer no quiere comer nada, al menos no ahora. Yo por mi parte, estoy sentada en la barra con un plato de cereal y un vaso de jugo de manzana. Mis tripas ya rugieron desde temprano y no quiero que me pidan comida mientras viajamos a Holmes Chapel. Miro mi plato, que ya está medio vacío. Realmente tengo mucha hambre, pero no puedo comer tanto ahora, es muy temprano para darle a mi sistema digestivo comida. Pero aquí me encuentro, sentada con un plato de cereal.

-¿Ya acomodaste todo?- le pregunto al chico de ojos verdes, cuando agarra una fruta.

-Sí, ya está todo dentro de la camioneta.- responde tranquilo, deja el vaso vacío en el fregadero:- Aún es temprano, pero es mejor salir ahora.

-¿Por qué?

El chico está guardando algo en el refrigerador y le da una mordida a la manzana:- Porque son como...- hace una mueca pensativo, encontrando la respuesta correcta y cuando la haya dice:- Como 5 horas de camino, con paradas a gasolina o por algo para tomar.

-¿Y si no hacemos paradas?

-Quítale una hora y media. Si no hacemos paradas, podemos llegar rápido y antes de que salga el sol.- dice Harry, saliendo de la cocina.

Por suerte, Gemma se ofreció en cuidar la casa, mientras que nosotros estemos fuera. Aun que más bien, creo que se quedara aquí, al menos a vivir. Eso fue lo que me dijo ayer en la tarde cuando vino a verme. No muy convencida acepte irme, realmente no estoy segura de que ir a este viaje, pero tiene razón Harry, tenemos que conocernos y al menos convivir. Espero que no sea un error el estar solos y que algo no salga bien. Pero tengo que ponerme a pensar en lo que sería de nuestro matrimonio, si así se le puede llamar lo que tenemos, si estamos siempre en discusión. Solo hay que ser muy complejos.

Positivos.

Termino mi cereal y llevo el vaso que esta medio vacío a mis labios para terminarme la sustancia. Me levanto de la silla para dejar los platos sucios en el fregadero, los enjuago para dejar todo el orden. Seco mis manos con una servilleta que está encima de la barra. No hay nada fuera de lugar, así que me dispongo a salir de la cocina para apagar las luces. Las sillas están acomodadas en la mesa. Salgo de ahí después de apagar la luz. Miro como Harry se viste con una chaqueta negra y cierra la puerta del baño.

-¿Lista?- me pregunta, cogiendo las llaves de la camioneta.

-Creo que si.- respondo en susurro:- Déjame ir por algo a la habitación. En seguida regreso.- anuncio, dando pasos largos hasta la segunda puerta. Entro de inmediato cuando llego y suspiro con impaciencia por lo que está sucediendo.

No me puedo ir todavía con él. No puedo quedarme tranquila. Algo me está faltando. Busco mi celular en el bolsillo del pantalón. En lo que si me estoy arrepintiendo, es no decirle a Austin lo que está sucediendo, ya lo hice una vez y fue doloroso lo que viví cuando se enteró por boca de otras personas que yo me iba a casar y ahora estoy haciendo justo lo mismo. Sé que me va a odiar. Va a querer matarme cuando tenga la oportunidad. Me va a reprochar por la falta de compañía y por no estar a su lado. Harry le dio un golpe fuerte hace un par de semanas y no pude hacer nada por impedir eso. Si duele, pero no podía intervenir.

A mi amiga ya le dije, ella sabe que me voy y me ayudo en no decir nada, ni a él, ni a nadie. Al menos hasta que tenga el valor de enfrentarme, pero ahorita no. Busco su número entre mis contactos y aunque sé que estará dormido, quiero llamarle. Pulso el botón que me da la opción de llamar y no pierdo más el tiempo. Llevo el aparato a mi oído izquierdo y espero a que responda el chico.

Casada por su obsesión || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora