#82: Día Calmado

2.1K 90 11
                                    

Cassie Walker

-¡Edward!- grito su nombre con euforia:- ¿Dónde demonios estás?

El muy hijo de puta, escondió las muletas no sé donde. Sabía que me iba hacer esta jugada, ya se había tardado en no hacer algún movimiento. Maldito. Lo hizo porque no quiere irse con su familia. No quiere dejarme sola, según él, para que no haya otro incidente.

Me entero que desde unos días, la madre de Ed le pidió que si podía ayudarla con el bebé, ya que ella entra al trabajo en unas semanas y quiere dejar a sus hijos a su cargo. Pero el chico no tiene piensos de irse de aquí. Cuando lo conocí, pensé que era una persona muy hostigosa y claro que no me equivoque, pero es un gran chico. Supuestamente, solo me iba a atraer de vuelta a la ciudad cuando tuve el problema con Harry y tenía que retirarse, pero ya tiene más de tres meses conmigo, y no tiene piensos de irse el muy idiota. Y aquí estoy, aguantandole sus travesuras. Solo porque también no quiero que se vaya.

No me duele tanto la pierna, estoy caminando a gusto, sin problema alguno. Pero lo que si me tiene hasta el tope, que Ed me este usando como excusa para no ir a su casa. Claro que debe volver. Se le nota en su cara cuanto desea conocer a su hermanito y mirar a sus hermanos menores. Abro la puerta del comedor y asomo la cabeza para cerciorarme que no este allí. Dando por hecho mi observación, cierro la puerta de un portazo. ¿Dónde estás Edward Miller?

La frustración me esta matando. Pero si sigo sosteniendome con un solo pie, me dará un calambre. Me adentro a la sala de estar, pero me detengo cuando escucho que alguien abre la puerta, pensé que era mi amigo, pero me llevo la sorpresa de que no es él, sino Harry Styles.

Sus ojos no muestra alguna emoción al verme, es como si dijera con la mirada ¿qué haces de pie?, pero no me atrevo a deducir lo que quiere, hasta que habla:- ¿Dónde están las muletas?- pregunta.

No sé si decirle que su gemelo las cogió, pero no me queda de otra:- Han de estar, p-por ahí.- me encojo de hombros:- ¿Tú qué haces aquí?

-Vine hablar contigo.- responde, cerrando la puerta:- Hay algo que aún no tengo en claro.

-¿Cómo qué?- pregunto, girandome con cuidado para acercarme al sillón. Un par de brazos me sostienen y miro de reojo:- ¿Qué haces?- me levanta del suelo y camina conmigo en brazos hasta el objetivo.

Sus ojos no dejan de mirarme con atención y no puedo evitar estar nerviosa. El chico se sienta, dejándome sentada en sus piernas. Trato de bajarme, pero me sujeta con fuerza y antes de decir algo, sus manos toman mis mejillas para acercarme a sus labios. Al diablo con mis corajes. Lo extraño. Lo quiero. Lo necesito. Tengo tiempo que no lo he sentido y algo se remueve dentro de mí, cada vez que Ed menciona la palabra sexo. Es como si mi cuerpo me recordará lo bien que se siente tenerlo dentro de mí. Lo bien que lo hace Harry. Es una tortura extraña.

-Mujer, ya pagué tus deudas.- alguien dice y nos separamos rápido. Miro a Ed nerviosa:- Oh...- susurra, pero una sonrisa se asoma por sus labios:- No pensé que iban a follar.- sonríe de lado.

-Si nos disculpas, queremos privacidad.- dice Harry.

-Solo venía a decirle a la chica, que fui a pagar sus estudios.- se acerca a nosotros y me entrega un papel doblado:- En Agosto tienes que ir a por tu horario.

-¿Qué es eso?- pregunta Styles confundido. Me arrebata la hoja, que no he mirado aún.

-Es la ficha de mis estudios.- respondo:- Ya fui a checar mis notas a la universidad.

-Podía haberte llevado yo.- dice el chico de ojos verdes.

-Descuida, hombre, que podrás llevarla a sus clases.- golpea el hombro de él. Lleva sus manos a los bolsillos de su pantalón:- ¿Vamos a comer? Se me antoja un filete.

Casada por su obsesión || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora