Casada por su obsesión || Libro #1

#49: Acusaciones

Cassie Walker

¿Cómo demonios, fue que se perdieron de mi vista, en tan solo unos segundos? ¿Cómo ocurrió eso? Me encuentro de pie, sola sin saber qué hacer. No escucho nada de gritos, golpes o insultos. Nada. Absolutamente nada se escucha. Busco por todas partes, para encontrar algo, pero ni siquiera hay personas rondando por el lugar. Todo está en total vacío y sumido en silencio. La cabeza me duele y mi cuerpo se siente cansado, debido a que llevo caminando no sé cuánto tiempo, pero sigo buscando con la mirada a los dos chicos.

-Dios.- suspiro agotada, sin ganas a seguir adelante. Ya no avanzo más. Mis piernas me duelen de no saber hacia dónde me dirijo.

Mi respiración se atasca dentro de mí y mi corazón se acelera, cuando una mano se posa en mi boca y sujeta mi brazo con fuerza. Me duele, pero el susto es tan grande que todo el cansancio se ha esfumado por completo. El rostro del chico se posa en mi campo de visión y suspiro algo aliviada, de saber que está aquí. Puede que también Austin lo este. Suelta mi brazo y retira su mano de mi boca cuando da un par de pasos lejos de mi persona.

Quiero hablar, pero su aspecto es lo que llama mi atención. Observo como hay manchas en su rostro, asegurándome que es sangre lo que está ensuciando su piel. Su labio esta partido, pero no sale sangre de ella. Su ropa está sucia. La camisa esta algo rasgada, dejando mirar un tatuaje negro de su abdomen. Mi vista baja más, para encontrarme como aprieta sus manos con fuerza. Realmente está muy mal.

-¿Q-Que ha pasado?- le pregunto alarmada. Su aspecto dice más de lo que debería expresar. Pero no me responde el chico, solo permanece mirándome fijo.

Su mano vuelve a tomar mi brazo y me jala para con él, cuando comienza a caminar en dirección contraria hacia donde iba. No me dice nada, solo está en silencio, caminando a un lugar fijo. Cruzamos el pasto para ir al otro lado del parque. Cada vez que avanzamos, siento como mi corazón se acelera, perdiendo el ritmo normal de su latido. No sé por qué razón esta descontrolado. De un momento a otro, me suelta empujándome y gracias a eso, siento un pequeño ardor en mi brazo. Miro la zona donde proviene aquel dolor y noto, un rasguño en mi piel. Me ha cortado Harry.

Miro como maldice en voz baja. Frustrado. Molesto. Exasperado. Da un par de pasos hacia atrás y cuando menos lo pienso, está golpeando uno de los árboles del parque. Lo miro aterrada por su reacción tan repentina. Miro como sus manos, que están ahora en puños, se estampan contra la corteza del árbol. El sonido que provocan están aterrador, que cubro mis oídos para no seguir escuchando como grita o maldice molesto. Se detiene por un momento, para tomar algo de aire, pero de nuevo, vuelve a la disposición de autolesionarse.

Un golpe.

Dos golpes..

Tres golpes...

Me duele la cabeza de tanto sentir los pulsos de su intensidad arrastrándome al delirio. Ya no puedo más. Ya no puedo seguir así. Miedo. Temor. Angustia. Es lo que siento en estos momentos:- Dijiste que estarías para mí y vaya forma de demostrarlo, amor...

Otra vez, su apodo me tienta a llorar. Mis brazos me rodean automáticamente, cuando de nuevo su mano provoca otro golpe más, un eco:- D-Déjame explicarte, Harry... N-No es lo que piensas.- lloro con fuerza. Gimo cuando toma mi brazo para jalarme. Mi cuerpo se mueve sin opción, sin voluntad propia, solo se mueve por obedecer al hombre que me tiene atada a su piel:- H-Harry, no hagas una estupidez más.

No me escucha. No reacciona. No se detiene a pensar las cosas con claridad. Su piel se siente caliente, puedo sentir como su fuerza se incrementa al grado de hacerme más daño, más del que ya me hace justo ahora. Cosquilleo es lo que se asoma en mis manos, puedo jurar que mi piel ya está marcada por su agarre. Mis pies se detienen al igual que sus pasos fuertes. Las lágrimas no dejan de salir de mis ojos, las siento calientes. Pestañeo un poco para mirar en donde estamos, pero no logro ver nada, la oscuridad se ha filtrado en mis pupilas, cegándome un poco.