#36: La Verdad

3K 151 12
                                    

Harry Styles

Bajo de la camioneta, cerrando la puerta de un portazo. Frustración es lo que siento. Rodeo el vehículo, apresurándome a la puerta copiloto, para abrirla. No doy opciones, solo la cojo del brazo y hago a que se baje a la fuerza, aunque no quiera hacerlo, tendrá que seguirme le guste o no. Escucho como se queja la chica, pero no me importa para nada, lo único que tengo en mente es la manera más sencilla y básica para cumplir con mi palabra. Que mire que en realidad, va en serio de castigarla. Total, ya es mi esposa oficial y puedo disponer de ella, sin ninguna queja.

En estos momentos, quiero golpear lo que sea que se me ponga en frente. Podía desquitar mi ira con cualquier cosa. Pero no puedo hacerlo. No con ella presente. Una vez que estuvimos cerca de la puerta, la suelto para respirar profundo. Paso ambas manos por mi rostro, para controlar mi frustración.

-Dios.- suspiro intranquilo, alborotando mi cabello.

-¿Dónde estamos?- pregunta la chica, pero no noto confusión, al contrario, la siento muy molesta cuando habla:- ¿Por qué me trajiste aquí, Harry?

Me giro para mirarla, coloco ambas manos a mi costado y las cierro en puño:- ¿Me vas a decir lo que está pasando?- la ataco, controlando mi pulso.

Ella me mira alzando una ceja, como si la situación no le advirtiera de una amenaza:- ¿En serio me estas preguntando eso? ¿Realmente crees que te lo diré?- se ríe con sarcasmo, la miro mal y ella lo que hace es negar divertida:- Dame una razón creíble, como para contarte un poco de mis palabras.... Entonces, tienes vía libre.

-Soy tu esposo.- le respondo sin más, sigo apretando los puños:- Eso es una razón aceptable, para que me digas, por qué demonios saliste así del restaurante cuando lo miraste.

Su silencio demuestra todo lo que está pensando. Con ellos dice más que sus palabras. Ella da un par de pasos hacia atrás, mientras sigue negando. Una mano la posa en su cintura y la otra la pone en sus labios, sobando esa zona que me está gustando besar mucho. Pero me sigo recordando la razón por la que quise casarme con ella, no es por que sienta algún tipo de cariño hacia Cassie, es para regresarle todo lo que me ha hecho. La mordida que me ha dado cuando la bese, no se me ha olvidado. Aún recuerdo como los labios me ardían y los sentía hinchados.

Sí que mordió fuerte.

-Porque ...- me señala cuando comienza hablar:- Fuiste quien le dijo lo que estaba pasando entre nosotros.

-Ya te dije que no fui yo quien hablo con él.- le repito lo mismo, la misma frase de ayer la vuelvo a pronunciar hoy:- ¿Qué te hace pensar que yo lo hice? No le hablo al idiota de Austin.

-No es ningún idiota.- defiende al chico. Se cruza de brazos:- A diferencia de ti, él sí sabe cómo tratar a una mujer.

-Pues qué bueno que lo dices, porque a lo que se vio, no fue de su agrado verte por ahí.

-¿Y cómo diablos quería que me recibiera, cuando se entera que estoy comprometida con el mayor imbécil de todo Londres?- exclama frustrada, alza ambos brazos al aire, dando un toque de dramatización.

Llevo mi dedo índice a mi sien y froto:- No me hables así, Cassie, que no es mi problema de como ese idiota te ha tratado.- hablo con toda la tranquilidad posible:- Además, no puedo creer que me quieras poner los cuernos antes de casarnos por la iglesia.

-¡No te estoy poniendo los cuernos! ¡No te engañe, por qué no hay nada entre tú y yo!- nos señala a ambos.

-¡Me importa una mierda si lo hiciste o no!- me acerco a ella, pero no lo suficiente para agarrarla de los brazos:- ¡Tenías que haber hablado con él desde un principio y no lo hiciste! ¡Joder!

Casada por su obsesión || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora