Paroles

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"Mi boca florece como una herida"

Anne Sexton.

Los rayos de sol de los últimos coletazos del verano iluminaban aquella mañana de septiembre, inundaban la fachada del edificio colonial. Había una marabunta de personas en la puerta principal de Welton, todos los que salían de la ceremonia de Bienvenida. Afuera, los padres abrazaban a sus hijos, los chicos más pequeños lloraban no queriendo separarse de sus padres, Welton era tan terrible como contaban. Iris estaba fuera, no le gustaban las aglomeraciones de gente, y ahora sentía ansiedad de pensar que tendrían que cruzar todo ese mar de personas para hablar con Gale Nolan. John Keating estaba entretenido observando los pájaros volar de una rama a otra, y observando a la gente ir y venir. El chico de los estandartes estaba junto a su padre hablando con Nolan, se fijó en como estrechaba la mano del director y no pudo evitar pensar que sus manos eran perfectas. El chico la miró y sus labios formaron una sonrisa hermosa, que hacían recordar a las estatuas griegas. John puso un brazo alrededor de Iris instándola a caminar hacia Nolan. La morena de ojos ónice se agachó para coger sus maletas marrones decoradas con algunas estampas, caminaron y John no soltó el hombro de la chica en ningún momento.

" John, bienvenido a Welton" Nolan estrechó la mano del señor Keating con afecto " veo que traes compañía agradable, tienes una niña adorable" Iris se sonrojó ante la observación de Gale." Si, está hecha una mujer ya, el tiempo se me ha echado encima, Gale, y me da una nostalgia ver cómo y que en nada querrá independizarse y perder de vista a su padre" puntualizó John volviendo a rodear a Iris con su brazo.

" Papá, no voy a querer perderte de vista nunca, y menos olvidarme de ti" Iris puso apoyó su barbilla en el hombro de John cariñosamente." John, ¿ querrás acompañarme a mi despacho? he mandado que me subieran café, espero que le guste su despacho, Iris podrá estudiar allí también" Gale sacó de su bolsillo unas llaves y se las entregó a John.

" Cariño ¿dejas las maletas en nuestra habitación? Luego de eso puedes dar una vuelta por aquí" John dejó las llaves a Iris, quien sonrió a Keating y con las maletas en mano entró dentro y caminó en busca del dormitorio de ella y John. Cuando estuvo frente a la habitación 230 dejó las maletas en el suelo y metió la llave en la cerradura, la puerta se abrió sin esfuerzo dejando ver una habitación espaciosa con dos camas. Dejó las maletas encima de las camas y se dirigió hacia la ventana, echó a un lado las cortinas, subió la persianas y abrió las ventanas. Tenían bonitas vistas desde el cuarto, hacia el lago.

Iris, abrió su maleta y cogió de ella un cuaderno algo raído por el tiempo, sacó una pluma, cogió las llaves y salió otra vez al pasillo. Quería caminar un rato hacia el lago, se sentaría en el césped y transcribiría música, escribir era una de sus pasiones: tenía un montón de cuadernos llenos de poemas, letras de canciones, obras de teatro, novelas. John aún se sorprendía de que Iris era idéntica a Victoire, no solo había sacado sus ojos ónice, y su gusto por las rebecas beige, los libros raídos por el tiempo, los clásicos, Sylvia Plath, Anne Sexton y Virginia Wöolf , también había heredado esa afición por hacer de la poesía su vida. La poesía de Iris era una ciudad por la que sobrevolaban cometas, como caer por un mar de edificios colgantes, como encontrar el horizonte en la arena: era un chute de realidad.Unas risas venían de la habitación de enfrente y una marabunta de humo se mezclaba en el ambiente. El chico de los estandartes se encontraba fumando riéndose con unos chicos bastante guapos. La puerta estaba entreabierta e Iris se puso en un ángulo desde el que podía ver sin ser vista. No pasó mucho tiempo cuando un hombre alto y vestido con una chaqueta gris y una corbata elegante entró en la habitación y enseguida, salió junto con el chico de los estandartes.

" No vuelvas a replicarme en público" dijo el padre con un semblante serio, como si su rostro estuviera afectado de tormentas.

" Yo no te he replicado" dijo el chico afectado." Cuando hayas acabado la carrera de medicina podrás hacer lo que tú quieras pero mientras tanto, harás lo que yo te diga" el padre mantuvo su semblante serio y el chico asintió convirtiéndose en el espejo sumiso que sabe que no tiene elección.Padre e hijo intercambiaron algunas palabras más, y después el chico se apoyó con la espalda en la pared frustrado, porque se sentía como en una calle en la que la lluvia frustra tus sueños, que se revientan cuando los coches salpican todo el agua en las aceras.

 Iris sintió la necesidad de abrazar al muchacho de ojos marrones, o tan solo dejar de ser una sombra que lo observaba desde lejos. El chico pareció dejar de naufragar en las brumas de su mente llena de precipicios acuciantes y su mirada se cernió sobre los ojos ónice de Iris, quien sintió una calidez inundar sus mejillas, como si el sol le estuviera dando en la cara en una tarde de verano. Iris sintió su corazón salir a hurtadillas de su pecho y ponerse a rodar por el pasillo, caminó instintivamente aunque la mitad de su cuerpo le fallaba, aunque sus piernas conocían a la perfección el destino del horizonte. Cuando estuvo ante él sintió rosas florecer en sus mejillas, ya notaba el rojo de la sangre irradiar sus pómulos.

" ¿Estabas todo el tiempo en ese ángulo escuchando?" preguntó el chico pretendiendo no reírse pero fue un intento fallido pues se le escapó la sonrisa.

Y qué sonrisa, pensó Iris.

" Ay dios, dicho así suena muy acosador" Iris estaba muy avergonzada y ahora sentía el calor del verano apoderarse de su cuerpo. " Iba a pasear al lago, pero he escuchado unas voces y me he quedado a escuchar".

" ¿Eres la chica nueva que viene con el profesor de literatura?" preguntó el chico sin dejar de sonreír.

" Así es, soy Iris Millais Keating, mi madre murió cuando yo era una niña, y Keating se quedó conmigo desde entonces. Venimos de Londres, él daba clases en el Instituto Chester y era el mejor profesor de literatura" dijo Iris echándose el pelo hacia atrás.

" Bienvenida a Estados Unidos, espero que el viaje no se haya hecho pesado. Por cierto, soy Neil Perry, cualquier cosa que necesites, estoy en la habitación de enfrente " el chico se sacó las manos de los bolsillos para acercarla a la de Iris, quien sin dudarlo la estrechó.

" No demasiado, me pasé casi todo el trayecto leyendo y escribiendo. Encantada Neil" respondió Iris después de alejar su mano que todavía sentía el calor de Neil y el cosquilleo en el estómago como al escribir un poema.

" Mis amigos y yo vamos a estudiar latín esta tarde a las ocho, puedes venir si quieres" Iris sonrió.

" Claro, latín era mi asignatura favorita en Londres" contestó Iris.

" Perfecto, nos vendría muy bien una ayudita con el latín a mí y a estos cabezas huecas" bromeó Neil " en realidad son unos niños adorables, excepto cuando babean o están pensando en mujeres".

" Te veo luego, Neil, voy a dar una vuelta por Welton" dijo Iris guiñándole un ojo y dándose la vuelta." Nos vemos, Millais" contestó Neil apoyándose en la pared mientras observaba como Iris se alejaba.











Nota de la autora:

Para aclarar, la obra de Sylvia Plath se publicó casi toda en 1963, después de su suicidio, pero ya en su época universitaria empezó a escribir para periódicos y revistas. Y la razón por la que he metido a Sylvia Plath y Anne Sexton, es porque creo que va a la perfección con la personalidad de Victoire, la madre de Iris, una mujer de sueños frustrados, a la que mencionaré bastante en el libro. E Iris tiene mucho de su madre, de tal palo tal astilla, dicen. También me recuerda mucho a Neil, pues ambas escritoras estaban atrapadas en un sus propios demonios, y creo que de eso se trata la poesía muchas veces, de matarte por dentro para volver a hacerte florecer en tus versos. Aunque no publique porque estoy con exámenes, estoy trabajando en esta historia tanto como en otras que planeo subir a finales de julio o agosto, cuando acaben los exámenes. Si acabo de actualizar, es porque tenemos un descanso hasta primeros de julio que es cuando vuelve a empezar la segunda tanda de exámenes. Además, no quería volver a desparecer sin agradeceros a todos y cada uno de vosotros, que habéis leído " Tickling the rose" aún no me creo que tenga 896 leídas, es tan surrealista. Así que muchísimas gracias y espero que con este capítulo pueda demostraros todo lo que siento. Porque si pudiera dividir mi corazón para daros un trocito a cada uno de vosotros, os prometo que lo haría, porque en un corazón tan pequeño, no sé cómo os puedo meter a cada uno de vosotros, pero es que estoy super agradecida, birdies. Os quiero muchísimo,  de verdad. Gracias por todos los comentarios y por sentir la historia tanto como yo. Os leo muy pronto.

Iris ( Neil Perry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora