Capítulo 7 - Robo al museo

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          Era la primera vez que Javier terminaba de repartir las cosas y no se iba directamente a la casa de Marcel. En vez de eso se aseguraba de no dejar ni siquiera un pequeño rastro de sus pasos, ya no era el mismo chico inexperto de antes, estaba completamente seguro que esta vez tendría el control completo de las cosas.

          Se había ido saltando algunos techos para que no lo vieran las cámaras y luego de estar bastante lejos de su apartamento bajó del tejado. Llevaba puesta una chaqueta negra sencilla que había comprado con unidades en efectivo en una tienda bastante alejada, además también se había comprado un garrote que normalmente era de los que tenían los policías en otra tienda, lo había guardado en su bolso nuevo que había mandado a fabricar todo esto lo hizo para que fuese más difícil rastrearlo, también llevaba unos lentes que no dejaba identificar de forma fácil su rostro. Debajo de su ropa también llevaba un traje de plástico impermeable.

         Caminó por unos minutos hasta que terminó sentándose en una plaza que estaba al frente del museo, había seguido la rutina y sabía que solo faltaban diez minutos para que los guardias del mismo empezaran a cerrar, extrañamente no estaba asustado más bien tenía una gran emoción. Ese sentimiento que había vivido aquella vez cuando había robado la motocicleta se había repetido en muchas ocasiones dentro del juego Medieval Magic. Ya se había acostumbrado a tanta adrenalina.

         Javier con su teléfono empezó a entrar en la red del museo, en sus anteriores visitas se había asegurado de estudiar la red, mediantes los computadores que estaban dentro del museo de libre acceso. Él sabía que podía hacer este tipo de cosas, por su alto conocimiento en redes, informática y sistemas operativos. Pero nunca lo había intentado hasta ahora.

          Cerca del museo Javier pudo observar como tres personas vestidas de forma similar a él le hacían señas. Y él les respondía con una seña que les indicaba que esperaran.

          —Esperar —susurró.

          El plan era bastante simple. Habían pasado alrededor de dos meses organizando cada detalle y los amigos de Marcel habían sido de bastante ayuda.

          Javier levantó una mano y señaló con un dedo indicando que ya podían ingresar. Según el plan iba a ser un robo simple, no habría ningún herido y no tendrían sospechas de su robo. Pero sin embargo tenían planes de contingencia.

          —Adelante —susurró.

          —Copiado oráculo, procederemos —dijo el sujeto numero 3.

          Ya había desactivado todas las cámaras dentro del museo, ahora solo tenía que asegurarse de buscar el trasporte. Para eso había robado una tarjeta de unidades como las que ya quedaban pocas. Con esa tarjeta había pagado el alquiler de un automóvil por dos días. Lo que era suficiente como para dejarlo estacionado cerca del museo justo para él subirse y esperar que Marcel y sus amigos salieran con los objetos que necesitaban.

           El lugar estaba oscuro y Javier estaba sudando literalmente frío, a pesar de que llevaba ese caluroso traje, también llevaba puestos unos auriculares inalámbricos y estaba escuchando claramente todo el plan desde dentro, se había asegurado de que su canal de llamada telefónica funcionara con una antena que el mismo había puesto encima del edificio al lado del museo, todo por supuesto estaba encriptado.

          Entró en el carro oscuro a esperar que le informaran.

          —Sujeto 0 informe —dijo el sujeto número 1, refiriéndose a Marcel.

          —No me encontraron dentro del baño —se escuchó. Javier estaba ansioso —. Creo que ya sacaron a todos. Voy a salir —Marcel estaba tartamudeando las palabras.

La realidad detrás del juego (TERMINADA)Where stories live. Discover now