Capítulo 3 - El detective y la chica del cabello dorado

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          Javier estaba despertando lentamente como sí hubiera estado en un sueño. Intentó mover su cuerpo pero por un momento no supo cómo hacerlo.

          —¿Qué me pasa? —preguntó en voz alta, todavía tenía el casco puesto así que no podía ver nada.

          —Cálmate —escuchó una voz, Javier se había alterado. Porque todavía no podía mover su cuerpo. Marcel le quitó el casco de la cabeza y lo observó. Javier estaba petrificado.

          —Es un efecto secundario del juego, tiene que ver algo así como con la parálisis del sueño o así leí en internet. Como en cinco minutos volverás a moverte.

          —Está bien —dijo Javier que no le convencía mucho.

          Marcel se fue a la cocina y Javier aún no se podía mover. Podía escuchar que estaba moviendo algunas cosas.

          —¿En qué lugar te tocó aparecer a ti viejo? —preguntó Marcel.

          —Se llamaba LA CIUDAD DE LAS OPORTUNIDADES un lugar bastante verde y amigable —respondió y empezó  a poder moverse, levantó los brazos y se apoyó para poder sentarse mejor.

           —Pues dónde yo aparecí también eran amigables, pero había tanto frió y de paso estábamos todos semidesnudos, pero creo que estamos bastante lejos el uno del otro por que la aldea donde yo estaba se llamaba DEBAJO DEL CERO —dijo Marcel y se acercaba con una pizza recién calentada del microondas.

           —Voy a intentar preguntar dónde queda esa aldea cuando regrese al juego —dijo Javier.

           —Vamos come, cuando desperté me moría del hambre, lo que comemos ese mundo solo alimenta a nuestro PJ. ¿Qué te pareció el juego? Te ves alegre —sonrió —. A mí me pareció lo mejor del mundo.

           —Sin duda es lo mejor —respondió Javier.

           Tomó la pizza como si a penas estuviera aprendiendo a moverse, hasta que luego de unos minutos volvió a la normalidad. La pizza sabía tan insípida y asquerosa como la recordaba. Prefería mil veces el pan de aquél panadero del juego.

           —¿Cómo te llamas en el juego? —preguntó Javier mientras terminaba de comer.

           —Me llamo Marcel. Es mi nombre, ¿cómo crees que me llamaría? —dijo frunciendo el ceño.

           —Yo no me llamo Javier.

          —Entonces ¿cómo?

          —Mi PJ se llama Ziyou —sonrió Javier.

          —Bueno, eso pasa cuando eres retrasado en la vida —le devolvió la sonrisa Marcel.

          —¿Oye y a caso tú no vas a ir al trabajo? —preguntó Marcel.

          —Creo que sí debo ir. Al menos durante un tiempo, si el sistema sabe que me quedé sin empleo probablemente vengan por mí —explicó Javier —. Pero un momento, tú de qué trabajas que siempre te veo aquí.

          —Siempre estoy trabajando, soy comentarista en un PODCAST —dijo Marcel y levantó el pulgar y picó su ojo derecho.

          —Que suertudo.

          —Lo sé, lo sé. Pero nadie te mandó a ser tan retrasado como para ser repartidor.

          —Pues sí. Tienes razón.

          Javier se levantó tomó un baño y empezó a arreglarse con el uniforme que había traído de su apartamento.

           —Antes de que te vayas quiero mostrarte algo.

La realidad detrás del juego (TERMINADA)Where stories live. Discover now