Capítulo 2 - Bienvenido al juego

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          Javier a penas y había podido dormir, no había dejado de pensar en toda la noche sobre lo que le había pasado el día anterior, varias veces cerraba los ojos fuertemente y los abría de golpe intentando despertar pero nada era un sueño. Todo había sido real, y tenía hasta las 20:00 de ese día para encontrar la forma de jugar el juego.

          El mismo se había ganado el kit completo de la consola, pero había un pequeño detalle. Según las instrucciones que venían en el manual bastante largo. La consola necesitaba un acceso a internet bastante potente y el no tenía para pagarlo, así que solo le quedaban dos opciones.

          La primera era irse a vivir con sus padres, lo que le parecía algo muy difícil de hacer ya que sabía lo castradora que sería su mamá y no lo dejaría jugar todo el tiempo.

          La segunda opción era que podía pedirle a Marcel que lo dejara jugar en su apartamento con su servicio de acceso a internet. Aunque no estaba seguro sí él había pasado todos los niveles. Era probable que sí había perdido lo tomaría de una forma desastrosa ya que según recordaba, el día anterior había sido agresivo incluso con la pantalla de su televisor.

          Tomó su casco, el otro que le quedaba, estaba roto por dentro pero le serviría al menos mientras llegaba a buscar sus cosas en la casa de Marcel. Todavía estaba nervioso y hasta llegar a la casa de Marcel no estuvo tranquilo. Recordaba que su apartamento estaba en el tercer piso en la habitación 347, así que llegó a ella y tocó la puerta. No se había percatado de que era posible de que Marcel estuviera en el trabajo. Pero no era así, luego de un minuto abrió la puerta, pero no parecía él.

          —¡Dime que tú también lo lograste! —preguntó Marcel con una sonrisa en su rostro, lucía diferente se había afeitado el cabello y la barba, ahora estaba completamente calvo.

          Javier asintió.

          —¡VAMOS VIEJO ALÉGRATE, NO PUEDES SER TAN CALLADO! —gritó, y a Javier le preocupaba lo indiscreto que podía ser el hombre, para su edad le resultaba bastante inmaduro —. ¿Dime, entonces te gustó el traje?

         —Puedo pasar, mejor hablemos dentro —dijo Javier que sentía que todos los estaban escuchando en el edificio.

        —Claro pasa, señor paranoico.

        Javier se dio cuenta que sus cosas estaban en el mismo lugar donde las había dejado así que las tomó.

         —¿Cómo hiciste para escapar en la motocicleta robada? —preguntó Marcel riendo.

         —¿Utilicé los callejones que nadie suele usar y no tienen cámaras y tú que conseguiste para tener las dos estrellas y escapar? —regresó la pregunta Javier.

         —No sé porque te complicaste tanto en haciendo algo tan peligroso, eres un demente amigo —dijo Marcel —. Yo simplemente me metí en una tienda e hice activar su sistema de incendio y además me llevé varias cosas y salí corriendo sin pagar. Luego se me ocurrió esconderme en la misma azotea a donde habíamos caído. Duraron horas buscando en este edificio y en el otro edificio, pero estaban buscando a mi “yo vago” y yo ya me había afeitado. ¿Soy un genio no? Al mejor estilo de un espía.

           —¡Estás loco, no debiste traerlos a que investigaran tu edificio!

           —Oye, tú fuiste el que se robó una moto de al frente que también siguen buscando.

           Javier se cayó.

          Tomó sus cosas para marcharse cuando observó que Marcel no estaba solo, de su baño estaba saliendo un hombre semidesnudo con una toalla. Al verlo lo saludó levantando su mano.

La realidad detrás del juego (TERMINADA)Where stories live. Discover now