Entré a mi oficina y tomé unos papeles que Vadik había dejado sobre mi escritorio. Me agobia esta parte de mi trabajo pero tengo que hacerlo.

En todos estos días e intentado terminar el papeleo pero siempre me interrumpen; últimamente nos llaman a varias misiones de emergencia y estamos recibiendo muchas estrellas.

Me senté cuando...

—¡Julietta San!— pegué un brincó en mi asiento— lamento la interrupción, pero tenemos una emergencia.

—¿Cuál?

—El Reino del Diamante está atacando la ciudad de Kiten, el Rey Mago ordena que los Colibrís Tornasol vayan a ayudar a los de Amanecer Dorado, el capitán de los Toros Negros también se dirige para allá.

—Esta bien, llegaremos en un segundo— dije poniéndome de pie.

No están todos, pero con eso basta.

***

—Bien, chicos, ya saben qué hacer— les dije a los seis— no dejen que el enemigo gané.

—¡Entendido!— dijeron en unísono y corriendo en diferentes direcciones.

Me dirigí con mi magia hacia el techo de un edifico bastante alto para tener un mejor panorama. Habían traído un gran ejercito los del Diamante... Ya veo, hay cuatro de los Ocho Generales Fulgurantes.

Visualice a William, me volteó a ver y me sonrió, le devolví el gesto. Después me disipe, no podíamos perder el tiempo.

Aparecí enfrente de uno de los Generales Fulgurantes...

—Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí?— dije mientras caminaba hacia el— ¿intentando invadir Kiten?— hice un gesto de desaprobación.

—¡La capitana de los Colibrís Tornasol!—exclamaron las personas que estaban ahí.

—Quédense detrás de mi— les dije

El general Fulgurante rió.

—Una muñeca como tu, ¿me va a vencer?— preguntó divertido— será divertido jugar contigo. Hace tiempo que no me tocaba jugar con una mujer tan hermosa.

—Yo no tengo tiempo para juegos— dije envolviendo mi mano con magia.

El General Fulgurante rió.

—Regresaré a casa con una muñeca del Reino del Trébol— rió y se lamió los labios— Magia de lava: Tornado siky.

Eran grandes tornados, traían mucha fuerza.

—Magia de Espacio: Guadaña del arcángel.

Hubo un choqué entre los dos hechizos.

Le mandé varios cortes de Magia de Espacio.

Esquivé sus ataques; me enviaba muchos.

Envolví mis dos puños con magia y golpeaba sus hechizos; son puñetazos imbuidos de poder mágico que son muy potentes.

Después aparecí frente a el, y lo golpee con la misma fuerza. El General quedó incrustado en la muralla de la ciudad.

—Ah...— salió del hueco de la muralla después de unos segundos— eres bastante fuerte, muñeca... Magia de lava: flechas cortantes.

—Magia de espacio: portal del juicio.

Acabé con el General Fulgurante. Nunca ven venir ese hechizo, funciona muy bien como Magia de Trampas.

—Esta muñeca se retira— dije divertida— esperaba más de un General Fulgurante.

Sentí un ligero temblor en el suelo, habían ramas por doquier; es un hechizo de William.

LA DESCENDENCIA DEL ÁNGEL| NOZEL/ FUEGOLEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora