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Lunes diecisiete de marzo, ocho en punto de la mañana.

Suena el despertado y segundos después las manos de mi madre aporrean la puerta despertándome aún más.

- ¡Leah despierta, vas a llegar tarde a clase!

Grita mientras se aleja por el pasillo, me levanto de la cama con poco interés y me visto con lo primero que veo en mi armario.

No os voy a mentir, odio el instituto casi como todos los adolescentes de hoy en día, digo casi todos porque supongo que algunos les gustara ir.

Odio los lunes y levantarme temprano todos los días, pero compensa cuando paso el día con mis amigos.

Desayuno y me lavo los dientes preparándome a toda prisa para salir de casa.

Pensaba que hoy sería otro día igual, cualquier otro Lunes.

Llego a la parada de bus y espero unos cinco minutos hasta que este llega. Cuando subo veo mi sitio libre, cuarta fila a la derecha, me siento en el asiento que esta más cerca de la ventana ya que me relaja ver el trayecto mientras escucho música.

Una vez allí me dirijo hacía mi casillero e intercambio los libros de las asignaturas que me tocan hoy.

El bus suele llegar más temprano que el resto de alumnos, así que solo los que venimos en el estamos aquí.

Voy hacía el aula en la cual tengo la primera clase de la mañana y me siento en el suelo a esperar al resto de mis compañeros, los cuales llegan a tan solo siete minutos de empezar las clases.

Mis amigas y yo charlamos un rato antes de que llegue la profesora, cuando esta llega entramos a la clase y nos sentamos en nuestros sitios.

A primera hora no teníamos nada más ni nada menos que Análisis de frases con la señora Lane, la profesora de lengua. Aunque esta es mi asignatura favorita, cualquier cosa un lunes a primera hora se me haría inaguantable.

Después de esta clase tenemos Historia que la damos a la otra punta del instituto haciendo que tengamos que darnos mucha prisa en llegar lo antes posible. Nada mas entrar por la puerta el Señor Marshall sin darnos ni un segundo de descanso empieza a explicarnos la primera guerra mundial mediante power points e imágenes, que el mismo busca para explicarlo de una manera más visual.

Y cuando nuestro cerebro ya no puede retener más información nos damos cuenta de que aún nos queda matemáticas, en esta asignatura estamos dando logaritmos, los cuales no son muy sencillos.

Suena la campana dándonos una alegría a todos los que estamos en el aula anunciando la hora del descanso.

Mis amigas y yo salimos a toda prisa por el pasillo y nos dirigimos a la cafetería en la cual nos sentamos en la primera mesa de la izquierda. Esta está al lado de una gran cristalera en la cual se puede ver a la gente que esta en el patio y demás.

Taylor y Hellen comentan su fin de semana en el parque de atracciones, nos cuentan que fueron con sus primos que habían venido a visitarlas desde Arizona, mientras Alison las corta a cada palabra que estas intentan decir.

Taylor y Hellen son gemelas, pero yo no las conocí a la vez.

Taylor y yo íbamos a la misma clase en el jardín de infancia por lo tanto nos hicimos amigas mucho antes de que yo conociera a su hermana, la cual conocí una vez empezamos el colegio.

Al pasar al primer año de instituto conocimos a Alison, una animadora arrogante que se cree superior a nosotras, la conocimos en un campamento que organizo el colegio en Minesota. Entonces era una chica normal, como nosotras, pero al pasar al instituto cambio radicalmente de actitud y personalidad. Y más cuando la aceptaron como animadora haciendo crecer aún más su ego.

Escucho como mis amigas charlan entre ellas, cuando veo como la Señora Lane se asoma por la puerta de la cafetería.

Ella empieza a buscar a alguien con la mirada hasta poner sus ojos sobre mi para después hacer un gesto con la mano señalándome que fuera hacía ella.

Me levanto y me dirijo hacía ella con cautela de lo que podía venir a decirme.

Al salir por la puerta me topo con la Señora Lane quien esta con un chico al lado.

Miro atentamente a aquel chico, el cual era de pelo castaño oscuro en forma de cresta, con unos ojos marrones, uno de ellos estaba ligeramente más cerrado que el otro, una sonrisa amplia y perfecta envuelta con unos labios gruesos y rosados.

De una estatura de uno ochenta y cinco como mínimo, iba vestido con una camiseta negra cubierta por encima con una camisa de cuadros verde oscuro y blancos, vaqueros oscuros y unas Vans grises, con una mochila y una chaqueta verde militar que sujetaba en su brazo.

- ¿Leah, podemos hablar?

Dice la Profesora después del análisis que acabo de hacerle visualmente a el chico que esta de pie junto a ella.

Lengua es la asignatura que más me gusta y en la cual pongo más empeño y esfuerzo y supongo que como la Señora Lane se da cuenta de todo esto recurriría a mi para pedirme cualquier favor que no fuese demasiado serio o difícil de llevar.

- Sí.

Contesto lo más rápido posible ya que estoy bastante nerviosa, asustada y cohibida por lo que ella pueda decir y por la mirada de aquel chico sobre mi.

- Leah, él es Shawn un alumno de intercambio que se quedara aquí durante dos años.

Dice haciendo un gesto con su mano señalandole y yo le miro.

- Soy Shawn, encantado.

Me brinda una bonita sonrisa mirándome a los ojos.

- Yo soy Leah encantada de conocerte también.

Le sonrío nerviosa.

- Me gustaría que le enseñases las instalaciones del instituto y que resolvieses cualquier duda que el pueda tener, si tienes algún inconveniente o alguna duda que no sepas resolverle sabes que puedes recurrir a mi. Bueno Shawn ella te enseñará esto, si tienes algún problema no dudes en preguntarle.

- De acuerdo, gracias.

Dice sonriendo también y la señora Lane se marcha dejándonos a ese chico y a mi allí solos.

"El chico de intercambio" Shawn MendesWhere stories live. Discover now