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-Narra Leah-

Aunque solo ha pasado un día desde que le han dado el alta a Shawn el hospital se ha vuelto más que aburrido.

Me he pasado la mañana leyendo, viendo cualquier programa aburrido en la tele o paseando por los pasillos.

Esta tarde viene a verme y estoy entusiasmada de que me cuente que tal le ha ido la vuelta.

El doctor ha venido a verme esta mañana antes de desayunar.

Me ha dicho que me tienen que hacer unas radiografías ya que la rotura de peroné es muy grave y  quizás necesite cirugía para unir ambos huesos con un hierro. O al menos así me lo han explicado, creo.

Shawn llega a las cinco al hospital junto con las gemelas y Matt.

Estamos hablando durante un rato y luego ellos se marchan.

Nos quedamos Shawn y yo solos.

-¿Que tal el primer día de vuelta?

Bromeo y el hace una mueca.

-Ha sido insoportable, toda la gente preguntándome sobre que había pasado. -Suelta un suspiro- Ha sido agobiante.

Le acaricio la mejilla y le beso.

-Piensa que el lunes no te preguntarán.

El asiente entristecido.

-Tengo que contarte algo.

Digo y me mira a los ojos.

-Me van a operar del peroné para unirlo con unos hierros porque la rotura no progresa.

Veo como le tiembla en labio inferior como cuando estás a punto de llorar.

No me gusta nada ver a Shawn triste, apagado.

-¿Que pasa Shawn?

Digo y me siento en la cama con dificultad para ponerme frente a el.

-Lo siento.

Musita con la voz rota.

-¿Lo sientes porque?

Le cojo de la mano y se la acaricio para que se tranquilice.

-Porque si no hubiese dicho de irnos a la playa aquella noche, todo esto no hubiese sucedido.

Le cuesta hablar, tarda varios segundos en decir la palabra que sigue a la anterior y su voz es triste.

-No digas tonterías Shawn, no fue tu culpa.

Acaricio su pelo.

Todo esto no es culpa de  Shawn, si ha pasado es porque estaba destinado a pasar.

Aunque haya sido un mal trago para ambos me alivia saber que estoy aquí con el y que estamos bien.

Entonces rompe a llorar y se me viene el mundo abajo cuando le veo así.

-Shawn.

Susurro mientras me abrazo fuerte a el.

Se que aunque le haya dejado claro que no ha sido culpa suya sigue sintiéndose culpable por esto, pero no debería.

Tiene tan buen corazón, se preocupa tanto por los demás que me asombra saber que aun quedan personas tan buenas como el.

Todo el mundo le quiere por como es, con ese carácter tan dulce y simpático.

-Shawn no llores, estamos bien. -Beso su mejilla- No es tu culpa.

Me separo un poco y le miro de frente.

-No es tu culpa ¿Vale?

Digo y el asiente frente a mi.

Le beso lentamente sintiendo cada movimiento de sus labios en los míos y esa cálida sensación que recorre todo mi cuerpo cuando nos tocamos.

-¿Sabes cuando te operarán?

Se separa de mi poco a poco.

-No lo sé, mañana creo que me harán las radiografías.

Y así ha sido, al día siguiente nada más levantarme me han llevado a la sala de radiología para mirarme la fractura más detenidamente.

Cuando he vuelto a la habitación mi madre me dice que esta misma tarde me meterán en quirófano y por eso mismo aún no me han dado el desayuno.

Me dice que tengo estar sin comer para entrar a quirófano y que después de la operación me darán líquidos para recuperarme un poco.

Miento si digo que no he entrado en pánico en el momento en que me han dicho que esta misma tarde me van a operar.

Nunca he estado en qiuirófano y mi miedo a las agujas no me va a ayudar mucho.

Tengo miedo al dolor en sí, a sentir dolor y no poder controlarlo.

Pero si esto va a mejorar mi salud tengo que hacerlo y tampoco esta en mis manos decidir si entro o no a quirófano. 

El doctor viene a buscarme antes de que llegue Shawn y les digo a mis padres que le avisen de que me están operando.

Tengo miedo de entrar por esas puertas y que la operación se complique hasta el punto de no volver a salir por estas.

Tengo miedo a la ignorancia, a no saber que me van a hacer ni que va a pasar ahí dentro.

Me meten en una sala justo al lado de quirófano donde me ponen un gotero de suero conectado a la vía.

Una enfermera habla conmigo para quitarme un poco los nervios de la operación.

Mi corazón se acelera cuando el cirujano se acerca a mi camilla y me pregunta si estoy preparada.

No me atrevo a decir nada pero el ya ha quitado el seguro de la camilla y junto a dos cirujanos más la mueven adentrándose en el quirófano.

-Respira hondo y suéltalo poco a poco.

Habla mientras dibuja con un rotulador en mi pierna.

-Ahora te vamos a pedir que cuentes hacía atrás del diez al uno mientras te ponemos la anestesia, ¿Preparada?

Asiento asustada.

Mueve su mano sujetando una jeringa y introduce en el tubo de mi vía.

Poco a poco inyecta el liquido que corre la vía.

Empiezo a contar despacio ya que estoy tan nerviosa que me cuesta pensar.

En cuanto llego al siete ya estoy dormida.

No recuerdo nada más excepto un destello de luz después de lo que parce una eternidad.


"El chico de intercambio" Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora