Dulces sueños

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—¿A qué se debe su visita?— extiende la mano a su maleta y la sube en la cama para buscar la pijama.

—¿Sabía que en la cultura de los elfos el hombre y la mujer rara vez llevan prendas que le cubran completamente el cuerpo?

—¿Quiere que me quede desnudo?— enmarca la ceja sin poder creer lo que escucha.

<<Aunque eso explica la facilidad para quitarse la ropa en la reunión>> piensa mientras se coloca el bóxer.

<<Parece que le gusta como nos vemos. No se puede negar que estamos como queremos>> Damián ignora el comentario de Zeref.

—Quiero decir que a nosotros no nos importa como se vistan mientras se sientan cómodos.

Damián se coloca su pantaloneta negra y camisa de algodón blanca de manga larga.

—¿Ya dormirá?

—Aun no tengo sueño.

—¿Me harías un favor?

—Si es algo que pueda hacer, con gusto.

—¿Pasaría la noche conmigo?

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—¿Subiremos a la cima del volcán?— grita el alfa mientras salta sobre los arbustos que bloquean la ruta. 

—¡No, es en la falda de la colina que esta cerca!, ¡Ya casi llegamos!— Zu retira las ramas que se cruzan mientras sobre vuela las ramas de los arboles. 

—¿Cómo sabes dónde es?— siente la adrenalina moverse por todo su cuerpo. 

—¡Solo hay una zona donde puede crecer esa flor!—

Correr entre el bosque frondoso de la isla es emocionante de muchas maneras. El aire caliente y la humedad hacen que el lobo quede cubierto de sudor y rocío. La oscuridad se apodera de todo el lugar, sin embargo la luna deja rastros de luz tenua, permitiendo ver parcialmente el suelo que pisa o la fauna que crece de manera frondosa en cada lugar. 

Zu voltea al sentir como el corazón del lobo bombea a todo lo que da. Definitivamente esta disfrutando de ir sin miramientos por todo el terreno. Sube por encima de las copas de los arboles para verificar que ya están cerca. Frena en seco cuando nota que hay una grieta enorme que parte hacia un vacío directo a una ruta subterránea de lo que seguro es por donde pasa la lava. 

<<Mierda>> baja  en picado para ver donde va el lobo solo para sentir como este le pasa como un rayos por su costado y sigue corriendo. La mirada de emoción en su rostro y la mueca de fanfarrón le da a entender que la esta retando, sin saber que si sigue caerá por el vacío que no se distingue entre la poca luminosidad. 

El alfa acelera cuando ve a la elfo volar a toda velocidad hacia el. 

—¡Para!— grita la elfo a unos metros del alfa. 

—¡Alcánzame!— su pelaje crece a medida que corre, transformándose en mitad hombre lobo. 

—¡Para, es peligros...!— tose al sentir como un insecto volador quedó atrapado en su boca. Tose asqueada. 

El alfa ríe a grandes carcajadas, bajando la velocidad pero decidido a seguir. 

Zu se frustra al ver que Damian no esta tomando en serio su advertencia. 

—¡Lobo estúpido, que pares!—

El alfa baja la velocidad pero no puede frenar en seco por la velocidad que lleva. 

Zu se enoja al entender que no podrá parar a tiempo, ni ver bien si sigue usando la célula para ver el mapa en los lentes de contacto. Se retira los lentes con magia y los mantiene en su mano. Debido al cansancio acumulado de los 5 días sin dormir no tiene la energía suficiente para hacer hechizos potentes. 

Mi pequeña ZuWhere stories live. Discover now