Tratado

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-Tendremos que extender la bienvenida a varios días- dice Oceanía evaluando la noticia.

-No tenemos de otra- dice América de mala gana.

-Si ella es su mate nos matará si la dejamos ir- sonríe Europa sin poder contener la emoción de mantener al rey Kurt unos días más.

-Entonces que la reunión comience- África frunce el ceño al ver cómo la demonio cambia la forma de sus ojos sólo para que la vea por unos segundos después de los demás voltear.

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En la sala de juntas preparada para la ocasión se debaten las estrategias para detener a los vampiros y formación de aliados de la misma especie.

No hay suficientes pruebas de que los vampiros estén haciendo algo en su contra, pero el descubrimiento del virus y las variantes de desarrollo descubiertas por los elfos, dan a entender que ese tipo de virus sólo es posible con la ponsoña de los vampiros.

Los líderes de América y Asia insisten en declarar la guerra por cuestión de orgullo. Mientras el resto de los presentes pierden la paciencia.

Aunque el virus se hiciera con ponzoña de vampiro no quiere decir que esa misma especie lo prepare. Simplemente tomaron el líquido de algún ser oscuro a la fuerza.

Después de 3 horas de disputas por parte de Asia y América, argumentos inconsistentes auspiciados por Europa y secundada por Oceanía, razones de peso que salvaguardan la razón de ser de la reunión por parte del resto de los presentes; se llega a varios puntos a desarrollar. Solo falta el voto del actual líder de los lobos.

El muchacho durmió por esas 4 horas y media. Su cuerpo se siente ligero al igual que su mente. Las dos consciencias apenas perciben la realidad cuando el hechizo se disuelve por completo.

-El alfa despertó- dice el enfermero por el comunicador pegado en la pared.

Damián abre los ojos lentamente, escuchando como varias personas corren al cuarto.
Suelta aire lentamente, desperezando su cuerpo.

-Alfa ¿cómo se siente? - se apresura a decir el médico jefe. Anota en su libreta los datos arrojados por las máquinas que monitorean al joven.

Damián cierra los ojos por última vez, antes de despedirse de la paz envolvente del sueño.

-Estoy bien- su voz ronca hace que varias enfermeras corran al jarrón de agua para aliviar la sed de su señor.

Cansado de estar acostado, se sienta en la camilla revolviendo su cabello después de pasar su mano por la cara. Mira las enfermeras ofreciendo el vaso con agua con preocupación en sus rostros.

Para no preocuparlas despoja la seriedad de su rostro para sonreir a medias al recibir el vaso.

-Gracias- mira el agua cristalina por unos segundos antes de tomarla.

Los recuerdos antes de desmayarse regresan lentamente.

-Señor, no es necesario que asista a la reunión enseguida...- dice el médico preocupado por la salud de su sobrino.

-No hay razón para retrasar la junta- se sienta en la orilla de la camilla que apenas resiste el cuerpo del joven.

Mira como su anatomía había vuelto a la normalidad. Vestido con el pantalón de dormir y camisa blanca. En el suelo, a su disposición, se encuentran pantuflas mullidas.

-Dile a Gerhart que traiga el traj-

-Ya todo está a su disposición- dice el chico de cabello rojizo y de traje, en la puerta. - En la siguiente habitación- hace reverencia mientras espera pasar su alfa por su lado.

Mi pequeña ZuWhere stories live. Discover now