Dragón blanco

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🍃Idea de cómo son las alas de las hermanas en multimedia🍃


—¡Soy tu rey! ¡Demando respeto!— grita el rey de los elfos mientras el viento golpea violentamente su rostro.

La demonio se ríe con ganas. Surca los cielos con sus alas extendidas en su totalidad, el rey colgando de su mano y tropezando con algunas nubes a su paso, grita desesperado que lo baje.

—¡Rey de nadie!— da varias volteretas en el aire, ignorando las palabras del elfo, para luego arremeter a toda velocidad hacia el río que ve más cercano. 

—¡Ni se te ocurra!— grita encolerizado hasta las orejas. —Mira como se acercan al cuerpo de agua.

—¡Rétame!— guarda sus alas para quitar al resistencia. Saca las garras en caso que el rey se le resbale, ya que lo lleva agarrado de la pierna derecha, y las entierra con fuerza en la extremidad. 

—¿Por qué haces esto?— siento como gotas de sangre le caen en la cara. De por si le arde la herida pero que su carne sea jalada y retenida por las garras, hacen que arrugue la cara de dolor. 

—¿Tienes el descaro de preguntarme?— entierra más las garras del enojo. 

—¿Por no vernos durante las 3 semanas pasadas?— usa cántico de curación pero la regeneración y desgarramiento continuo le causa mas dolor, mas no ve otra salida. Las garras llegan hasta el hueso astillado.

Kurt toma aire como puede. Toca con la otra mano la runa de su mano, se dobla sobre si mismo y golpea lo más cerca que puede del cuerpo de Zu. Aire comprimido sale de su puño hacia la chica. 

El viento hace que las alas se deplieguen, haciendola perder el control. Ambos se ven balanceandose con violencia en caida libre. 

—¡Espero te ahogues por idiota!— da varias vueltas forzosas hasta lograr detenerse a unos metros antes de caer en el río. Suelta al rey para que caiga a las profundidades con la velocidad que llevaban. 

Kurt cae de espaldas a las rocas del fondo del cuerpo de agua. El aire abandona sus pulmones. Activa de nuevo la runa, recuperando el aire. Se retira la tela que adorna su cintura y la estira antes de lanzarla como látigo que se estira hasta enredarse en el pie de la demonio. Zu deja de reír al sentir la tela en su pie. Es llevada al fondo del río, donde el rey había caído. 

Kurt sale a la roca que se encuentra a la orilla de la cascada, dividiendo el agua que cae en dos. Zu los había traído hasta el lugar donde se conocieron. Se deja caer en la roca, cansado. 

—Un día de estos me matará con sus rabietas— pasa la mano por su rostro, llevando el cabello que le cubre la cara hacia atrás. 

Una Zu encolerizada sale del agua, aferrándose a la orilla de la misma roca. Sale como puede, pues el peso de sus alas no ayudan a salir de la corriente fuerte de la cascada. 

—Eres un maldito... infeliz— se pone de pie, escurriendo sus alas pegadas al suelo de lo pesadas que son. Su respiración se normaliza. 

—Te dije que tomaría medidas— se apoya en su codo para poder verla.

—Igual que yo— sin dejarlo reaccionar lo patea en el rostro, tirándolo al abismo de la cascada.

El rey intenta invocar las alas para evitar caer, pero había agotado toda su vitalidad las últimas semanas, arreglando problemas del reino y el cántico de curación de hace unos minutos. 

Mi pequeña ZuTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon