CAP. 21 - REUNIÓN FAMILIAR.

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CAP. 21 – REUNIÓN FAMILIAR.

Meira

Decidí que era inútil contestar a la carta. Andrómeda se iba a presentar aquí dijese lo que dijese. Habían sido dos días de lo más ajetreados. Al día siguiente de recibir la visita de Alexander, la reina notificó a Abbas su deseo de visitar su “humilde hogar”. Así que Argentum se había convertido en la histeria personificada.

Anwar estaba histérica también, pero ella de la emoción de ver a la abuela, no paraba quieta ni dos minutos, saltando por la casa, martirizando a sus compañeros de colegio, torturándonos con preguntas... Firas, no estaba tan excitado como Anwar, él solo estaba contento porque vería a Alexander. Sin duda era su favorito, dos empollones amantes de los bichos y cosas raras. Eran tal para cual. Jesé era como yo, veíamos todo desde otra perspectiva, la desconfianza era nuestra segunda naturaleza y que mi abuela viniese solo significaba pasar un mal rato.

Por si no teníamos suficientes preocupaciones, Perseo, el rey de los druidas y mi “abuelo”, se enteró de la próxima visita de la reina de los vampiros y se quiso unir. Quería conocer al “futuro novio de su nieta”. Todo muy surrealista.

Abbas había estado controlando todos los preparativos, así que solo nos encontrábamos por la noche. El resto de día intentaba mantenerme alejada de todo el caos.

A mi favor había que decir que ante mis innumerables súplicas, Abbas había permitido que el día de la visita viniesen a darme apoyo moral Acantha e Iris. Era una pena que no hubiese cedido ante Adrián y Carlo, pero menos da una piedra.

Por otro lado, por fin había conocido a Sonia, la hermana de Abbas y no fue una gran primera vez. Ella era la encargada de los preparativos de la recepción y solo diré que huí. Ella gritaba como una posesa y daba órdenes a todo aquel que se le aproximase a dos metros, así que cuando Abbas se despistó, huí, corrí veloz hasta la salida más próxima. Cuando Abbas me encontró le puse ojitos de cachorrito y le dije las primeras impresiones era mejor hacerlas en días soleados y relajados.

Sin duda, tenía muchísimas ganas que todo acabase. Damaris estaba rabioso, no se le podía decir nada sin que, literalmente, te ladrase. Era de entender, después de un mes, se separaba por dos días completos de Acantha. Acantha por su parte, fingía una alegría que no sentía. Quería ser independiente, pero contra antes aceptase que, amorosamente, estaba acabada, mejor para su salud y para la mía. Recibir llamadas a las dos de la mañana no se podía convertir en costumbre. Aarón y Hugo eran mis guardaespaldas oficiales del evento. Eran mi tortura personal. De toda la manada, eran quienes mejor se lo estaban pasando. Al final, ante la insistencia de Abbas, había confesado mis secretos a los más cercanos. Acantha me había atacado, Carlo y Adrián gritado e Iris comprendido y abrazado. Por la parte de Abbas, Aarón y Hugo fueron los únicos que dijeron algo, pero estaban más guapos callados. “¿Chupas sangre o algo más?” “¿Por eso estaba tan cansado Abbas? ¿Por tu super-velocidad?” “¿Eres una bruja también en la cama?” Y las bromas seguían y seguían… Cada vez eran más ingeniosas. Me sorprendía su inteligencia… Pero también eran los que me tenían más distraída.

        –Mei… ¿Cuando vene la abu? –Preguntó Anwar desde la isla de la cocina mientras comía sus cereales.

        –Pronto… –Le contesté cansada de siempre la misma pregunta. Era la sexta vez que le contestaba la pregunta aquella semana.

        –¿Tienes ganas de ver a la abuela? –Le preguntó Aarón a una Anwar muy emocionada.

        –¡SIIIIII! Ela siempre me trae cosas ricas –Dijo Anwar con sus ojitos redondos abiertos al máximo.

        –¿Y tú? –Me preguntó.

        –No. Siempre me provoca grandes dolores de cabeza. –Contesté sin titubear.

AgaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora