CAP. 7 - FAMILIA.

29K 1.6K 68
                                    

CAP. 7 – FAMILIA.

Meira

Después de llegar a Zel recogimos a Anwar y junto a Jesé y Firas nos fuimos a casa.

        –¿Qué queréis hoy para cenar?

        –¡Io quelo trositos de pes! –Dijo Anwar con su vocecita de niña de no más de 4 años.

        –A mí me da igual, con tal que se pueda comer. Pero ya sabes que prefiero carne. –Dijo Jesé, el carnívoro de la casa.

        –¿Y tú, Firas? –Le pregunté al mediano de mis tres hermanos–. Por cierto, ¿Cómo ha ido tu primer día de instituto?

        –Bien… Amaia y yo no nos separamos de los demás niños de Zel. El resto me dan un poco de miedo… –Susurró como si no quisiese que nadie más se enterase de sus miedos–. Y me da igual lo que hagas para cenar, si quieres cuando acabe los deberes te ayudo. –Añadió.

        –¡Io tamben quelo aludalte, Mei!

        –Claro que sí cariño.

        –¿Me coges en bracitos, Je? –Preguntó Anwar a Jesé con ojitos de cachorrito.

        –Si me das un beso y un abrazo te llevo hasta el fin del mundo. –Le contestó Jesé con una gran sonrisa.

        –¡Síiiiiii!

Pasé a Anwar a los brazos de Jesé. Ésta antes de retirarse de los míos me dio un beso de pececito. Miré a Firas que iba pensativo cogido de mi mano y le di un beso en la frente para que se relajara. Todo saldría bien, él era fuerte y el instituto solo sería una experiencia más.

Vi como Jesé se alejaba corriendo con Anwar a su espalda riendo como una histérica.

        –¿Hay algo que te preocupa Firas? –Le dije apretándole la mano suavemente.

        –No… solo estoy nervioso por el instituto… prefería estudiar en Zel. –Me dijo él con el ceño fruncido.

        –Todo pasa Firas, no te preocupes. Es normal que el primer día no os relacionéis con el resto de compañeros, pero más adelante ya los conocerás. Seguro que entre tanto lobo, vampiro y demás hay buenas personas. –Dije para tranquilizarlo–. En esta vida no todo tiene porque ser blanco o negro, ¿No?

        –Supongo… ¿Pero me querrás igual si me hago amigo de uno de ellos? –Y ahí encontré el foco de su preocupación.

        –Cariño, yo nunca te voy a querer menos, ni a ti ni a ninguno de tus hermanos, pase lo que pase. Sois mi vida. –Me agaché y le di un fuerte abrazo y beso–. ¿Ya has encontrado a alguien merecedor de tu amistad?

        –Hay una niña entre los lobos que no se relaciona con nadie… ni con los lobos. –Me dijo con los ojos muy abiertos, expresando su sorpresa sobre este hecho–. Amaia y yo queríamos acercarnos pero no sabíamos si nos mordería… –Ante esta declaración no puede hacer otra cosa que reír.

        –Firas, estoy segura que no os morderá, y seguro que agradece que alguien le hable. Debe ser más tímida que el resto… No perdéis nada. –Le dije yo todavía riendo por sus ocurrencias.

Siempre me preocupó que Firas, Jesé y Anwar tuviesen que madurar más rápido que el resto de niños por la situación que vivíamos en casa. Ellos solo me tenían a mí. Mi padre ni estaba ni se le esperaba, aunque realmente no sabíamos de quienes de nosotros era padre, siempre estuvo y no estuvo. Mi madre era la única que había estado más tiempo, el cáncer se la llevó lejos de nosotros. Nuestro único referente paterno y materno.

AgaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora