084

3.2K 327 24
                                    

Primero que nada, voy a aclarar que no conozco nada acerca de los rangos militares en Corea, y tampoco sé si permiten mujeres (aunque en Descendants of the Sun había una creo).

Dedicado al monín: HoSeokah

Si había algo de lo que un hombre no se podía salvar en Corea del Sur, era del servicio militar, y la peor parte te la llevabas tú cuando algunos de los nuevos soldados creían poder pasar por sobre ti solo por ser mujer.

—Bien soldados, soy la teniente __(TN) —dijiste cuando todos estaban formados en una fila. — No solo __(TN), no "chica", no "señora" o como se les ocurra llamarme, ¿Quedó claro? —preguntaste y escuchaste algunos balbuceos. —¿Quedó claro? —repetiste esta vez más fuerte.

—¡Si, teniente! —dijeron todos al unísono.

Pasaste por la fila viéndolos uno por uno. Estabas tan acostumbrada que ya sabías quienes serían los que más soportarían y los que traerían problemas. Seguiste mirándolos hasta que llegaste casi al fina y... no.podía.ser.

—Buenas tardes, teniente —saludó Kim SeokJin evitando sonreír.

Lo conocías hace mucho tiempo, y no solo por ser la estrella del momento, sino porque era tu novio hace tres años, pero lo habían mantenido en secreto.

—Descansen soldados, y usted viene conmigo —dijiste mirando a Jin. Todos se quedaron mirándolo como si fuera lo peor del mundo, y te sentiste aliviada, al menos no sospechaban nada.

Dejaste a tu subalterno a cargo y te llevaste a SeokJin a tu oficina, en donde a penas cerraste la puerta, lo golpeaste en la cabeza.

—¿Qué haces aquí, maldita sea? —le preguntaste bastante molesta.

—Pues, haciendo el servicio militar, ¿Qué esperabas?

—¿Y por qué conmigo? —te quejaste más para ti misma que con él.

—Yo no escogí, solo me mandaron aquí.

—¿Qué voy a hacer contigo, SeokJin?

—Espero que no sea golpearme —rio y tú solo lo miraste mal. Estabas al borde de la desesperación y no encontrabas ninguna solución. —Hey, tranquila, no haré nada para exponerme y mucho menos a ti.

—Vas a tener que actuar como si no me conocieras, ¿está bien? No más apodos, ni guiños y mucho menos coquetear.

—Ugh, eso de actuar no se me da muy bien.

—Estudiaste actuación, no debe ser muy difícil para ti.

—Bueno, no todos los días tengo a mi novia como mi jefa.

—Tonto —reíste tranquilizándote un poco. —Vamos de vuelta, finge que te ordené hacer el aseo durante esta semana.

—Bueno, al menos solo tendré que fingirlo —rio, pero tú lo miraste serio. —Oh no, no no no, ¡No hice nada malo!

—Por supuesto que no, pero tienes que hacerlo o sospecharán, y agradece que dije solo una semana.

—Ugh, ¿Al menos te puedo besar? —dijo estirando sus labios hacia a ti, pero tu pusiste tu mano sobre estos.

—Cámaras —avisaste apuntando al techo, justo detrás de él y solo se quejó.

Los días fueron pasando y nada malo había sucedido, las cosas parecían estar normales, arduo trabajo y SeokJin por fin había dejado de trapear el lugar. Estabas contenta porque hasta el momento nadie había puesto en duda tu cargo y todos parecían tener un excelente comportamiento. Para los soldados por fin había llegado la ceremonia de su primer mes, luego de eso tendrían el fin de semana libre y en parte tu estabas contenta por eso ya que al fin podrías ver normalmente a Jin.

El lugar lo habían vuelto casi una fiesta, a excepción por la falta de alcohol de la cual algunos se quejaban, pero podrían soportar. Algunos soldados te habían querido invitar a bailar pero tu te negabas rotundamente. La verdad es que no te gustaba bailar, pero lo hacías de vez en cuando con Jin porque existía confianza.

—¿Cómo la está pasando, teniente? —preguntó Jin poniéndose al lado tuyo.

—Eso debería preguntártelo a ti, ¿Cómo la estás pasando?

—Solo estoy contando las horas para salir de aquí y ver a mi novia — respondió, haciendo que te atragantaras con la bebida.

—Una chica afortunada, espero —dijiste cuando te habías calmado.

—Yo soy el afortunado de tenerla —corrigió sacándote una sonrisa.

Cuando la celebración acabó todos se despidieron, por fin irían a casa, en cambio tú debías quedarte un par de horas extra, las cuales pasaron tan lentamente que creíste que llevabas siglos encerrada. A penas llegaste a casa, te lanzaste al sofá, pero un olor a caramelo en la cocina te hizo volver a levantarte y caminar hacia allá.

—Hola —saludó Jin con una sonrisa.

—¿Hace cuanto estás aquí? —preguntaste.

—Vine directo hacia acá —dijo apuntando a su uniforme que se encontraba en el sofá. —No sé si viste la hora...

—Son pasada las doce, ¿por qué?

—Significa que ya es nuestro aniversario.

—¿Qué? Nuestro aniversario es el... —fijaste tu vista en el calendario y te diste cuenta de que estabas equivocada. —Es hoy, lo siento

—Tranquila, habrá muchos más para celebrar —dijo antes por fin besarte después de todo un mes y definitivamente valía la pena la espera.



▶Imagina Con BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora