Capítulo Treinta

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Allí estaba, era el escudo de aquel vampiro extremista. Sus planes habían quedado al descubierto durante mi supuesto juicio, sabía lo importante que yo era para Julio y que ninguno se atrevería a tocarme teniendo tanto en juego.

Me apretaba fuerte a su cuerpo para evitar cualquier posible ataque mortal de sus congéneres, obligándome a retroceder junto con él, sin darle la espalda a ninguno de los presentes. A medida que nos acercábamos al vestíbulo de la entrada, el sonido de los truenos se escuchaban con mayor nitidez y, un ligero olor a tierra húmeda comenzó a inundar mis fosas nasales, indicándome que detrás de esas puertas caía un diluvio.

No me equivoque, cuando abrió la puerta el sonido que las miles de gotas hacían al caer en los pozos de agua formados era abrumador y una helada brisa entró con fuerza a medida que nosotros salíamos de aquel lugar. A Alex no le importó el torrencial aguacero, de igual forma siguió arrastrándome consigo bajo la lluvia.

No tenía a dónde ir, sabía que en el instante en que me soltara todos ellos se abalanzarían tras de él. Estaba acorralado y ambos lo sabíamos, la cuestión era ¿qué sería capaz de hacer en esa situación?

—¡"1chert poberi"! —grito a mi oído en ruso—. Siguesteniendo ese aroma tan provocativo, el solo olerte me hace agua la boca. Es un total desperdicio que te hayan convertido.

No entendía a qué se refería, después de todo, era la primera vez que lo veía. Al ver la expresión llena de incertidumbre en mi rostro comenzó a reírse a carcajadas. Me sentí más confundida aún con su reacción.

—¿cómo? ¿Aún no te lo ha contado? —exclamó sorprendido—, ja, ja, ja, ¡qué divertido se ha puesto este juego! ¿Me pregunto si tu sangre seguirá teniendo el mismo sabor?

Abrí los ojos de manera exorbitante. ¡No podía alimentarse de mí! ¿O si? Miles de interrogantes corrían por mi mente. Era increíble como había pasado de querer morir a simplemente sobrevivir a todo esto e irme con Julio.

Estábamos entre el auto y la puerta abierta de la mansión, donde comenzaban a aparecer varias siluetas. Pude distinguir entre ellas a Ezio que salió atrás de julio, estaba realmente confundida con todo lo que pasaba. Pensaba frenéticamente en que podía hacer para lograr escabullirme y no encontré respuesta alguna. Él podría matarme fácilmente si así lo quería.

—se acabó Alex, déjala ir —trató de negociar Ezio. —nada de lo que hagas cambiará el resultado de las cosas. Esa "utopía" tuya no tiene cabía en este mundo.

En los ojos de Julio pude ver que discrepaba de su maestro, tenía toda la intención de matar a su congénere, quería despedazarlo por completo sin contemplación alguna. Yo compartía la misma opinión que él. Si tuviera la fuerza necesaria lo destrozaría por completo, una escoria como aquella no merecía estar por más tiempo en el mundo.

—¡ja! ¿De verdad crees que todo terminaría conmigo? Ja, ja, ja —bufo en tono burlón —no soy el único que está cansado de vivir bajo la sombra del humano.

—ya estábamos preparados para algo así, de hecho el que Reggina y Rosselyn vinieran era parte de todo esto —informó Ezio.

—empezaremos la cacería de brujas si es necesario —agregó Julio.

—somos muchos, quizás no tanto como ustedes pero si lo suficiente como para empezar a armar un ejército poderoso.

Ezio dio un paso hacia adelante y Alex retrocedió instintivamente quedando más pegado al auto, apretó su agarre en mi cuello, afinando su uña en mi cuello; haciendo que un fino hilo de sangre comenzará a brotar de allí. Mi captor inhalo profundamente el aire impregnado con el aroma de mi sangre, como si estuviera respirando el aroma de la mejor repostería de París.

VICTORIA  amor&sangre (TERMINADA) Where stories live. Discover now