Capítulo Dieciocho

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Lo seguí en silencio hasta una habitación situada en lo más alto del. Hotel, al entrar veo la cama amplia decorada con algunos pétalos de rosas sobre las colchas color marfil camino hasta ella y rozo con mis dedos los aterciopelados pétalos. Sin duda alguna ya tenía todo planeado.

Cierra la puerta y va hasta donde estoy. Me abraza de espalda y besa mi cuello suavemente, bajando con cada beso un poco más, hasta llegar a mi hombro.

—Nunca me gustó este tipo de vestidos, hacía todo más... Complicado —besa mi hombro. —Pero creo que jamás he disfrutado quitándole cómo lo haré en este momento.

Comienza a desatar las cintas de la parte trasera de mi vestido mientras que sus labios siguen ocupados con mi cuello, excitándome cada vez más. En un momento de desenfreno se deja llevar y me muerde en el cuello.

—¡ah! —Extrañamente no me duele, con ella arranca un gemido de placer de mis labios.

Coloca sus manos a cada lado de mi hombro y desliza poco a poco el vestido hasta que finalmente este cae por su propio peso, dejándome en ropa interior delante de él.

Es un pequeño conjunto de encaje negro, elegante y sensual. Me voltea y se apodera de mis labios con pasión, devorando mis labios con avidez. Pasea sus manos por mi cuerpo hasta llevarlas a mis glúteos y los aprieta con fuerza.

Me alza y hace que me abrace a él con mis piernas al rededor de su cadera. Permitiéndome sentir la dureza de su miembro que comenzaba a latir por la sangre bombeada en él gracias a la excitación.

—Eres solo mía —susurro en mi oreja entre besos—, cada centímetro de tu cuerpo me pertenece solo ami.

—Si, solo tuya —afirme entre jadeos—, tómame.

No espero a que lo pudiera dos veces, me coloco en la cama con delicadeza y sigue recorriendo mi cuerpo con sus labios y con sus manos. Con cada caricia hacia erizar más mi piel y para cuando posó su boca sobre mi pezón erecto ya mi sexo estaba totalmente húmedo y deseando poder sentirlo.

Tomó mi seno con su mano, bajo el brasier sin quitármelo, pero dejando a la vista mis pezones y lo apretó ligeramente y se lo llevó a la boca. Primero paseo su lengua al rededor de mi pezón para después pellizcarlo ligeramente con sus dientes.

—¡Ahhh! —gemía por todo lo que hacía sentir a mi cuerpo.

Llevo la otra mano a mi entrepierna y ladeo mis bragas. Acarició mis labios inferiores con firmeza, siempre cerca de mi clítoris, jugando conmigo... Haciendo que lo deseara aún más, como si fuera posible tal cosa.

—Estás húmeda... mmm delicioso —metió su dedo índice y anular en mi interior, que gustosamente lo recibía.

—¡Ahhh! —arqueé mi espalda, buscando la manera de no solo sentir sus dedos más a mi interior. —Si... Así.

—¿Te gusta? —pregunta mientras se vuelve a meter mi seno en su boca-, aún no hemos llegado a la mejor parte.

No me dejó responder. Unió mis labios con los suyos y se abrió espacio con su lengua para jugar con la mía en un beso apasionado. Sin esperar un segundo se despegó de mi boca y bajó su cabeza directamente a mi entrepierna, abrió mis piernas y comenzó a besar y lamer con avidez y maestría.

Sabía exactamente qué puntos tocar para arrancar los gemidos de mí. Cuando estuve a punto de irme se detuvo para mi desagrado.

—No pares —supliqué-, sigue por favor.

—No, aún no.

Abrió aún más mis piernas y sacó su miembro de su bóxer. Se acomodó y lo fue metiendo lentamente. Torturándome y haciendo que lo deseara más. Sentía como mi interior se amolda a su grosor y con cada embestida me hacía llegar a niveles de placer cada vez más altos.

VICTORIA  amor&sangre (TERMINADA) Where stories live. Discover now