👑22: ¿Crees que ÉL quiera conocerme?👑

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...comenzó a reinar Ezequías hijo de Acaz rey de Judá. Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años ... Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre. El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustán. En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá. Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. Y Jehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba...
2 Reyes 18:1-7

UNA HORA ANTES DEL ATAQUE...

-¿Y entonces, qué vamos a ver? - preguntó la princesa mientras se sentaba con ambas piernas cruzadas sobre la cama-

Israel alzó ambas cejas y sonrió mientras le pasaba a su hermana el bol con las palomitas de maíz.

-Piratas del Caribe.

-¿Otra vez?

-¿Por qué?¿No quieres? -inquirió él- bueno, supongo que ahora que tienes a alguién que te gusta ya no es divertido pasar tiempo con tu hermano mayor -suspiró apesadumbrado- lo entiendo, tenía que pasar tarde o temprano.

-¿Qué... qué... de qué... de qué estás hablando? -tartamudeó Italia-

-No tienes que esconderlo -expresó quitándole hierro al asunto- lo sé tooodooo.

-¿Toodoo?

-Tooodooo -asintió el rey conteniendo la risa- es que son increíblemente obvios ustedes dos, no paraban de lanzarse miraditas y de sonreirse el uno al otro esta mañana.

Italia bajó la cabeza.

-Lo siento, Israel... te lo iba a decir después de esta noche.

Él sostuvo su barbilla obligándola a verlo a los ojos.

-Sé lo que estás pensando ahora -le dedicó una sonrisa amorosa- y mi respuesta es no y sí.

-Me estás confundiendo, hermano.

-NO me opongo a que estén juntos y SÍ los voy a apoyar, hermanita -los ojos se le llenaron de lágrimas- papá también los hubiera apoyado y estoy seguro de que estaría muy feliz por ti.

La princesa se limpió las lágrimas que habían comenzado a brotar al recordar a su padre y se apoyó en el hombro del rey.

-No querías ver Piratas del Caribe esta noche ¿verdad? Sólo era una excusa para hablar conmigo.

-¡Wow! Esto de la telepatía entre gemelos no es ninguna broma -ambos comenzaron a reír-

-Israel...

-¿Uhm?

-Puede que tú no creas en Dios pero yo le doy gracias todos los días porque permitió que seas mi hermano.

-Debe ser un Dios muy bueno... puesto que me dio una hermanita como tú.

-¿No quieres conocerlo? -le preguntó ella-

-¿Crees que Él quiera conocerme?

-Ya te conoce... antes de que estuviéramos en el vientre de mamá ya Él nos conocía.

-Se me hace difícil creerlo -confesó- aunque por lo que veo en ti, Él realmente debe existir.

-Dios dice en Isaías: "Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides".

-Está hablando del pueblo de Israel, no de mí -contestó él-

-Es para tí -le dijo la princesa- si lo quieres. Sólo tienes que aceptar a Cristo como tu Señor y Salvador, arrepentirte de tus pecados y entregarte a Él.

Israel no dijo nada por unos minutos. Se quedó como ido, con la cabeza en otra parte.

-Quizás -se limitó a decir cuando volvió en sí-

Italia suspiró y lo abrazó.

-¿No vamos a ver la película?

-Deberíamos -respondió su hermano- Oye ¿No es bella mi musa? -preguntó señalando a la actriz que le daba vida al personaje de Elizabeth Swann- definitivamente es la mujer más bella que he visto en mi vida.

Italia detuvo la película y salió de la cama cruzándose de brazos.

-Dime la verdad, Israel, si Keira Knightley, mamá y yo caemos al agua ¿A quién salvarías primero?

-A Keira Knightley, por supuesto -respondió sin titubear-

-¡¿Qué?! 

-Claro, tú tienes a Elijah para que te salve y mamá a una legión de guardaespaldas ¡es obvio que debo salvar a mi musa!

La princesa agitó la cabeza mientras volvía a sostener el control del TV pero antes de que pudiera darle play su hermano le sujetó la mano.

-Espera -susurró- ¿escuchaste eso?

Italia agudizó el oído.

-¿Son pasos? -miró aterrada a su hermano-

- Nadie se atreve a venir aquí sin antes anunciarse -dijo él- escóndete.

-Pero...

-Es una orden.

La princesa se metió debajo de la cama, con los ojos cerrados rogó porque esto fuera sólo una broma de mal gusto aunque por dentro sabía que nadie se atrevería a hacerle una broma de mal gusto al Rey.

Desde su escondite vio la puerta abrirse y un par de zapatillas negras detenerse en el umbral, luego un disparo, el cuerpo de su hermano caer estrepitosamente en el suelo y las zapatillas alejarse. Todo fluyó por su cabeza como una sucesión de fotos, sus ojos lo veían pero su mente no lo asimilaba.

-Lo acepto... -la voz débil de su gemelo la sacó del shock- a Jesús... lo acepto.

Temblando, Italia se arrastró hasta llegar a él. Sollozando sostuvo con sus dos manos las de su hermano.

-No te vayas -le rogó-

La sangre que manaba de su herida ya estaba formando un charco, en el cual la princesa permanecía arrodillada, mojándose las rodillas.

Con las pocas fuerzas que le quedaban Israel la atrajo hacia sí y besó su frente. Un hilo de sangre escapaba por su boca dejando una marca escarlata a su paso.

-Te amo, hermanita -con su propia mano ensangrentada limpió las lágrimas que resbalaban cual cascada por el rostro de la princesa- a Dios... lo veré primero.

-No... no... ¡NO! -repitió ella negando vehementemente con la cabeza mientras lo abrazaba con fuerza sin importarle como su propia ropa se impregnaba de la sangre del monarca- no digas eso, hermano...

-Sé que vas a ser una reina maravillosa -le dijo con una mirada cargada de orgullo y amor- claro que sí, te pareces a tu hermano.

-¿Por qué dices eso, Israel? -Italia volvió a hacer un gesto de negación- yo no soy ninguna reina, tú eres el rey.

Ahora fue él quien negó.

-Serás... una reina... fantástica... -las palabras se apagaron en su boca y el brillo desapareció de su mirada-

-Israel... - lo llamó mientras agitaba su cuerpo con fuerza- ¡Israel! No me hagas esto, hermanito ¿Sí? Deja de fingir, por favor... por favor...

Inclinó su cabeza apoyándola en el hombro del cuerpo inerte del rey al mismo tiempo que un pelotón de guardias armados irrumpía en la habitación con sus armas desenfundadas, pero ya era demasiado tarde.

Ellos, al ver el cuerpo sin vida del monarca tendido en el suelo y a la Princesa Heredera junto a él llorando desconsolada como si hubiera perdido un pedazo de sí misma, hicieron lo que se suponía debía hacerse en este tipo de situaciones.

Incando una rodilla en el suelo y bajando la cabeza exclamaron:

-¡Larga vida a Su Majestad la Reina!

El Peso de la Corona Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt