👑17: Si cierro los ojos me duermo👑

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En el séptimo año de Jehú comenzó a reinar Joás, y reinó cuarenta años en Jerusalén ... Y Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehová todo el tiempo que le dirigió el sacerdote Joiada.
2 Reyes 12:1-2

-¡Vamos!¡Caminen! -los apresuraba Cassandra-

Después de terminado el culto -que se había extendido hasta la una de la mañana- habían subido a sus habitaciones para cambiarse de ropa. Ahora, Cassandra tiraba del brazo de Italia para que caminara más rápido, Aaliyah las seguía de cerca mientras Elijah y Haniel caminaban detrás.

-¿Dónde están Margaret y Charles? -preguntó la princesa-

-Se fueron a dormir -contestó la otra chica sin detenerse-

El Duque caminaba con las manos entrelazadas detrás de su espalda y sus ojos no se apartaban de la joven princesa que literalmente era arrastrada frente a él mientras se dirigían a la cancha. Al parecer algunos jóvenes se reunían ahí después del culto de la noche para danzar.

-¿Es que aquí la fiesta nunca acaba? -le preguntó al líder-

-Son jóvenes y caribeños ¿qué esperabas? -contestó Haniel- además, si en el mundo no nos importaba quedarnos despiertos toda la noche parrandeando por ahí en lugares que sólo alimentaban nuestra carne ¿cuánto más no vamos a quedarnos despiertos celebrando al que vive y reina?

Elijah asintió totalmente de acuerdo. Unos pasos al frente Italia pensó en lo bueno que habían sido los dos últimos días en el campamento. Cultos, talleres, vigilias, juegos, el programa cubría las 24 horas del día.

Pero no había sido solamente la presencia de Dios lo que le había encantado de los últimos días -pues en cada culto Dios le hablaba y se mostraba con poder en su vida- sino también el trato recibido por parte de los demás jóvenes, tanto de sus compañeros de viaje como de los cubanos.

Se sentía como pez en el agua, estaba rodeada de personas de su edad que compartían sus mismas creencias. Miraba a un lado y se encontraba con alguien leyendo la Biblia y luego al otro alguien más cantaba una canción de alguno de sus cantantes favoritos.

-¡Yumas!¡por aquí! -la voz de Catherine llegó hasta sus oídos cuando estaban a pocos pasos de la cancha-

Italía rió al ver cómo Camila le daba un codazo a su hermana. Camila y Catherine eran gemelas idénticas, ambas mulatas de ojos grandes y almendrados, provenientes de la provincia de Cienfuegos. Lo único que las diferenciaba a simple vista era que Camila, la mayor, llevaba el cabello rizo mientras que la menor lo llevaba liso.

Por otro lado cuando pasabas tiempo con ellas te dabas cuenta de que además, sus formas de ser y de hablar eran diferente. Esa era la razón de que la mayor riñera a la menor cada vez que esta nos llamaba "yumas", que era una palabra para referirse a los extranjeros en el argot popular de la isla.

Al llegar junto a ellas Catherine abrazó a Italia a forma de saludo, aunque sólo habían pasado unos minutos desde la última vez que se habían visto. Y esa era una cosa que le había quedado bien claro a la princesa: los cubanos eran muy dados a mostrar expresiones de afecto en público, las mujeres se saludaban entre ellas y con los hombres con abrazos y besos en la mejilla, mientras que los hombres se saludaban entre ellos también con abrazos y apretones de manos.

-¿Comenzaron hace mucho? -le preguntó la princesa señalando al grupo de jóvenes que danzaban y cantaban haciendo un círculo-

-Eso no importa, mija -usó otra expresión del argot popular cubano, una forma para nombrar a otra persona- ¡lo importante es que ya están aquí! -exclamó rebosando de alegría-

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