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"¡USA PROTECCIÓN!" Jaemin gritó, subiéndose al auto de Renjun mientras saludaba a los dos más jóvenes.
"¡HYUNG DETÉNGALO!" Gritó Jisung, avergonzado por el comentario de Jaemin.
Los muchachos volvían a sus hogares separados, y Jaemin decidió ir junto con Jeno y Renjun. Jisung ya sabía lo que eso significaba, así que ni siquiera lo cuestionó cuando Jaemin no lo siguió a la casa.
Chenle estaba demasiado "cansado" para volver a casa, por lo que se iba a quedar con Jisung's. De todos modos, no era como los más jóvenes, porque tenían mucho de qué hablar después de todo lo que sucedió hoy.
Los dos muchachos se despidieron de los demás antes de que entraran en la casa de Jisung. Era obvio que el aire a su alrededor se volvió un poco tenso y extraño, cuando se dieron cuenta de que estaban solos.
Las visiones de lo que sucedió en la sala de práctica y en la presentación dejaron a los niños con muchas cosas en mente. Pensamientos mutuos, para ser más específicos.
"Voy a ir al baño, ya vuelvo". Chenle dijo, y corrió a la pequeña habitación, encerrándose dentro con sus pensamientos furiosos.
Los ojos de Jisung se quedaron en el lugar donde se encontraba Chenle por última vez.
Todo lo que sucedió fue demasiado surrealista para el joven varón. La confesión, las lágrimas, las flores. Chenle mismo.
Puso su mano sobre su pecho, sintiendo que su corazón latía fuera de control. El solo pensamiento de él volvía loco a Jisung. Era una locura lo lejos que se había enamorado de Zhong Chenle, y al escuchar que este último también sentía algo por él, Jisung fue considerado sin palabras.
Nada podría compararse con lo eufórico y enamorado que estaba.
Cuando salió de sus pensamientos, se dio cuenta de que ya estaba en su habitación. Sacudió la cabeza y agitó sus mechones marrones anaranjados, haciendo que algunos pétalos de flores sobrantes cayeran al piso de su habitación.
Mirarlos le recordó el momento en que llevó a Chenle al jardín de flores para animarlo. Recordó cómo se tendían en el campo de hermosas flores policromáticas. Suspiró soñadoramente, sonriendo ante la idea.
Chenle es una joya. Nada se puede comparar con el hombre. Todo sobre él parecía un cuento de hadas. Jisung ni siquiera podía comenzar a nombrar las innumerables cosas que amaba del hombre mayor. Desde el momento en que se conocieron cuando eran pequeños, Jisung ya sabía que le gustaba Chenle, pero todavía no de una manera romántica.
Con el tiempo, los sentimientos crecieron como los girasoles que florecieron para que el sol les sonriera. Se sintió devastado cuando Chenle comenzó a hablar sobre una chica que le gustaba, que era Jieun.
La cuestión era que el día que Chenle decidió confesarle a Jieun, fue el mismo día exacto en que se lo iba a confesar. Con un pequeño ramo en la mano, se había acercado al casillero de Chenle después de la escuela.
Antes de que pudiera decir algo, Chenle dijo que iba a confesarle a Jieun ese mismo día. Y por decir lo menos, el corazón de Jisung se rompió. Por dentro, todo era un desastre de emociones negativas. Afuera, una sonrisa fingida estaba pegada en su rostro.
El nino preguntó qué estaba escondiendo detrás de su espalda, y Jisung se rió nerviosamente pensando en formas de jugar este intento fallido.
"Son para que le des a Jieun cuando confieses. Sí, iba a decirte que hagas crecer algunas pelotas y confieses hoy, pero supongo que me ganaste". Había dicho, riéndose nerviosamente.
Chenle le agradeció a Jisung, una sonrisa brillante grabada en sus rasgos mientras tomaba agradecido el ramo de flores que Jisung le ofreció. Quería decir que era para él, no para Jieun. Pero no lo hizo.
Salió de la escuela con un espíritu roto y un corazón destrozado ese día.
Luego, sus pensamientos de tener a Chenle para sí mismo se deterioraron lentamente, ese pensamiento solo existía en sus fantasías.
Entonces, hacer que Chenle admitiera que sentía algo por él, Park Jisung, fue una novedad. Todavía no podía creerlo.
"¿Por qué estás sentado en el piso mirando pétalos de flores?" La voz de Chenle lo sacó de su aturdimiento millonario hoy.
El más joven levantó la vista para ver al anciano mirándolo con una mirada inquisitiva.
"Yo sólo estoy pensando." Respondió.
"¿Acerca de?"
"Usted."
Con eso, las mejillas de Chenle florecieron con rosa roja. Desvió la mirada hacia otro lado y se frotó la nuca. "Realmente sabes cómo hacer que mi corazón se sienta a punto de explotar, ¿eh?"
"Supongo." Jisung se puso de pie, llevando consigo algunos pétalos.
Se paró frente al hombre, tomando nota de cada detalle en la cara de este último. Sus mejillas sonrojadas, sus ojos llenos de timidez, su hábito nervioso de morderse los labios; solamente todo.
"Deja de mirarme, Ji". El anciano se quejó, cubriéndose la cara con las manos.
"¿Cómo no puedo?" Jisung removió suavemente las manos que cubrían la cara del niño, "He estado deseando mirarte libremente así por mucho tiempo, ¿sabes?"
"¿Puedo preguntarte algo, hyung?" La mirada del hombre mayor miró tentativamente al hombre más alto, y mierda, sintió ganas de derretirse.
"Adelante". Estaba tropezando con sus palabras, y chico estaba avergonzado.
"¿Sabes cómo siempre me besas en las mejillas, la nariz, la frente, etc.?"
Chenle respondió asintiendo, no confiando en su voz en este momento.
"C-Can ... ¿Puedo hacerte lo mismo?"
Al anciano le tomó un tiempo comprender las palabras del menor. Una explosión de dicha explotó en su pecho y pudo precisar exactamente por qué. Esto era lo que había deseado durante mucho tiempo.
Estar con Jisung.
Bañar al niño más joven con el mayor afecto.
Estar allí para él cuando necesitaba consuelo o un compañero.
Amarlo incondicionalmente.
Con los ojos suavizados, dejó que las comisuras de sus labios se alzaran con una sonrisa genuina, luego respondió: "Por supuesto que puedes".
