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"¿DDR? ¡Ni siquiera puedo seguir Just Dance! ¿Cómo esperas que toque esto?" Chenle se quejó, ya que Jisung ya se adelantó e insertó las monedas.
"¿Apesta eh? ¡El que tenga la puntuación más baja tiene que concederle un deseo al ganador!" Fue entonces cuando Chenle no tuvo más remedio que prepararse para su gran derrota.
Jisung eligió una de las canciones más difíciles allí, haciendo sufrir al hombre mayor. Chenle trató de tocar tantas notas como pudo, pero la cantidad de fallas que aparecieron en su lado de la pantalla decía lo contrario.
Por otro lado, a Jisung le iba bastante bien. Tuvo algunos errores aquí y allá, pero no tanto como Chenle. Una vez que el juego terminó y sus resultados aparecieron, los hombros del hombre mayor se desplomaron visiblemente.
"Por favor, no me hagas hacer nada vergonzoso". Chenle suplicó, mirando al joven con ojos de cachorrito.
Por supuesto, Jisung siendo increíblemente azotado por el hombre más bajo, estuvo de acuerdo con ese término.
Durante el resto del tiempo allí, los dos jugaron y bromearon, pasando el mejor momento de sus vidas. Chenle incluso olvidó lo que había sucedido antes por un corto período de tiempo. Solo se estaba divirtiendo mucho.
Eran alrededor de las siete u ocho cuando los dos abandonaron la sala de juegos, con los premios ocupando sus brazos. Los dos decidieron conseguirse mutuamente un lindo peluche, con Jisung como una chica y Chenle como un delfín.
"Me divertí hoy, Ji". Chenle dijo, paseando justo al lado del hombre más alto.
"Lo mismo, Lele. ¡Oh! Te diré mi deseo una vez que regresemos a mi casa".
Chenle respondió con un gemido, "¿Por qué tuviste que ganar?"
"Porque soy increíble así". Jisung respondió, una sonrisa arrogante plasmada en su rostro.
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Cuando Jisung abrió la puerta de su casa, se encontró con una escena que lo marcaría de por vida. Jeno y Jaemin estaban besándose mientras Renjun estaba atacando el cuello de Jaemin con besos en su sofá. Sí, definitivamente están juntos ahora.
Un sentimiento de temor lo atravesó. Realmente esperaba que no pasara nada más, o de lo contrario no podrá sentarse en ese sofá nunca más.
Cuando registró por completo lo que estaba sucediendo, que tardó unos segundos, cerró la puerta de inmediato. Salvar a Chenle de ver algo.
"¿Por qué cerraste la puerta?" Preguntó el chico mayor, dándole una mirada inquisitiva.
"Vamos al parque, ¿sí? Mi casa está oficialmente prohibida en este momento".
Chenle frunció el ceño e instó silenciosamente al joven a que explicara un poco más.
"Norenmin". Jisung simplemente respondió.
Con eso, Chenle sabía exactamente lo que estaba sucediendo y aceptó la idea del parque.
La noche era fría y, aunque los dos llevaban una chaqueta o una sudadera con capucha, todavía sentían frío. Anhelaban algún tipo de calor, incluso si fuera solo un poco, sería mejor que nada.
Poco a poco, la distancia entre los dos machos había disminuido. Sus hombros ocasionalmente se rozaban uno contra el otro, y los dos lo sabían muy bien.
Fue hasta que Chenle pensó, ¡que se joda! Tenía frío y necesitaba algún tipo de calor, así que entrelazó sus dedos con los de Jisung. Las cejas de Jisung se alzaron ante la repentina máscara y se miró las manos.
Un sonrojo se extendió por las mejillas de ambos niños y la frialdad que sentían desapareció. Fue como magia.
Los dos caminaron hacia un banco desierto y se sentaron. Colocando sus peluches a su lado. Ahora estaba oscuro, el parque solo estaba iluminado con luces de la calle. Uno estaba justo sobre el banco en el que los dos estaban sentados también.
Mientras estaban sentados allí en un cómodo silencio, Chenle había vagado por el laberinto de preguntas y pensamientos que aún tenía en mente.
Se concentró en sus manos. Por alguna razón, cada vez que sostenía las manos de Jieun, nunca se había sentido así. La forma en que siente que su corazón comienza a latir repentinamente como si estuviera en un nivel alto de azúcar, o la forma en que sus manos se sentían hormigueantes y cosquilleantes.
¿Fue una sensación extraña? Sí, lo era.
¿Disfrutaba el sentimiento? Joder si.
Sin embargo, para ser honesto consigo mismo, admitió estar enamorado de los más jóvenes cuando eran niños. Fue entonces cuando comenzó todo este asunto de los besos. Pero eso fue cuando Chenle era solo un niño, así que cuando creció y maduró un poco, llegó a comprender el hecho de que era solo una fase. O eso es lo que él pensó.
Todos los compañeros varones a su alrededor siempre hablaban de chicas y de cómo querían salir con una chica y besarla o lo que sea. No quería parecer extraño, así que se unió al carro.
En ese momento, Jisung aún no había salido, así que asumió que su mejor amigo también era heterosexual. Lento pero seguro, fue cegado por toda la presión de grupo y todas las mentiras que se dijo a sí mismo. Hizo lo que su mente quería, no su corazón.
Su corazón anhelaba el tiempo, la atención y el amor de su mejor amigo. Pero lo había alejado todo por miedo a burlarse de él y dejarlo en el polvo. No solo eso, tenía miedo al rechazo.
Entonces, cuando Jisung le confesó, fue como si su mundo estuviera al revés. El sentimiento que había enterrado hace tanto tiempo reemplazado por sentimientos falsos y un velo de mentiras, lentamente se abría camino hacia la superficie. Descubriéndose con todo su esplendor.
Necesitaba tiempo para procesar todo. Necesitaba tiempo para moverse lentamente y saborear la sensación de estar realmente enamorado. No un enamoramiento que él había construido a partir de mentiras.
Una pequeña sonrisa creció en sus labios mientras su mirada se proyectaba sobre su desgastado conversar blanco. Había garabatos por toda la tela blanca (si pudieras llamarla blanca ahora). Fueron hechos por él y Jisung la Navidad pasada.
Se habían conseguido lo mismo, que eran los zapatos converse, por lo que decidieron personalizarlo. Nunca había prestado mucha atención a lo que estaba escrito en ellos hasta ahora.
Cerca de la parte posterior de su zapato, vio pequeñas palabras que no se notaban si no mirabas de cerca. Entrecerrando los ojos un poco, distinguió un breve mensaje: "la chica ama a los delfines"
Sabía lo que eso significaba. Sabía exactamente lo que significaba.
