➼ once

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Capítulo once:
Te amo.

─"Merecemos el derecho a la autonomía corporal y a ser tratadas con respeto y dignidad. Decir "detente" y que nos escuchen, en lugar de forzarnos y decir que un hombre sabe sobre nuestros derechos y deseos."─ leí por Gilbert, quien se encontraba defendiendo a Anne luego de que Moody dijera un mal comentario hacia la pelirroja que, sinceramente, me había dejado molesta.

─¿Qué opinas, Moody? ¿Crees que sabes de lo que piensa Ruby más que ella misma?─ preguntó Gilbert de una manera tranquila y sin intenciones de pelea.

Algo totalmente contrario a la forma en que hablaría yo.

─Apenas sé una cosa─ admitió el chico.

─Ciertamente, yo sé más que eso─ agregó Ruby.

Gilbert me miró para que contunuara leyendo bajo la mirada de todos. Se supone que estaba allí para estudiar, pero no pude evitar meterme en la discusión.

─"Los hombres no complementan a las mujeres. Ellas nacen completas."─ sonreí dándole toda la razón a Anne por más que ella no pudiera verme.

─Saben que las defendería a todas. Digan lo que digan, ella haría lo correcto─ agregó Gilbert─. Así es ella.

─Anne, desde el principio, quiso que abrieramos nuestras mentes y nos diéramos cuenta de los capaces que somos juntas─ apoyé levantándome de mi asiento─. Ella nos incentivó a abrirnos, a demostrar lo que podemos hacer. Nosotras, con o sin esposo, podemos comernos al mundo si queremos. Debemos apoyarnos entre todas, porque quizá otra persona no lo haga y nos tire abajo. Anne, esa pelirroja que para un montón de gente significa mucho, es la causante de muchas cosas buenas que sucedieron en Avonlea─ miré a Moody─. No deberíamos criticarla por querer defender a todas las chicas que sufren a mano de los hombres.

Oí un ruido de algo cayéndose, como si fuera madera. De repente, sentí unos brazos rodeandome fuertemente, e inmediatamente vi las largas trenzas de mi amiga pelirroja.

─Es lo más bello que he escuchado─ murmuró la chica sonriente, con lágrimas en los ojos─. Gracias, Pauline. Eres una de las almas más bondadosas que conocí.

─No hay de qué, Anne─ sonreí.

•••

Llegué a casa con los pies adoloridos. Tal vez fue uno de los mejores días de mi vida, y uno de los más agotadores... Pero aún faltaba, mañana sería el gran día.

SOLO AMIGOS | g.b ✔Where stories live. Discover now