➼ uno

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Capítulo uno:
Pizarra Date Cuenta.

Todos me miraron llegar al lago donde jugaban hockey. Las chicas me saludaron con un abrazo y luego Charlie, ya que nos habíamos hecho más cercanos luego de la muerte de mamá. Después de todo éramos primos segundos.

─Llegaste─ dijo Aaron tirando su palo de hockey y dándome un fuerte abrazo.

─Algún día tenía que salir de mi cueva─ confesé con una media sonrisa.

─Nos alegra verte, Line─ dijo Gilbert pasando un brazo por mis hombros.

No me importó el hecho de que las chicas me dijeran que no jugara, yo simplemente me puse mis patines de hielo antes de atar mi cabello y agarré un palo para comenzar el juego. Éramos Aaron, Moody, Billy y Charlie contra Gilbert, Paul, Thomas y yo.

─¡Vamos, Gilbert, golpea eso con fuerza!─ grité viendo como el castaño patinaba con el disco hacia el arco.

Pero Billy fue rápido y se lo quitó. Rápidamente se lo pasó a Moody quien quedo rodeado.

─¡Pásamela, Moody!─ gritó Aaron.

Así nos anotaron el primer gol. Logré quitarle el disco a Charlie y comencé a patinar lo más rápido que podía hacia el arco. Aaron se interpuso en mi camino, así que se lo pasé a Gilbert quien anotó en cuanto el disco tocó su palo de hockey.

─Eso es─ exclamé chocandole los cinco.

Seguimos jugando, olvidando todo lo malo que había sucedido hace unas cuantas semanas. Saludé con la mano a Anne que recién llegaba y continué mi atención en el disco. Rápidamente anoté otro punto.

Reí al ver a Moody saludar a Diana torpemente, causando que casi cayera al hielo.

─Gilbert, por aquí─ llamé.

─Lo tengo─ exclamó pasándome el disco.

Yo se lo pasé a Thomas cuando vi que Moody tenía intenciones de interponerse en mi campo de vista. Decidimos tomarnos un descanso antes de continuar porque no era bueno sudar en invierno, podía causarnos resfriados.

─¿Esos son indios?─ preguntó Cordelia viendo a unas personas que vestían extraño.

─Son los que hacen palos de hockey─ respondí.

─El hombre tiene el cabello largo─ comentó Anubis sorprendida.

─Yo no le veo lo malo─ dijo Aaron encogiéndose de hombros.

─Tu no ves nada malo en nada─ exclamó Cordelia.

Ya veo venir la pelea.

Decidí acercarme junto a Gilbert para pedir un palo ya que el mío parecía más una pala que otra cosa. El castaño pidió el suyo con amabilidad, dándole el dinero que tenía, pero el hombre solo aceptó la mitad.

SOLO AMIGOS | g.b ✔Where stories live. Discover now