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➼ diez

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Capítulo diez:
El artículo.

A penas entré a la habitación de Josie, ella se lanzó a abrazarme. Podía escuchar sus sollozos ahogados por mi vestido y sus lágrimas mojando mi hombro.

Anne siempre fue una chica muy expresiva, a veces hacía cosas que podían dañar sin darse cuenta. Era emocional, inteligente y bocazas. Decía cosas sin pensarlo, actuaba sin debatirse entre lo que está bien o lo que está mal. Esta vez había hecho algo que estuvo bien, pero perjudicó a una persona. Había escrito un bello artículo sobre las mujeres, diciendo que no éramos juguetes ni solo caras bonitas para los hombres, sino que éramos tan capaces como ellos. Claro que la gran mayoría de Avonlea no pensaba lo mismo, y como todos vieron la escena que se armó en la fiesta anterior, sabían la razón de todo eso. Prácticamente había esparcido un chisme indirectamente.

─Me arruinó la vida─ dijo la rubia una vez calmada─. Si ya estaba casi todo perdido desde aquél día, ahora lo está por completo.

─Estoy segura de que quería ayudar─ dije sentándome en su cama─. Y no te nombró para no causarte problemas, aunque terminó haciéndolo igual. Anne es una buena chica, después de todo. Solo debe aprender a decir las cosas en el momento indicado.

Pero, ¿entonces cuándo sería el momento indicado, Pauline?

─No le importó─ exclamó─. No se puso a pensar que me iba a afectar. Estúpida huérfana. Mi padre tenía razón, las mujeres no pensamos.

─Tu padre es un asco, Josie─ mascullé─. Nosotras si pensamos. ¿Sabes qué? Creo que Anne hizo bien, estuvo excelente, pero la gente no tiene cerebro─ hice una pausa─. Como tus padres y los de Billy. Estoy segura de que no eres como ellos, que tu mente aún no se pudrió del todo. Estoy segura de que dentro de todo ese disfraz que llevas puesto, hay una chica queriendo tener la libertad que nunca tuvimos. Y si sigues así no la vas a conseguir.

Nos quedamos en silencio. Josie miraba al suelo como si estuviera procesando todo. Me levanté acomodando mi vestido. Caminé unos pasos para poner mi mano sobre su hombro en señal de apoyo y saludo. Le mostré una media sonrisa antes de irme. Solo esperaba haber logrado abrir su mente con esas palabras que, aunque no fueran muchas, eran sinceras.

Mientras salía de la casa de los Pye, acomodándo mi canasta donde habian manzanas que había comprado antes de visitar a Josie, pude ver a Anne acercándose. Caminé hacia ella captando su mirada que se mostraba arrepentida.

─Hola, Pauline─ sonrió apenas.

─Hola, Anne─ noté que miraba dudosa a la casa que estaba detrás de mi─. ¿Vienes a disculparte con Josie?

─Si. Espero que acepte mis disculpas─ suspiró impaciente─. No estoy arrepentida de lo que dije ya que ni siquiera pensé en ella a la hora de escribir el artículo, pero sé que la lastimó y me siento mal por eso.