Capítulo 23.

664 82 6
                                    


—Mendes. —carraspeó el maestro— Señorita Mendes. —dijo un poco mas alto, sacándome de mis pensamientos.— Puede que estén cansados, —habló para toda la clase— pero vamos, es la última clase de este año, un poco más de atención a la clase no les vendría mal.

—Lo siento —dije apenada.

—¿O ya no le interesa aprender el idioma perteneciente a la lengua Indoeuropea? —se dirigió a mí.

—A ella lo que le interesa es la lengua del alemán que se ha estado comiendo —dijo Camille burlona.

—Señorita Haynes, ahórrese esos comentarios que no aportan nada a la clase. —el profeso le llamó la atención y yo reí— Por cierto, señoritas... —revisó los trabajos que tenía sobre su escritorio— Mendes y Haynes, ¿ustedes se hicieron juntas en ultimo trabajado que dejé?

—Sí señor —respondimos las dos al unísono.

—¿Y en dónde está? digo, aun no me lo han entregado.

Miré a Camille y está ni se movió, me estiré para darle un golpe en el brazo— ¿En dónde está el trabajo?

—¿Cómo que en dónde está?

—Derek dijo que lo revisaría y lo dejaría en tu habitación ¿no lo trajiste?

—¡Yo estaba con Ray!

—¿Entonces?

—Se suponía que tú lo ibas a traer, ¡tú estabas en el apartamento!

La mire mal y cambié mi expresión al girarme hacia el profesor— Lo sentimos mucho, lo hemos olvidado.

Él movió su cabeza en negación— Señorita Mendes usted era una de mis mejores estudiantes, ¿Qué le ha pasado?

—No volverá a suceder —le asegure.

—¿Hay forma de que me hagan llegar el trabajo antes de las dos de la tarde?

—¡Claro! Apenas salgamos de aquí iremos por el trabajo y se lo traemos.

La clase terminó, por suerte Camille no trabajaría, tenía sus vacaciones así que ella me acompañaría por el trabajo y de regreso. Nos tomamos el recorrido con calma, aun teníamos tiempo hasta el plazo que nos había dado el profesor. Cantamos gran parte del recorrido y después hablamos de Ray, las cosas entre ellos dos cada vez eran más fuertes y formales, y eso me hizo muy feliz, tienen un futuro prometedor.

Estacione el auto enfrente del apartamento y las dos salimos, Camille abrió la primera puerta y subimos las escaleras, unos repentinos gritos desde el apartamento de ella nos alarmaron. Camille buscó la llave de la siguiente puerta, pero la detuve cuando estuvo por abrir.

—¡Me importa una mierda, Andrew! —escuché un fuerte grito por parte de Derek— ¡No te conté que ya quiero mi propio club para que tú me salgas con esta mierda!

—Te daré mas parte a ti, por eso lo haré.

Camille y yo nos preocupamos, pero nos quedamos en silencio, al otro lado de la puerta parecía haber una conversación fuerte entre dos primos y así se quedaría, entre ellos dos.

—Es una estupidez Derek, no sé porque te preocupas tanto —Andrew sonaba menos alterado que Derek.

—¿Una estupidez? ¿Qué por qué me preocupo? —se escucharon unos golpes en la pared— ¿En serio me estás preguntando eso?

—¡Son dos simples tratos!

—Escúchame pedazo de imbécil, por uno simple vuelves a estar dentro en todo ¡y lo sabes! —dijo Derek con voz arisca.

La promesa de AlyWhere stories live. Discover now